Fernando Forgioni dijo que los eventos extremos se darán cada vez más seguido. El ingeniero
agrónomo y docente universitario despegó lo sucedido de El Niño.
Consideró que los temporales llegaron para quedarse.
por Diego Bengoa
Barra
Fernando
Forgioni, ingeniero agrónomo y profesor de Climatología
agropecuaria de la Universidad Nacional de Villa María sostuvo que
los temporales extremos como el que se vivió a comienzos de esta
semana llegaron para quedarse y que la mano del hombre entre las
causas de estos fenómenos es “innegable”.
- ¿Estos
temporales llegaron para quedarse?
- Sí. Van a
continuar sucediendo y cada vez más.
Si tomamos
noviembre en alguna ocasión ha llovido 180 o 200 milímetros, pero
históricamente (tomando los datos que se tienen desde 1956) el
promedio mensual es de 80 milímetros.
Ahora ha llovido
200 milímetros en tres días, por lo que no hay sistema de drenaje
ni suelo que aguante, ni ciudad que pueda hacer frente a este
fenómeno tan extremo.
- ¿No?
- Por ahora
tenemos que pensar cómo adaptarnos a este tipo de fenómenos. El
municipio comenzó con la tarea de subsanar estas cuestiones, pero
estas lluvias superan lo que estamos acostumbrados a planificar como
sociedad, por lo que hay que pensar alternativas.
Se ha hablado
mucho de El Niño, pero por lo menos en Villa María no incide tanto
en lluvias. Hay muchos estudios que demuestran que en su fase cálida
no provoca tantas lluvias, y que la mayor cantidad se da en fases
neutras, es decir cuando no está caliente el océano. De todas
maneras esto no quiere decir que en un “año niño” no llueva
mucho, pero generalmente no se lo asocia.
Lo que viene
sucediendo son eventos extremos, con mucha agua, granizada o vientos
fuertes en corto período.
- ¿Cuáles son
las razones?
- Podemos disentir
en las causales, podemos decir que lo causó el hombre, que tiene que
ver con la influencia de los ciclos solares, que tiene que ver conque
la Tierra históricamente ha tenido cambios en el clima, pero no
podemos dejar de mirar que ocurren cada vez con más frecuencia.
Personalmente creo que es un conjunto de cosas. El hombre tiene una
parte innegable.
- ¿De qué
manera?
- Una es la
contaminación con gases de efecto invernadero, que provocan el
calentamiento global. Tenemos que pensar en el clima como un motor:
uno lo enchufa y el motor funciona, si uno le da mayor corriente
andará más fuerte. El clima es parecido, funciona en base a la
energía que nos llega del Sol. Si esa energía queda atrapada y es
devuelta hacia la Tierra con más fuerza por la cantidad de gases de
efecto invernadero, el clima experimentará mayor cantidad de energía
y por ende mayor cantidad de eventos extremos. De hecho, los últimos
informes científicos dicen que a medida que vaya aumentando la
temperatura global va a haber mayor cantidad de eventos extremos y
más fuertes. Lluvias más intensas, fuertes y fuera de fecha.
- ¿En cuánto
repercute el desmonte?
- Al no tener una
cubierta boscosa se dificulta que el agua sea absorbida por el suelo.
Si bien la parte agrícola hace mucho, absorbiendo cantidades, en la
zona había especies que estaban adaptadas a absorber grandes
cantidades de agua que a veces una especie agrícola no lo hace.
Además, el monte
frena, porque la gota no impacta directamente sobre el suelo,
dificultando así que se mueva con tanta facilidad por la tierra. El
desmonte río arriba provoca que el agua llegue con mayor velocidad y
a mayor cantidad.
A veces también
la planificación no es adecuada, construimos en lugares bajos o
donde históricamente el río ha desbordado.
Está bien lo que
está haciendo el municipio en torno al drenaje nuevo. Actuó
adecuadamente, uno no puede prever que va a llover tanta cantidad.
Sí hay que
pensar en líneas para adaptarse al cambio climático.
- ¿Cuáles serían
los ejes?
- Trabajar
interdisciplinariamente entre arquitectos, ingenieros agrónomos,
especialistas en climatología, licenciados en ambiente, médicos
para atender cuestiones como aparición de enfermedades por el
aumento del calor, docentes que eduquen en la temática, licenciados
en desarrollo local y regional. Es algo que nos compete a todos. No
se puede encarar desde un solo eje.
- En 2014 se
vieron inundados sectores costeros, ahora le tocó a barrios muy
alejados del río. ¿Se puede decir que nadie quedó exento de sufrir
consecuencias?
- Ninguno, es más,
las vamos a sufrir todos, pero generalmente las personas de menor
poder adquisitivo se llevan las peores consecuencias y eso es lo
triste. En toda Latinoamérica se están empezando a ver migraciones
forzadas por causas ambientales.
- ¿Se pueden
amortiguar las consecuencias de vientos fuertes?
- Es un desafío.
Las casas ya están construidas. Hay que prever lo vinculado al
arbolado: que estén podados, que no tengan ramas muy largas, que no
estén muy cerca de la casa si no están en condiciones y averiguar
con un experto si sus raíces son fuertes.
- ¿Hay influencia
del río Ctalamochita en aminorar las tormentas?
- No. Es solo una
creencia popular.
- ¿Qué
recomendaciones puede hacer ante este contexto?
- No hay que caer
en el pánico y hay que pensar que estos efectos serán cada vez más
comunes.
Las secretarías
de Ambiente local, provincial y nacional tienen que pensar en planes
para que las localidades se adapten a estos fenómenos. Quizás hay
cosas que ya no se pueden hacer, pero hay que plantear la
planificación a futuro. Y lo otro queda en nosotros, en cuidar el
ambiente.
- ¿Esto es
irreversible?
- El último
informe de los expertos en cambio climático indica que tenemos entre
2030 y 2050 para detener el ritmo del calentamiento global o,
hablando en criollo, estamos en el horno. Los cambios que han
ocurrido son irreversibles.
Fuentes:
Diego Bengoa Barra, Especialista dijo que la mano del hombre en los temporales “es innegable”, 17/11/18, El Diario del Centro del País.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Inundación" del pintor Gustavo Cochet.
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