La extracción
del litio, necesario para la transición energética, destruye
ecosistemas únicos, con especies como los flamencos. Expertos piden
métodos menos agresivos de explotación, pero los países se cruzan
de brazos.
por Patricia Jiménez
Angulo
Se dice del litio
que es el petróleo del futuro. Se le denomina "oro blanco” o
"mineral maravilla” por sus excelentes cualidades para
almacenar energía. Sin embargo, no es litio todo lo que brilla y
detrás de la explotación de este mineral, que no se encuentra de
manera natural, existe un trasfondo que suele ignorarse y el medio
ambiente sufre las consecuencias derivadas de esta actividad minera.
El litio es un
metal alcalino blanco muy liviano, que se oxida rápidamente al
contacto con el aire y que solo existe en la naturaleza en forma de
compuestos químicos. Por estos motivos, se emplea en industrias como
la del vidrio, la cerámica, lubricantes y fármacos; sin olvidar el
sector tecnológico y automotriz, donde se ha convertido en un
producto clave para la fabricación de baterías, tanto de celulares
como de vehículos eléctricos. En la actualidad, la principal
técnica de extracción del carbonato y el cloruro de litio es la
evaporación de salinas. Este método consiste en colocar la
salmuera, extraída desde grandes profundidades, en recipientes de
gran tamaño y poca profundidad, donde se seca al sol. A su vez, se
van agregando diversos elementos químicos que desencadenan
reacciones que precipitan sales como el cloruro de sodio o de potasio
para, finalmente, obtener carbonato o cloruro de litio.
La fragilidad de
los flamencos
Borja Heredia,
experto internacional en biodiversidad, dirige la unidad de aves de
la Convención de las Especies Migratorias de Naciones Unidas (CMS,
por sus siglas en inglés). Explica que el altiplano andino, a 4.000
m de altura, es un punto caliente de biodiversidad. En época
estival, los flamencos altoandinos emigran de las tierras bajas a las
lagunas y humedales del altiplano. El problema es que en esta zona
también se ubica el "triángulo del litio”, por lo que los
humedales se encuentran intercalados entre las salmueras de este
mineral. Así, se produce un conflicto entre la conservación de los
hábitats de estas especies de flamencos y la minería del litio, que
es muy agresiva por los recursos hídricos que consume. Además, la
salmuera se encuentra a gran profundidad en la tierra, rodeada de
acuíferos de agua dulce, lo que constituye un sistema hidrogeológico
muy complejo y único en el mundo. Al bombear la salmuera de los
acuíferos, se generan vacíos en la tierra que se llenan con el agua
dulce de los acuíferos aledaños que dan vida a los humedales de los
flamencos. El resultado es que la extracción del litio lleva
aparejada dos problemas muy graves. Por una parte, la gran cantidad
de agua dulce que consume y por otra, la gran concentración salina
de la salmuera ya sin litio (10 veces mayor que la del agua de mar),
que queda como un residuo.
Sistema de
acuíferos aún desconocido
Heredia también
comenta a DW la enorme presión que ejerce la industria en Bolivia,
Chile y Argentina para permitir la extracción del litio. En la
actualidad, nadie cuestiona la necesidad de este mineral para abordar
la transición energética y frenar el cambio climático. Lo que
solicita el CMS de Naciones Unidas es que se investigue y se
encuentren métodos para emplear menos agua dulce, y que la sobrante
sea recuperable al final del proceso.
Heredia afirma
que se necesitan investigaciones exhaustivas del sistema de acuíferos
de la puna porque es desconocido. Hasta el momento, se extrapolan los
resultados de un salar a los demás, algo inútil desde el punto de
vista del experto, que asevera que cada salar es único y requiere
estudios detallados y específicos. Además se necesitan modelos
matemáticos para predecir a largo plazo la longevidad de los
yacimientos. El litio es un material no renovable, por lo que si se
extrae indiscriminadamente, en 20 años podemos haber terminado con
las reservas.
El CMS trabaja
con el Grupo de Conservación del Flamenco Andino (GCFA) y la
Convención de Ramsar, elaborando una red de humedales para proteger
estas lagunas mediante un sello internacional. También trabajan para
establecer una visión de conjunto de qué zonas no deben verse
afectadas por la actividad minera por ser fundamentales para la
supervivencia de las colonias de flamencos y cuáles sí pueden
prestarse a ese fin.
Llamada de
atención a los gobiernos
El experto del
CMS también destacó la necesidad de mejorar los mecanismos de
evaluación del impacto medioambiental por la falta de rigor de la
que adolecen en la actualidad, ya que los gobiernos se cruzan de
brazos y, en el mejor de los casos, estos estudios los financian las
propias empresas extractoras de litio. Lo cierto es que, aunque nadie
se cuestione la necesidad de abandonar los combustibles fósiles para
frenar el cambio climático, la transición energética tampoco debe
entenderse como un cheque en blanco para extraer el litio a costa de
la biodiversidad de la zona, afirma Heredia. De lo contrario, se
corre el riesgo de esquilmar las reservas de mineral y de arrasar un
ecosistema único en el mundo.
Deutsche Welle es
la emisora internacional de Alemania y produce periodismo
independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube
|
Fuente:
Patricia Jiménez Angulo, Las víctimas del litio: los flamencos andinos, 27/09/18, Deutsche Welle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario