Legisladores de
esa ciudad se hicieron eco con la ciencia que expone el rasgo
cancerígeno del plaguicida. La ahora controlada por Bayer suma
rechazos.
por Patricio
Eleisegui
El rechazo al uso
del herbicida glifosato sigue multiplicándose entre las ciudades de
la Argentina. Tras lo establecido por Rosario, Paraná, Gualeguaychú
y Concordia, entre otros centros urbanos, ahora Santa Fe acaba de
aprobar una ordenanza que veta la comercialización y el uso dentro
del ejido del producto que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
vincula con el cáncer.
La normativa,
además de fijar la prohibición, establece como obligación que la
local Secretaría de Ambiente y Espacios Públicos municipal genere
"medidas alternativas para el control de malezas y plagas, en
armonía con el ambiente, la salud humana y los derechos de la
naturaleza".
En caso de
incumplimiento, la disposición fija sanciones monetarias que, en
caso de recurrencias en la falta, puede derivar en la inhabilitación
definitiva de "establecimientos, empresas y profesionales
responsables".
Esto último
alcanza a la actividad de los ingenieros agrónomos, quienes en
sintonía con las principales organizaciones del agro han sabido
consolidarse, sobre todo en las últimas dos décadas, como los
grandes promotores del uso del herbicida.
Respecto del
significado de la medida ahora fijada en Santa Fe, referentes como
Facundo Viola, integrante de la multisectorial Paren de Fumigarnos,
aseguraron ante iProfesional que "la normativa se constituye
como una herramienta importante para el resguardo de la salud de los
santafecinos ya que prohíbe la venta del biocida en forma
minorista".
"Es común
ver en la ciudad y su periurbano como los supermercados, las
ferreterías y viveros, comercializan el glifosato como 'matayuyo',
algo que está normalizado y es de uso común para reducir hierbas en
jardines y alrededor de piscinas. Incluso se lo puede conseguir
fraccionado de forma irregular y sin etiquetas que adviertan su
peligrosidad", detalló el también comunicador.
Viola señaló
que la ordenanza tiene un valor simbólico contundente en tanto
erradica la utilización del glifosato en la capital de una de las
provincias "feudo" de la producción de soja transgénica
en la Argentina.
"Mucho se
engañó a la población diciendo que el herbicida hasta se podía
beber sin consecuencias para la salud. De esa forma se instaló un
modelo agroindustrial. Hoy dimos otro paso para librarnos del
glifosato, un veneno que mata", concluyó.
El final para el
glifosato en Santa Fe llega a tono con la condena a la multinacional
Monsanto, creadora del herbicida en 1974, que deberá indemnizar con
casi u$s290 millones al jardinero estadounidense Dewayne Johnson tras
comprobarse que contrajo cáncer luego efectuar pulverizaciones con
la etiqueta RoundUp del plaguicida.
La sanción a la
compañía, hoy bajo control accionario de la alemana Bayer, corrió
por cuenta de un tribunal de San Francisco. Johnson aplicó glifosato
en predios escolares de California entre los años 2012 y 2014.
El dictamen en
Norteamérica reabrió la discusión en todo el mundo respecto de la
validez de los controles que en su momento derivaron en la
habilitación comercial del producto en los Estados Unidos. Sobre esa
misma documentación, ahora cuestionada por el fallo, surgió el
permiso para el uso y la venta del glifosato en la Argentina.
Plaguicida clave
El glifosato es
una pata clave del modelo de producción de soja transgénica en la
Argentina, aunque también es determinante para el cultivo de
variedades de maíz, algodón y alfalfa manipuladas genéticamente
para resistir al agrotóxico.
Hoy, de los casi
400 millones de litros de plaguicidas que se aplican anualmente en la
actividad agrícola local en todas sus escalas -a excepción de la
alternativa agroecológica-, se estima que 320 millones
corresponden a variedades de glifosato.
El glifosato es
el principio componente del RoundUp, el herbicida desarrollado por
Monsanto de mayor difusión en el agro local aunque, vale aclararlo,
en la Argentina también se ofrece bajo marcas como Zamba
(comercializado por Nidera), Sulfosato (Syngenta), o Sitrin (Bayer).
La sentencia en
San Francisco coincidió con el dictamen de marzo de 2015 de la
Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC),
vinculada a la OMS, el cual expuso que existe evidencia suficiente
para relacionar de este agroquímico con la proliferación del
cáncer.
En julio de 2016,
un trabajo que lleva la firma de, entre otros, Alicia Ronco
-fallecida en noviembre de ese mismo año- y Damián Marino,
investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP),
confirmó que la cuenca del río Paraná, considerada la segunda más
importante de Sudamérica detrás de la que comprende al Amazonas y
con desembocadura en el Río de la Plata, está altamente contaminada
con glifosato o AMPA, metabolito originado de su degradación.
Más ciencia
Un estudio
contundente para demostrar la toxicidad del compuesto fue realizado
por Andrés Carrasco, un científico que -fallecido en mayo de 2014-
llegó a presidir el CONICET y probó que la sustancia produce desde
muerte celular hasta malformaciones.
En Francia,
investigaciones del científico Gilles-Eric Séralini aportaron
nuevos argumentos al trabajo realizado por Carrasco en la Argentina.
“Trabajamos en
células de recién nacidos con dosis del producto cien mil veces
inferiores a las que cualquier jardinero común está en contacto. El
RoundUp programa la muerte de esas células en pocas horas”, indicó
el profesional, especialista en biología molecular.
En julio pasado,
y tal como publicó iProfesional a modo de primicia, un estudio
realizado por científicos del Centro de Investigaciones del
Medioambiente (CIM), dependiente de la Universidad de La Plata,
develó que las lluvias presentaron recurrentes concentraciones de
herbicidas como el glifosato.
Y que la carga
máxima cuantificada de agrotóxicos en las precipitaciones locales
es hasta 20 veces superior a la registrada en países como Estados
Unidos, el territorio con más trayectoria en lo que hace al uso de
plaguicidas y el principal promotor mundial del uso de estas
sustancias y su aplicación a través de las muy cuestionadas
fumigaciones.
En la actualidad,
los efectos nocivos sobre la salud humana y el medioambiente en
general derivados de la aplicación de glifosato llenan las páginas
de más de 800 trabajos científicos independientes desarrollados
alrededor del mundo.
Fuente:
Patricio Eleisegui, Otro revés para el glifosato: ahora Santa Fe vetó el uso y comercialización del herbicida que creó Monsanto, 30/08/18, iProfesional. Consultado 31/08/18.
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