El nuevo sarcófago de Chernóbil. Foto: Reuters |
Hace 32 años explotó la central nuclear de Chernóbil con consecuencias drásticas. A pesar de todo, Ucrania sigue aferrándose a la energía nuclear. Sylvia Kotting-Uhl habló con DW al respecto.
por Gero Rueter
Deutsche Welle:
Señora Kotting-Uhl, usted es la presidenta de la Comisión de Medio
Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear en el
Parlamento alemán, acaba de estar en Chernóbil y ha podido
comprobar las consecuencias causadas por la gran catástrofe nuclear.
¿Cuál es su impresión?
Me sorprendió la
actitud esquizofrénica hacia la energía nuclear. Ucrania fue el
primer país que vivió un accidente nuclear de esas dimensiones.
Hasta la actualidad no se han superado las consecuencias en absoluto
y, según las autoridades, no será tampoco posible. La zona
restringida de 10 kilómetros, por ejemplo, no será nunca más
habitable.
Por otro lado, la
energía nuclear está considerada como indispensable. Se ha tomado
conciencia de la importancia de dejar atrás las energías fósiles y
del carbón y, por eso, Ucrania se aferra, a pesar de Chernóbil, a
la energía nuclear. Hay poco interés por las energías renovables,
lo que me parece increíble.
¿Cómo lidia la
gente con esta desgracia?
La situación
económica es desde la guerra con Rusia relativamente mala. Las arcas
del Estado no disponen de dinero suficiente como para indemnizar a
los afectados por Chernóbil. Por eso, hay 12.000 recursos en el
Tribunal Internacional de Justicia de Derechos Humanos.
Con frecuencia,
la vida de las víctimas está destruida. En las zonas restringidas
se pueden ver casas abandonadas, llenas de arbustos y árboles tras
32 años.
Por el otro lado,
la ciudad de Kiev es muy europea. Allí se suele decir: "Necesitamos
el crecimiento, el desarrollo y, por eso, la energía nuclear”.
Aunque no hay dinero para las víctimas, piensan que la energía
nuclear es la forma más barata de producir energía. Esto es
esquizofrénico, porque se escinde lo sucedido en Chernóbil de la
realidad.
Ucrania se aferra
a la energía nuclear. ¿Cómo?
Por el momento,
se trata de la prolongación de la vida útil de los reactores. Se
calculó que la prolongación de la vida útil y por reactor costaría
entre 300 y 900 millones de euros, pero construir nuevos hasta 9 000
millones de euros, lo que no pueden permitirse en este momento.
Los reactores
tienen una vida útil de 30 años. Ahora la idea es prolongar el
funcionamiento de los reactores viejos y muy viejos, con o casi 30
años.
Han ubicado un
sarcófago sobre el reactor dañado. ¿Qué tan exitoso es este
proyecto?
Esta construcción
es una obra brillante de la tecnología, pero aún no está en
funcionamiento. Los niveles de radiación interna son más altos que
los calculados, por lo que los robots no pueden trabajar todavía.
Originalmente, la cubierta protectora debería ponerse en
funcionamiento a finales de 2017. Ahora se dijo que planean hacerlo a
finales de 2018. Sospecho que puede tomar incluso más tiempo. Pero,
por supuesto, esto proporcionará una protección mucho mejor contra
la emisión de radiaciones que el antiguo sarcófago, que ahora está
empezando a desmoronarse. Participaron 45 países y recaudaron dos
mil millones de euros. Esa es una gran muestra de solidaridad.
En Europa,
algunos países han decidido prescindir de la energía nuclear,
mientras que otros quieren que sus antiguos reactores funcionen el
mayor tiempo posible, a pesar del riesgo creciente. ¿No hay cambios
a la vista?
No. Al igual que
en Ucrania, en muchos países de la UE existe la convicción de que
se necesita energía nuclear, sobre todo para alcanzar los objetivos
climáticos de París. Por cierto, la Comisión de la UE también ha
actuado muy activamente en este sentido en Ucrania. Polonia, la
República Checa y Bulgaria quieren expandirse o volver a usar
energía nuclear, y en países con armas nucleares como Francia y el
Reino Unido, el uso militar y el llamado civil van, de todos modos,
de la mano.
Los consorcios
persiguen sus propios intereses y quieren ganar dinero con viejos
reactores nucleares. Los ciudadanos europeos, están preocupados por
los accidentes causados por los antiguos reactores. ¿Cómo ve este
conflicto de intereses?
Lamentablemente,
las preocupaciones están completamente justificadas. Con el
envejecimiento, las averías aumentan. Desde la edad de 30 años, 32
años, el riesgo de avería aumenta significativamente. No se dejó
al azar que la vida útil de las centrales nucleares debería ser de
30 años. Ahora su funcionamiento se puede prolongar hasta 40 y 50;
algunos hablan de 60 años. Es una locura total.
Me desespera un
poco el hecho de que después de 32 años de Chernóbil y ni siquiera
diez años después de Fukushima, parece que se haya olvidado
nuevamente que el ser humano comete errores y la tecnología puede
fallar. Este riesgo de prolongar la vida útil de antiguas centrales
eléctricas en Europa está creciendo y es irresponsable.
Me gustaría que
la gente saliera a la calle a manifestarse. En Alemania se tiene la
impresión de que tras haberse aprobado el apagón nuclear, ya no hay
peligro. Desgracidamente no es así. Sabemos por Chernóbil hasta
dónde puede llegar la nube radioactiva. La sociedad civil debe
abogar por un apagón nuclear en toda Europa.
Sylvia
Kotting-Uhl es la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente,
Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear en el Parlamento
alemán y miembro de Los Verdes.
Fuente:
Gero Rueter, "Ucrania se aferra, a pesar de Chernóbil, a la energía nuclear", 26/04/18, Deutsche Welle.
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