Europa necesita
autos eléctricos como eje de la transición energética. Sus
baterías requieren litio, pero la minería genera problemas sociales
y ambientales en países como Chile.
por Sophia Boddenberg
"Chilenos
contra la privatización de la riqueza de la nación" o "Litio
para Chile, no para Soquimich", dicen las pancartas de
manifestantes en Santiago de Chile. La minera chilena Soquimich
(Sociedad Química y Minera de Chile o SQM) es uno de los extractores
de litio más grandes del mundo.
El litio es hoy
una de las materias primas más codiciadas en el mercado mundial. No
solo los autos eléctricos, sino también los portátiles y teléfonos
celulares necesitan baterías de iones de litio. En consecuencia, la
demanda mundial de litio se duplicaría en 2025, estima la Agencia
Alemana de Recursos Minerales.
El metal ligero
de color blanco plateado tiene una gran capacidad de calor y baja
densidad, por lo que es ideal para baterías compactas y duraderas.
Algunos ya están hablando del "oro o el petróleo blanco".
Estudiantes y
sindicatos rechazan un acuerdo entre la Organización Chilena para el
Desarrollo Económico (CORFO) y la empresa química SQM sobre la
explotación de litio en 2030, que fue firmado a principios de este
año. El gobierno chileno quiere aumentar la producción de litio y
discute la posibilidad de producir baterías. El país suramericano
busca acabar con la dependencia de las materias primas que exporta,
pero cuyos productos finales no fabrica.
Extracción de
litio no solo en manos privadas
"Para
nosotros, el contrato es ilegal", dice Miguel Soto, presidente
de la iniciativa "Litio para Chile", y agrega que el
acuerdo firmado contradice la Convención de Naciones Unidas contra
la Corrupción, "porque SQM es la compañía más corrupta del
país".
"Queremos
renacionalizar SQM, lo que no significa que las empresas privadas no
puedan participar en la extracción de litio, pero el estado necesita
tener el control", apunta Soto, miembro del sindicato industrial
Constramet.
SQM fue una
empresa estatal llamada Soquimich, privatizada durante la dictadura
militar de Augusto Pinochet en la década de 1980. Desde entonces,
gran parte de las acciones pertenecen a la familia del dictador
fallecido. El hijo de Pinochet, Julio Ponce Lerou, se aseguró una
tercera parte de SQM cuando la empresa fue privatizada. Hoy, según
Forbes, Ponce Lerou es uno de los chilenos más adinerados. Aunque se
supone que el millonario debe entregar la gestión con el nuevo
acuerdo, seguirá siendo el principal accionista.
Consecuencias
indeseables
El Salar de
Atacama pertenece al llamado "triángulo de litio" entre
Bolivia, Argentina y Chile. Un lugar que no solo atrae a turistas
sino también a compañías químicas como SQM y Rockwood, de la
estadounidense Albermarle. Se estima que en las profundidades de
dicho lago salado se encuentran los depósitos de litio más grandes
del mundo.
El litio es un
metal alcalino que se obtiene en un proceso de evaporación. Para
esto, el agua mineral subterránea se bombea hacia grandes piscinas.
Bajo el sol del desierto se evapora, provocando que diferentes sales
se asienten. Gracias a un proceso químico, esta solución salina se
transforma en carbonato de litio.
El proceso de
evaporación consume mucha agua. El nivel del agua subterránea está
bajando en la región, los cursos fluviales y los humedales se están
secando. En las comunidades de los alrededores, hay escasez de agua,
la contaminación del suelo y el agua potable aumentan porque el agua
residual no es tratada. Este no solo es un problema para la población
residente, en su mayoría indígena, sino también para la flora y la
fauna.
Pueblos indígenas
no incluidos
Chile es el único
país del mundo donde los recursos hídricos y la gestión del agua
están totalmente en manos de particulares. SQM posee actualmente los
derechos del agua en la región del Salar de Atacama, donde se extrae
el litio.
"SQM se roba
nuestra agua para extraer litio", se queja Ana Ramos, presidenta
del Consejo de Pueblos Atacameños. El gobierno chileno está
obligado por un acuerdo con la Organización Internacional del
Trabajo a garantizar la Protección de los Pueblos Indígenas y a
tener en cuenta a la población afectada.
"No hay
estudios sobre los efectos de la extracción de litio en el
ecosistema", afirma, por su parte, Domingo Ruiz, bioquímico de
la Universidad de Santiago. En dicho laboratorio se desarrollan
baterías de iones. "Somos el mayor exportador de carbonato de
litio. Exportamos materias, pero no fabricamos los productos”concluye
Ruiz y advierte que "el gobierno chileno invierte muy poco en
investigación y desarrollo tecnológico”.
Fuente:
Sophia Boddenberg, Extracción de litio en Chile ¿bendición o maldición?, 27/04/18, Deutsche Welle. Consultado 28/04/18.
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