martes, 13 de noviembre de 2018

Buscan obtener estadísticas que permitan anticipar fenómenos

Los datos del proyecto Relámpago permitirán conocer más sobre las fuertes lluvias en cortos períodos de tiempo y cómo afectan a la cuenca del Río Ctalamochita. Instalaron una estación meteorológica en la Universidad de Villa María.

por Rodrigo Duarte

Esta semana se conoció que un equipo de investigadores de la ciudad presta colaboración con el proyecto Relámpago que comenzó sus actividades investigativas para “cazar tormentas” en una importante región de la provincia de Córdoba. Al ser consultado por este medio, el director de Ambiente y Saneamiento de la Municipalidad, Germán Tissera, confirmó que les solicitaron información para instalar una estación meteorológica que permita tomar registros en esta zona.

El equipo múltiple propósito fue emplazado en el campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y permitirá obtener información sobre la humedad del suelo, intensidad del sol, velocidad del viento, temperatura y humedad ambiente.

Nos contactaron desde la Universidad Nacional de Córdoba porque el equipo de investigación meteorológica estaba trabajando en las mediciones de la cuenca del Carcarañá y se vincularon con proyecto Relámpago que enmarca el estudio de las tormentas eléctricas fuertes que se generan en la cuenca del Tercero y parte de Río Cuarto”, dijo Tissera.

A partir del encuentro les solicitaron asesoramiento para instalar una estación meteorológica. “Les ofrecimos el campus de la UNVM cerca de la que instaló la provincia porque reunía las condiciones que solicitaban y era el lugar propicio para la instalación de esos equipos”, precisó el funcionario.

El estudio meteorológico fue presentado hace tres años en la UNC como un trabajo científico internacional destinado a “entender las razones por las cuales en el sureste de Sudamérica se producirían las que, se cree, son las tormentas más intensas del mundo”.

Según informó la Agencia Universitaria de Comunicación de la Ciencia, la hipótesis de los investigadores propone que “las cadenas montañosas argentinas funcionan como un ‘trampolín’ para los vientos cargados de humedad provenientes de Bolivia y Brasil. Al toparse con estos muros naturales, las grandes masas de aire húmedo que se desplazan a nivel de la superficie, ascenderían con gran energía y terminarían desencadenando estos episodios extremos”.

Al ser consultado sobre los beneficios que ofrecerían los resultados de la investigación a los trabajos que se desarrollan a nivel local, Tissera certificó que “va a beneficiar en un conocimiento más acabado de las precipitaciones concentradas en pocos períodos de tiempo que son las que mayores problemas generan en términos ambientales, como inundaciones o desprendimientos de suelo, desastres generados por la concentración de agua”.

Una vez que obtengan los datos estadísticos, van a ser utilizados en los trabajos sobre la cuenca. “Es bueno actualizar las estadísticas con esta tecnología para poder calcular los fenómenos -agregó-, porque si hoy tenemos una precipitación de 200 milímetros en una hora y media en Villa Ascasubi, la inundación va a llegar a Villa María. Entonces saber dónde se generan las tormentas y si son zonas probables o no, que es lo que va a determinar este proyecto, nos va a ayudar a anticiparnos a estos fenómenos”.

Cuando reciban los datos del Relámpago comenzarán a analizar las variables históricamente para marcar las diferencias en la cuenca, ya que no fue “muy estudiada” y “la mayor parte de la información que se había obtenido se perdió”, porque eran estudios de 50 a 60 años atrás.

Análisis de la cuenca

El equipo de investigadores encabezado por Tissera estudia desde hace tres años la cuenca del Ctalamochita para determinar la situación actual y realizar una serie de recomendaciones a futuro, tendientes a un abordaje integral y beneficioso para las poblaciones y el entorno rural del cauce.

Los estudios incluyeron la evaluación integral geológica, hidrológica y geomorfológica de la cuenca, como base para el desarrollo de un plan de gestión integral y sostenible del recurso hídrico. Así, los investigadores se propusieron supervisar, evaluar y dar cuenta de los recursos hídricos de la zona de estudio; analizar aspectos climatológicos del sector; informar de manera efectiva y participar en el desarrollo de políticas y en la toma de decisiones; y concientizar sobre los riesgos actuales e inminentes o futuros en materia hídrica.

Inicialmente se realizó un seguimiento de los caudales de los arroyos de montaña y los principales afluentes de los espejos de agua. “La cuenca está muy antropizada, entonces las condiciones anteriores que se puedan medir a nivel geológico de cómo se canalizaban las aguas cambiaron radicalmente, el suelo ahora esta desforestado y el parámetro de infiltración cambió totalmente”, definió.

Actualmente continúan midiendo y caracterizando el escurrimiento y la calidad química del agua. “Tenemos las variables de lo que escurre, ahora que este proyecto Relámpago vamos a tener cuánto precipita y las causas”, añadió.

En cuanto a la calidad química admitió que los ríos no hubo mucha alteración en los ríos de montaña, pero en las partes bajas del Río Tercero sí se dio por “producto de las industrias y otras alteraciones”. Asimismo, precisó que río tiene “buen poder de depuración”, pero cuando el caudal disminuye aparecen “algunas concentraciones que son más complejas”. Ante ello, trabajan en determinar la línea de base que debería tener el cauce, ya que como es controlado pueden solicitar a la provincia que regule el paso de mayor cantidad de agua. “La provincia está trabajando e invirtiendo, hay profesionales formados en ciencias naturales para sumar a los cálculos estadísticos que ya tenían”, puntualizó.

Fuente:
Rodrigo Duarte, Buscan obtener estadísticas que permitan anticipar fenómenos, 11/11/18, Redacción Puntal Villa María. Consultado 13/11/18.

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