SANTIAGO, 24 ago
2018 (IPS) - La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de
Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) expresaron su preocupación
por la sequía que ha provocado pérdidas de cosechas en América
Central.
Las dos agencias
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también advirtieron
el jueves 23 que la posible llegada del fenómeno de El Niño a fines
de 2018 podría agudizar la precaria seguridad alimentaria y
nutricional de las comunidades rurales vulnerables.
Los meses de
junio y julio registraron precipitaciones inferiores a la media y
condiciones más secas que el promedio, lo que afectó el primer y
principal ciclo de cultivos en América Central, conocido como “la
primera”.
La pérdida total
o parcial de los cultivos significa que los agricultores de
subsistencia y sus familias no podrán consumir ni almacenar
suficientes alimentos en los próximos meses.
El maíz y los
frijoles, los principales alimentos básicos, han sido los cultivos
más afectados por la sequía, según los gobiernos de Guatemala, El
Salvador y Honduras, que han reportado pérdidas de 281.000 hectáreas
de estos cultivos, de los cuales depende la seguridad alimentaria y
nutrición de 2,1 millones de personas.
Estas pérdidas
impactarán también el costo de estos alimentos para toda la
población.
El gobierno de
Honduras declaró este mes la emergencia en el Corredor Seco, en
donde se estima que 82 por ciento de los cultivos de maíz y frijol
se han perdido, mientras que el gobierno de El Salvador declaró la
alerta roja en julio.
Según el
Instituto de Investigación Internacional de Clima y Sociedad/Centro
de Predicciones Climáticas (IRI/CPC), existe 60 por ciento de
probabilidades de que se registre un nuevo fenómeno de El Niño
entre septiembre y diciembre de 2018.
El segundo ciclo
de cultivos (la postrera), que generalmente suple las deficiencias de
la primera, se realiza en noviembre, y se estima que, aun cuando El
Niño resulte ser débil, tendrá un impacto significativo en los
resultados de la postrera.
“Es urgente
mejorar la resiliencia climática de los habitantes de Centroamérica,
especialmente en zonas como el Corredor Seco”, dijo el
representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
“Nos preocupa
especialmente el efecto de esta nueva sequía sobre la migración, en
un contexto internacional que restringe el movimiento de miles de
personas que, en sus localidades, tendrán una gran dificultad para
asegurar el sustento de sus familias”, añadió.
Miguel Barrero,
director regional para América y el Caribe del PMA, planteó que
“justo cuando las comunidades rurales se recuperaban de la sequía
de 2014 y del fenómeno de El Niño de 2015, los más fuertes
registrados en la historia reciente, un nuevo evento climático
vuelve a golpear a los más vulnerables”
“Con el apoyo
de la comunidad internacional, hemos trabajado junto a los gobiernos
y comunidades rurales del Corredor Seco para que se hagan resilientes
a las variaciones climáticas extremas, pero necesitamos redoblar
esfuerzos y llegar a más comunidades rurales”, añadió.
Tras lo ocurrido
en 2014 y 2015, el PMA, con apoyo de la comunidad internacional, ha
brindado asistencia alimentaria a miles de personas, en comunidades
vulnerables del Corredor Seco, para mejorar la seguridad alimentaria
y fortalecer la resiliencia a nivel de familias, comunidades y a
nivel institucional.
Estas actividades
incluyeron la conservación de suelo y el agua, mejores prácticas
agrícolas y capacitación para hacer frente a los fenómenos
naturales, así como el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia
para la alimentación y la nutrición.
La FAO ha
desarrollado el Programa de fortalecimiento de la resiliencia ante el riesgo de desastres en el Corredor Seco Centroamericano y ha
trabajado con socios y contrapartes para para incrementar la
resiliencia de los hogares, comunidades e instituciones para prevenir
y hacer frente a las amenazas y los desastres que afectan a la
agricultura, la seguridad alimentaria y la nutrición.
Actualmente, está
apoyando a los países a crear proyectos y programas de gran escala
para ser presentados ante el Fondo Verde del Clima.
Con la finalidad
de mitigar los impactos potenciales provocados por esta nueva sequía
entre la población rural, la FAO y la PMA, en estrecha colaboración
con los gobiernos y socios, están proponiendo que:
Se analice el impacto de los ciclos agrícolas de 2018 en el precio de los alimentos básicos,
Se realice una evaluación de la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades en el Corredor Seco una vez finalice la cosecha de primera e inicie la postrera, y
Se apoye a los gobiernos en establecer sistemas de seguimiento de situación de la producción agrícola y la seguridad alimentaria.
Se adopten acuerdos que permitan la migración temporal regulada, segura y ordenada de personas originarias de las comunidades rurales más afectadas por la sequía.
Se movilicen recursos para escalar los sistemas de cosecha y almacenamiento de aguas lluvias para reducir el impacto de las próximas sequías
Este artículo
fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un acuerdo
especial de difusión con esta oficina regional de la FAO
Fuente:
Preocupación por grave impacto de la sequía en América Central, 24/08/18, Inter Press Service. Consultado 29/08/18.
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