El proyecto
Relámpago, que estudiaba las tormentas en Córdoba, llegó a su fin.
En el corto plazo, ayudará a mejorar los pronósticos del tiempo
severo en la provincia.
por Lucas Viano
Las tormentas
seguirán azotando Córdoba, pero sus cazadores ya se fueron. El
proyecto Relámpago llegó a su fin esta semana. Durante 45 días
estuvieron persiguiendo estos fenómenos meteorológicos con
equipamiento traído especialmente desde Estados Unidos, como en la
película Twister.
La razón es que
las tormentas cordobesas son las más poderosas del mundo que se
generan en un continente (los huracanes se originan en los océanos).
La iniciativa
contó con un inversión de 32 millones de dólares, buena parte
aportados por instituciones de Estados Unidos. Participaron cerca de
100 investigadores de ese país, de Brasil y de Argentina.
Para los
científicos, el trabajo recién empieza. Ahora tienen cinco
petabytes de datos para analizar durante una década. El objetivo es
mejorar los pronósticos no sólo de la Argentina, sino también de
otras partes del mundo donde ocurren tormentas de este tipo.
Cinco petabytes
son cinco millones de gigabytes. Y equivale a los bytes que ocuparía
una película en Full HD de 17 años de duración.
“Recolectamos
información de 19 tormentas con nuestros equipos móviles, además
de otros datos con equipos fijos”, cuenta Steve Nesbitt,
investigador principal del proyecto por la Universidad de Illinois. Y
agrega: “La campaña fue exitosa en casi todos los aspectos, aunque
nos faltaron más casos de caída de granizo. Obtuvimos mediciones
sobre iniciación y crecimiento de tormentas convectivas, clima
severo, rayos e hidrometeorología. Para algunos, tenemos más datos
de los que hemos obtenido de tormentas similares en los Estados
Unidos”.
Nesbitt asegura
que los primeros análisis ya se conocerán el año próximo, pero
que hay información suficiente como para producir conocimientos por
una década.
Paola Salio,
científica del Conicet e investigadora principal del proyecto por la
Universidad de Buenos Aires, coincide y reconoce estar exhausta.
“Fueron días agotadores. Durante 45 días dormí sólo tres horas
diarias. Tengo un grado de adrenalina que aún no sé cómo bajar”,
asegura.
Salio cree que
será una experiencia irrepetible para la ciencia argentina. “Nunca
tuvimos cinco radares analizando simultáneamente lo que ocurre en la
atmósfera. Además, teníamos la posibilidad de acceder a
información satelital muy detallada y cada un minuto”, explica.
Y agrega: “El
proyecto les cambió la cabeza a todos los investigadores argentinos,
especialmente a los más jóvenes. Hemos disfrutado cada minuto de
esta experiencia”.
Nesbitt asegura
que ya se están viendo los primeros resultados del proyecto en la
predicción del tiempo en Argentina.
“Por primera
vez en Argentina, gestionamos un evento de inundación utilizando el
modelo meteorológico de la Universidad de Illinois, que predice la
precipitación y el flujo de agua. Con esta información, el
reservorio permaneció lleno y la descarga previa al evento evitó
las inundaciones que habrían anegado cientos de hogares”, explica.
Salio asegura que
la transferencia al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no tardará
tanto porque sus técnicos y sus pronosticadores trabajaron codo a
codo en el proyecto. “Argentina demostró que puede participar de
estos proyectos y no sólo ser un simple espectador”, dice.
La meteoróloga
reconoce que hay fallas en los pronósticos actuales para este tipo
de eventos, pero que gracias a la iniciativa Relámpago se podrán
mejorar. Y ejemplifica con lo ocurrido el 13 de diciembre, cuando la
tormenta se activó en menos de 20 minutos.
“Nunca habíamos
visto esto. De alguna manera, explica cómo los modelos de
pronósticos meteorológicos fallan en predecirlos. No logran
precisar dónde van a ocurrir e incluso a veces fallan al determinar
si ocurrirá o no una tormenta”, cuenta.
Eventos extremos
En una de las
primeras tormentas estudiadas en la zona de Despeñaderos, uno de los
radares fue impactado por el granizo. “Las piedras tenían 12
centímetros de diámetro”, recuerda Salio.
También comenta
que el día de máxima precipitación fue la noche del 13 de
diciembre. “En una estación meteorológica se registraron 80
milímetros en menos de media hora”, detalla.
Por su parte,
Nesbitt confiesa: “No creo que los cordobeses reaccionen
exageradamente ante el granizo. En Córdoba cae uno de los granizos
más intensos y dañinos de la Tierra. Necesitamos preparar mejor a
las personas para estos eventos severos”.
Más allá del
granizo, el investigador asegura que Córdoba tiene un clima hermoso.
“Y tienen tormentas eléctricas. Mi clima favorito”, agrega.
La iniciativa
Cacti sigue hasta abril
Es un laboratorio
a cielo abierto instalado en Yacanto.
Yacanto de Calamuchita. El proyecto Relámpago estuvo acompañado de Cacti, otra iniciativa para estudiar la formación de las tormentas. La base de operaciones está en Yacanto de Calamuchita.
Equipos. Allí
hay 60 instrumentos muy complejos y que a la vista son bastante
raros. Todo ellos fueron desplegados en 15 contenedores.
Objetivo. El
objetivo de estos equipos es analizar la formación de las tormentas.
Tienen equipos que pueden medir hasta el tamaño y la velocidad de
las gotas de lluvia. Trabajarán hasta abril de 2019.
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Fuente:
Lucas Viano, Cazatormentas: 5 petabytes de datos y 10 años para analizarlos, 22/12/18, La Voz del Interior.
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