sábado, 23 de junio de 2018

Los ritmos de la naturaleza y la eterna contaminación del Riachuelo


por Antonio Elio Brailovsky

Queridos amigos:

Vivimos en una sociedad que esconde nuestro vínculo con el medio natural que nos sostiene. No es un error: los mismos intereses económicos que se benefician del saqueo de nuestro planeta son los que intentan convencernos de que esa destrucción no es un problema grave.

A los que vivimos en el Planeta Azul, a aquellos seres vivientes cuyo cuerpo es un 70 por ciento de agua, debería sorprendernos la indiferencia de nuestra sociedad ante los altísimos niveles de contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo. Los intereses creados tratan de hacernos creer que la naturaleza es algo que ocurre lejos y no en nosotros mismos.

En cambio, la defensa de esa naturaleza requiere conocerla y además percibirla. Por eso nuestra insistencia en recordar una y otra vez los ritmos de la naturaleza, a través de manifestaciones culturales literarias y pictóricas.

Además, comparto con ustedes mi último libro: "¿Por qué el Riachuelo sigue contaminado?". La obra analiza similitudes y diferencias con el saneamiento del río Támesis en Gran Bretaña. Se publica como Informe del Observatorio de Derechos Ambientales de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y lleva un prólogo del Defensor del Pueblo, Alejandro Amor. Este trabajo es una aproximación a la historia ambiental comparada.

Recordemos que la contaminación es una de las formas más tremendas y evitables del dolor humano y que siempre afecta a los más pobres. A personas que respiran aire y beben agua de peor calidad que los demás, comen alimentos dudosos y sus hijos juegan en tierra contaminada. Esta concepción considera que los temas ambientales no pueden tratarse en forma independiente del estudio de la sociedad que los genera.

Así como la estadística es una herramienta indispensable de la historia económica, los testimonios gráficos, artísticos o literarios, son herramientas auxiliares de la historia ambiental. Para la historia tradicional, el lugar en el que ocurren los hechos puede ser considerado como casi irrelevante, ya que pone el acento en sucesos políticos y económicos que transcurren en períodos acotados. Por contraste, la historia ambiental es la historia del territorio y la de los fenómenos de larga duración que lo afectan.

La primera diferencia importante entre el Támesis y el Riachuelo es la continuidad de la gestión y del reclamo social por la contaminación. La contaminación en Londres es un problema social calificado como importante y atendido casi sin interrupciones (salvo las Guerras Mundiales) desde por lo menos mediados del siglo XIX.

Por el contrario, la preocupación por la contaminación del Riachuelo tuvo una evolución fuertemente discontinua. Del mismo modo, los estudios científicos realizados sobre la cuenca Matanza-Riachuelo fueron ocasionales. No respondieron a un plan predeterminado y no siempre fueron comparables entre sí, por el uso de metodologías diferentes.

Los actores sociales involucrados en uno y otro caso son muy diferentes. En el caso británico, el río atraviesa el área histórico monumental más emblemática de riqueza y poder del país, incluyendo la Abadía de Westminster y la sede del Parlamento. Su capacidad de presión política es muy superior a la de las víctimas de la contaminación del Riachuelo, relegadas al patio trasero de Buenos Aires.

Tal vez por ese motivo, la limpieza del Támesis fue siempre un tema de aceptación casi unánime en la sociedad británica, sobre la cual hubo políticas públicas definidas, iniciadas por el Parlamento británico, casi sin oposición. Por el contrario, en el caso del Riachuelo el interés por su saneamiento fue tan escaso que se requirió una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para iniciar lo poco que hicieron hasta ahora.

En esta entrega ustedes reciben:
Un texto de Charles Darwin, de su diario de viaje alrededor del globo, donde expresa el asombro de un inglés que queda deslumbrado al descubrir un invierno imperceptible en el trópico del Brasil.
La obra de arte que acompaña esta entrega es "Mineros en la nieve", de Vincent Van Gogh, donde vemos el duro contraste de las situaciones idealizadas anteriores con la vida de quienes deben trabajar en condiciones difíciles.
Pueden bajar en forma gratuita mi libro "¿Por qué el Riachuelo sigue contaminado?" de este enlace, y por supuesto comentarme lo que piensan:

Para cualquier comunicación envíen un mail a:
Quiero saludarlos en el comienzo del invierno. (Y del verano para los amigos del Hemisferio Norte)
Un gran abrazo a todos

Antonio Elio Brailovsky
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Todo el mundo ha oído elogiar la belleza del pasaje próximo a Río de Janeiro. Durante los meses de mayo y junio, comienzo del invierno en este país, el clima es delicioso”.

A menudo caían fuertes aguaceros; pero los cálidos vientos del sur secaban con rapidez el suelo y podía pasearse con gusto. Cuando esa tempestad pasó por los bosques que rodean al Corcovado, las gotas de agua que chocaban contra la multitud innúmera de hojas producían un ruido extraño. Podía oírse a un cuarto de milla de distancia y se asemejaba al de un torrente impetuoso. ¡Cuánta delicia, después de un día de calor, sentarse tranquilo en el jardín hasta que se hiciera de noche!”

En esos climas, la naturaleza elige para su música vocal artistas más humildes que en Europa. Una rana pequeña, del género Hila, se pone en un tallo como a una pulgada por encima de la superficie del agua y deja oír un canto muy agradable; cuando hay varias juntas, cada una da su nota armónica. Las patas de esos animales terminan en pequeñas ventosas, y noté que podían trepar a lo largo de un espejo puesto verticalmente. Numerosas cigarras y numerosos grillos hacen oír al mismo tiempo su grito penetrante, pero que, sin embargo, aminorado por la distancia no deja de ser agradable. Ese concierto empieza todos los días en cuanto anochece. ¡Cuántas veces me ha ocurrido permanecer inmóvil allí escuchándolo, hasta que me llamaba la atención el paso de algún insecto curioso!”

A esa hora vuelan de seto en seto las moscas luminosas; en una noche oscura puede percibirse a unos 200 pasos la luz que proyectan”.

Un día me llamó la atención mucho una observación de Humboldt. El gran viajero alude a menudo «a los ligeros vapores que sin disminuir la transparencia del aire hacen más armoniosas las tintas y suavizan los contrastes». Este es un fenómeno que nunca observé en las zonas templadas. La atmósfera sigue transparente hasta una distancia de media milla a tres cuartos de milla; pero si se mira a mayor distancia, todos los colores se funden con una suavidad admirable en un tono gris algo azulado”.

Otra vez salí muy temprano y me fui a la montaña del mastelero. El fresco era delicioso, el aire estaba embalsamado; las gotas brillaban aún sobre las hojas de las grandes liliáceas, que sombreaban arroyuelos de agua cristalina. Sentado en un peñón de granito, ¡qué placer sentía en observar! Desde esa elevación el paisaje adquiere sus matices más brillantes; las formas y los colores superan tan por completo en magnificencia a todo cuanto un europeo ha podido ver en su país”.

Charles Darwin: “Viaje de un naturalista alrededor del globo”.

Fuente:
Antonio Elio Brailovsky, Los ritmos de la naturaleza y la eterna contaminación del Riachuelo, 22/06/18, Defensoría Ecológica.

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