jueves, 17 de mayo de 2018

“Mientras el gobierno hace la Autovía de Punilla, la cuenca del San Roque se está muriendo”


Lo denunció el médico Emilio Iosa en la Audiencia Pública que trata el impacto ambiental de la Autovía de Punilla.

El médico Emilio Iosa finalmente intervino en la audiencia pública para tratar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la obra de la Autovía de Punilla. Denunció que además de arrasar bosque nativo, remover uranio y contaminar cursos de agua, es “una insensatez” porque las cuencas del lago San Roque y Los Molinos “están muriendo”.

Iosa renunció días atrás a su cargo en la Municipalidad de Villa Carlos Paz para poder intervenir sin condicionamientos en esta audiencia y manifestar su oposición a la autovía.

Dijo que “la desmesura del gobierno provincial es tan grande que mientras se gastan 4500 millones de pesos en 30 kilómetros de hormigón, las cuencas de los lagos San Roque y Los Molinos están muriendo”.

La Autovía de Punilla unirá San Roque con Cosquín a través de 14 kilómetros de extensión y la alternativa elegida por la provincia es la que más daño ambiental produce de las cinco existentes, según el análisis de distintas organizaciones ambientalistas. El 76 % del recorrido de la autovía daña bosque nativo de categoría Rojo, es decir de máxima conservación, y 5 kilómetros de su traza pasan por encima de la mina de uranio Rodolfo.

Iosa en su intervención en la Audiencia señaló que “la audiencia pública tiene que ver con una obra de infraestructura encarada por el gobierno de la provincia de Córdoba, llamada Autovía de Montaña, pero a mi entender, este espacio tiene que ver con la posibilidad de compartir una visión sobre el paradigma de desarrollo y progreso que tenemos que elegir los cordobeses para legar a nuestros hijos y nietos un lugar donde la vida sea una opción posible”.

Agregó que “esta obra monumental será recordada y estudiada por generaciones futuras. Los funcionarios que llevaron adelante esta obra serán recordados y estudiados por generaciones futuras. Esta obra monumental quedará en los anales de la historia de la insensatez humana”.

Reflexionó que “4500 millones de pesos están siendo utilizados con un apuro y velocidad sorprendentes en 30 kilómetros de hormigón que arrasan con el bosque nativo más prístino de las sierras, que remueven minerales radioactivos contaminando cursos de agua esenciales para la vida en la región y que vulneran el derecho de las familias y localidades del valle de poder elegir un futuro basado en la salud y el respeto a la vida”.

Siguió diciendo que “la desmesura del gobierno provincial es tan grande que mientras se gastan 4500 millones de pesos en 30 kilómetros de hormigón, las cuencas de los lagos San Roque y Los Molinos están muriendo. Se están convirtiendo en una enorme cloaca a cielo abierto donde prolifera un organismo extremadamente tóxico llamado cianobacteria (una bacteria que puede llevar a cabo la fotosíntesis oxigénica. La fotosíntesis oxigénica, por su parte, es un tipo de fotosíntesis: el proceso que permite sintetizar sustancias orgánicas a partir de sustancias inorgánicas, utilizando la energía que aporta la luz solar. En el caso específico de la fotosíntesis oxigénica, es el agua la sustancia que aporta electrones y que desarrolla la liberación de oxígeno a modo de subproducto). El gobierno de la provincia prefiere priorizar el hormigón al agua y la mayoría de los intendentes prefieren apoyar la demencia del poder y el dinero a la vida de las familias que representan”.

El lago San Roque se está convirtiendo en una enorme cloaca a cielo abierto donde prolifera un organismo extremadamente tóxico llamado cianobacteria.

Es tan obsceno lo que están haciendo, que mientras se avanza en la obra de un mega-puente frente al dique San Roque, el agua que pasa por debajo y de la que se alimentan los cordobeses registra valores de cianobacterias tóxicas de proporciones crecientes y bacterias provenientes de las heces humanas por encima de los valores permitidos para el uso recreativo del espejo de agua”, profundizó el ex funcionario de la comuna de Villa Carlos Paz.

Luego de enumerar sus acciones para enfrentar la contaminación y los daños ambientales en la cuenca del lago San Roque, resaltó que “de mi gestión al frente de la Secretaría de Salud, el logro que más valoro es haber puesto un cartel. Un solo cartel, que está en Bahía del Gitano, que previene a vecinos y turistas sobre la peligrosidad del contacto con el agua del lago San Roque y que previene sobre la ingesta de peces provenientes del lago”.

Reveló que “cuando se produjo la crisis ambiental por afloramiento de cianobacterias, el gobierno provincial aportó para su manejo cuatro botes y personal no especializado. es decir, que hay 4500 millones de pesos para 30 kilómetros de hormigón versus 0 pesos para un recurso estratégico para el desarrollo como el agua que toman 1,5 millones de cordobeses y de la que vive la economía de Punilla y Calamuchita”.

Finalizó diciendo que “a esto lo llaman desarrollo y progreso. Estamos en contra del paradigma de desarrollo y progreso que privilegia el hormigón al agua, el dinero a la vida y que permite la concentración de la riqueza. Tenemos que refundar el paradigma de desarrollo y progreso”.

Cordobés del año
El nombre de Iosa es conocido para muchos habitantes de esta provincia, ya que en 2013 recibió el reconocimiento como Cordobés del Año (que entrega el diario La Voz del Interior). En esa ocasión se valoró su trabajo social en las comunidades aborígenes del norte argentino. También ha sido visible su militancia en diversas luchas sociales, como fue el caso de la resistencia vecinal de Malvinas Argentinas a la instalación de Monsanto.

Iosa renunció a su cargo de Secretario de Salud del municipio de Villa Carlos Paz con el fin de inscribirse como expositor en la Audiencia Pública. “He decidido inscribirme para presentar mi opinión personal sobre el impacto en la salud ambiental que está ocasionando la priorización de la obra de la autovía de montaña”, escribió Iosa en el segundo párrafo de su renuncia.

Tras ello, declaró entender que su “opinión al respecto de dicha obra puede herir la relación institución del Municipio” que dirige Esteban Avilés, “respecto del gobierno y/o las instituciones provinciales”. Atento a las “consecuencias políticas” que sus declaraciones pudieran ocasionar, consideró que lo correcto era “liberar” al intendente y a su gobierno de dichas consecuencias.

Recordando su carácter de médico, Iosa argumentó su juramento hipocrático, recordando que éste lo obliga “desde el punto de vista ético y moral, a prevenir el daño y trabajar para repararlo en caso de tomar conocimiento sobre algo que pueda ser peligroso para la salud de una persona”. Sobre el caso en particular de la obra en plena montaña, entendió que lo que se pone en riesgo es “la salud de miles de ciudadanos de la provincia y de los turistas que visitan las sierras”.

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