Los datos del
proyecto Relámpago permitirán conocer más sobre las fuertes
lluvias en cortos períodos de tiempo y cómo afectan a la cuenca del
Río Ctalamochita. Instalaron una estación meteorológica en la
Universidad de Villa María.
por Rodrigo
Duarte
Esta semana se
conoció que un equipo de investigadores de la ciudad presta
colaboración con el proyecto Relámpago que comenzó sus actividades
investigativas para “cazar tormentas” en una importante región
de la provincia de Córdoba. Al ser consultado por este medio, el
director de Ambiente y Saneamiento de la Municipalidad, Germán
Tissera, confirmó que les solicitaron información para instalar una
estación meteorológica que permita tomar registros en esta zona.
El equipo
múltiple propósito fue emplazado en el campus de la Universidad
Nacional de Villa María (UNVM) y permitirá obtener información
sobre la humedad del suelo, intensidad del sol, velocidad del viento,
temperatura y humedad ambiente.
“Nos
contactaron desde la Universidad Nacional de Córdoba porque el
equipo de investigación meteorológica estaba trabajando en las
mediciones de la cuenca del Carcarañá y se vincularon con proyecto
Relámpago que enmarca el estudio de las tormentas eléctricas
fuertes que se generan en la cuenca del Tercero y parte de Río
Cuarto”, dijo Tissera.
A partir del
encuentro les solicitaron asesoramiento para instalar una estación
meteorológica. “Les ofrecimos el campus de la UNVM cerca de la que
instaló la provincia porque reunía las condiciones que solicitaban
y era el lugar propicio para la instalación de esos equipos”,
precisó el funcionario.
El estudio
meteorológico fue presentado hace tres años en la UNC como un
trabajo científico internacional destinado a “entender las razones
por las cuales en el sureste de Sudamérica se producirían las que,
se cree, son las tormentas más intensas del mundo”.
Según informó
la Agencia Universitaria de Comunicación de la Ciencia, la hipótesis
de los investigadores propone que “las cadenas montañosas
argentinas funcionan como un ‘trampolín’ para los vientos
cargados de humedad provenientes de Bolivia y Brasil. Al toparse con
estos muros naturales, las grandes masas de aire húmedo que se
desplazan a nivel de la superficie, ascenderían con gran energía y
terminarían desencadenando estos episodios extremos”.
Al ser consultado
sobre los beneficios que ofrecerían los resultados de la
investigación a los trabajos que se desarrollan a nivel local,
Tissera certificó que “va a beneficiar en un conocimiento más
acabado de las precipitaciones concentradas en pocos períodos de
tiempo que son las que mayores problemas generan en términos
ambientales, como inundaciones o desprendimientos de suelo, desastres
generados por la concentración de agua”.
Una vez que
obtengan los datos estadísticos, van a ser utilizados en los
trabajos sobre la cuenca. “Es bueno actualizar las estadísticas
con esta tecnología para poder calcular los fenómenos -agregó-,
porque si hoy tenemos una precipitación de 200 milímetros en una
hora y media en Villa Ascasubi, la inundación va a llegar a Villa
María. Entonces saber dónde se generan las tormentas y si son zonas
probables o no, que es lo que va a determinar este proyecto, nos va a
ayudar a anticiparnos a estos fenómenos”.
Cuando reciban
los datos del Relámpago comenzarán a analizar las variables
históricamente para marcar las diferencias en la cuenca, ya que no
fue “muy estudiada” y “la mayor parte de la información que se
había obtenido se perdió”, porque eran estudios de 50 a 60 años
atrás.
Análisis de la
cuenca
El equipo de
investigadores encabezado por Tissera estudia desde hace tres años
la cuenca del Ctalamochita para determinar la situación actual y
realizar una serie de recomendaciones a futuro, tendientes a un
abordaje integral y beneficioso para las poblaciones y el entorno
rural del cauce.
Los estudios
incluyeron la evaluación integral geológica, hidrológica y
geomorfológica de la cuenca, como base para el desarrollo de un plan
de gestión integral y sostenible del recurso hídrico. Así, los
investigadores se propusieron supervisar, evaluar y dar cuenta de los
recursos hídricos de la zona de estudio; analizar aspectos
climatológicos del sector; informar de manera efectiva y participar
en el desarrollo de políticas y en la toma de decisiones; y
concientizar sobre los riesgos actuales e inminentes o futuros en
materia hídrica.
Inicialmente se
realizó un seguimiento de los caudales de los arroyos de montaña y
los principales afluentes de los espejos de agua. “La cuenca está
muy antropizada, entonces las condiciones anteriores que se puedan
medir a nivel geológico de cómo se canalizaban las aguas cambiaron
radicalmente, el suelo ahora esta desforestado y el parámetro de
infiltración cambió totalmente”, definió.
Actualmente
continúan midiendo y caracterizando el escurrimiento y la calidad
química del agua. “Tenemos las variables de lo que escurre, ahora
que este proyecto Relámpago vamos a tener cuánto precipita y las
causas”, añadió.
En cuanto a la
calidad química admitió que los ríos no hubo mucha alteración en
los ríos de montaña, pero en las partes bajas del Río Tercero sí
se dio por “producto de las industrias y otras alteraciones”.
Asimismo, precisó que río tiene “buen poder de depuración”,
pero cuando el caudal disminuye aparecen “algunas concentraciones
que son más complejas”. Ante ello, trabajan en determinar la línea
de base que debería tener el cauce, ya que como es controlado pueden
solicitar a la provincia que regule el paso de mayor cantidad de
agua. “La provincia está trabajando e invirtiendo, hay
profesionales formados en ciencias naturales para sumar a los
cálculos estadísticos que ya tenían”, puntualizó.
Fuente:
Rodrigo Duarte, Buscan obtener estadísticas que permitan anticipar fenómenos, 11/11/18, Redacción Puntal Villa María. Consultado 13/11/18.
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