Desde Vialidad
Provincial, se anticipó que la idea es que no se remuevan suelos,
sino que, por el contrario, se agreguen en esa área.
Que el trazado
elegido para la nueva autovía de Punilla atraviese un yacimiento de
uranio representa uno de los puntos más controvertidos del proyecto
oficial.
Francisco
Delgadino, director del instituto de la UNC que Vialidad Provincial
contrató para diseñar el proyecto, respondió a este diario sobre
esa polémica: “Cuando estábamos con el anteproyecto, surgió esto
de la mina Rodolfo, donde en los años ’70 la Comisión Nacional de
Energía Atómica (Cnea) determinó que existía ese yacimiento. Nos
encontramos con esos estudios y le pedimos a la Cnea que hiciera
ahora un nuevo relevamiento, que está hoy incorporado en la
Secretaría de Ambiente. Esos estudios señalan una línea de base
sobre lo que está sucediendo hoy y determinaron que existe una
emanación que no es distinta a la que tiene cualquier persona en
cualquier parte del mundo. Lo que ellos recomiendan, de todos modos,
es que no se hagan excavaciones en esa zona, sino que se terraplene.
Con esas indicaciones que realizan los expertos de la Cnea, en
teoría, una vez que esté la obra hecha, debería haber igual o
menos mediciones de radiación que las que se registran ahora”.
Desde Vialidad
Provincial, se anticipó que la idea es que no se remuevan suelos,
sino que, por el contrario, se agreguen en esa área.
Que el trazado
elegido para la nueva autovía de Punilla atraviese un yacimiento de
uranio representa uno de los puntos más controvertidos del proyecto
oficial.
Francisco
Delgadino, director del instituto de la UNC que Vialidad Provincial
contrató para diseñar el proyecto, respondió a este diario sobre
esa polémica: “Cuando estábamos con el anteproyecto, surgió esto
de la mina Rodolfo, donde en los años ’70 la Comisión Nacional de
Energía Atómica (Cnea) determinó que existía ese yacimiento. Nos
encontramos con esos estudios y le pedimos a la Cnea que hiciera
ahora un nuevo relevamiento, que está hoy incorporado en la
Secretaría de Ambiente. Esos estudios señalan una línea de base
sobre lo que está sucediendo hoy y determinaron que existe una
emanación que no es distinta a la que tiene cualquier persona en
cualquier parte del mundo. Lo que ellos recomiendan, de todos modos,
es que no se hagan excavaciones en esa zona, sino que se terraplene.
Con esas indicaciones que realizan los expertos de la Cnea, en
teoría, una vez que esté la obra hecha, debería haber igual o
menos mediciones de radiación que las que se registran ahora”.
Desde Vialidad
Provincial, se anticipó que la idea es que no se remuevan suelos,
sino que, por el contrario, se agreguen en esa área.
El Foro Ambiental
Córdoba cuestionó que el estudio de impacto ambiental no aportara
la información suficiente para avalar su paso por esa mina. Marcó
que de los 14,3 kilómetros entre San Roque y Cosquín, cinco la
atravesarán y que ese estudio oficial detalla los metros cúbicos de
suelo por mover para la nueva traza, pero no para el tramo sobre el
yacimiento y advierte de que hay planos que anticipan excavaciones en
esa área.
Anoche, circuló
un documento firmado el 19 de marzo pasado por la Dirección de
Asuntos Jurídicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que
definió, ante una consulta por este caso, que “el resultado del
estudio de impacto ambiental sólo responde a una opinión técnica
de los profesionales intervinientes, como resultado de un trabajo de
investigación, pero de manera alguna podrá tenerse como una
posición u opinión institucional de esta Universidad”.
Fuente:
Las polémicas por el yacimiento de uranio y por el rol de la UNC, 16/05/18, La Voz del Interior.
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