lunes, 24 de diciembre de 2018

Cazatormentas: 5 petabytes de datos y 10 años para analizarlos

El proyecto Relámpago, que estudiaba las tormentas en Córdoba, llegó a su fin. En el corto plazo, ayudará a mejorar los pronósticos del tiempo severo en la provincia.

por Lucas Viano

Las tormentas seguirán azotando Córdoba, pero sus cazadores ya se fueron. El proyecto Relámpago llegó a su fin esta semana. Durante 45 días estuvieron persiguiendo estos fenómenos meteorológicos con equipamiento traído especialmente desde Estados Unidos, como en la película Twister.

La razón es que las tormentas cordobesas son las más poderosas del mundo que se generan en un continente (los huracanes se originan en los océanos).

La iniciativa contó con un inversión de 32 millones de dólares, buena parte aportados por instituciones de Estados Unidos. Participaron cerca de 100 investigadores de ese país, de Brasil y de Argentina.

Para los científicos, el trabajo recién empieza. Ahora tienen cinco petabytes de datos para analizar durante una década. El objetivo es mejorar los pronósticos no sólo de la Argentina, sino también de otras partes del mundo donde ocurren tormentas de este tipo.

Cinco petabytes son cinco millones de gigabytes. Y equivale a los bytes que ocuparía una película en Full HD de 17 años de duración.

Recolectamos información de 19 tormentas con nuestros equipos móviles, además de otros datos con equipos fijos”, cuenta Steve Nesbitt, investigador principal del proyecto por la Universidad de Illinois. Y agrega: “La campaña fue exitosa en casi todos los aspectos, aunque nos faltaron más casos de caída de granizo. Obtuvimos mediciones sobre iniciación y crecimiento de tormentas convectivas, clima severo, rayos e hidrometeorología. Para algunos, tenemos más datos de los que hemos obtenido de tormentas similares en los Estados Unidos”.

Nesbitt asegura que los primeros análisis ya se conocerán el año próximo, pero que hay información suficiente como para producir conocimientos por una década.

Paola Salio, científica del Conicet e investigadora principal del proyecto por la Universidad de Buenos Aires, coincide y reconoce estar exhausta. “Fueron días agotadores. Durante 45 días dormí sólo tres horas diarias. Tengo un grado de adrenalina que aún no sé cómo bajar”, asegura.

Salio cree que será una experiencia irrepetible para la ciencia argentina. “Nunca tuvimos cinco radares analizando simultáneamente lo que ocurre en la atmósfera. Además, teníamos la posibilidad de acceder a información satelital muy detallada y cada un minuto”, explica.

Y agrega: “El proyecto les cambió la cabeza a todos los investigadores argentinos, especialmente a los más jóvenes. Hemos disfrutado cada minuto de esta experiencia”.

Nesbitt asegura que ya se están viendo los primeros resultados del proyecto en la predicción del tiempo en Argentina.

Por primera vez en Argentina, gestionamos un evento de inundación utilizando el modelo meteorológico de la Universidad de Illinois, que predice la precipitación y el flujo de agua. Con esta información, el reservorio permaneció lleno y la descarga previa al evento evitó las inundaciones que habrían anegado cientos de hogares”, explica.

Salio asegura que la transferencia al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no tardará tanto porque sus técnicos y sus pronosticadores trabajaron codo a codo en el proyecto. “Argentina demostró que puede participar de estos proyectos y no sólo ser un simple espectador”, dice.

La meteoróloga reconoce que hay fallas en los pronósticos actuales para este tipo de eventos, pero que gracias a la iniciativa Relámpago se podrán mejorar. Y ejemplifica con lo ocurrido el 13 de diciembre, cuando la tormenta se activó en menos de 20 minutos.

Nunca habíamos visto esto. De alguna manera, explica cómo los modelos de pronósticos meteorológicos fallan en predecirlos. No logran precisar dónde van a ocurrir e incluso a veces fallan al determinar si ocurrirá o no una tormenta”, cuenta.

Eventos extremos

En una de las primeras tormentas estudiadas en la zona de Despeñaderos, uno de los radares fue impactado por el granizo. “Las piedras tenían 12 centímetros de diámetro”, recuerda Salio.

También comenta que el día de máxima precipitación fue la noche del 13 de diciembre. “En una estación meteorológica se registraron 80 milímetros en menos de media hora”, detalla.

Por su parte, Nesbitt confiesa: “No creo que los cordobeses reaccionen exageradamente ante el granizo. En Córdoba cae uno de los granizos más intensos y dañinos de la Tierra. Necesitamos preparar mejor a las personas para estos eventos severos”.

Más allá del granizo, el investigador asegura que Córdoba tiene un clima hermoso. “Y tienen tormentas eléctricas. Mi clima favorito”, agrega.

La iniciativa Cacti sigue hasta abril

Es un laboratorio a cielo abierto instalado en Yacanto.

Yacanto de Calamuchita. El proyecto Relámpago estuvo acompañado de Cacti, otra iniciativa para estudiar la formación de las tormentas. La base de operaciones está en Yacanto de Calamuchita.
Equipos. Allí hay 60 instrumentos muy complejos y que a la vista son bastante raros. Todo ellos fueron desplegados en 15 contenedores.
Objetivo. El objetivo de estos equipos es analizar la formación de las tormentas. Tienen equipos que pueden medir hasta el tamaño y la velocidad de las gotas de lluvia. Trabajarán hasta abril de 2019.

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Fuente:
Lucas Viano, Cazatormentas: 5 petabytes de datos y 10 años para analizarlos, 22/12/18, La Voz del Interior.

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