domingo, 29 de abril de 2018

Buenos Aires: Dos muertos, casi 1200 evacuados y daños por un temporal

por Valeria Musse

Un hombre y su hijo adolescente murieron electrocutados ayer durante el devastador temporal que desveló a porteños y bonaerenses durante la madrugada y la mañana. Ráfagas de hasta 130 km/h y precipitaciones superiores a los 120 mm provocaron la voladura y caída de techos y carteles publicitarios, el derrumbe de árboles, inundaciones y cortes en el suministro de energía a miles de usuarios. Los destrozos afectaron la Capital y ciertas zonas del conurbano, en las que hubo casi 1200 evacuados.

La tormenta tuvo uno de sus picos más fuertes apenas pasadas las 3. Los rayos iluminaron el cielo y la lluvia se descargó con una sorprendente intensidad. En el municipio de Tres de Febrero, dos hombres de 42 y 17 años -identificados como Alejandro y Abel Apud- fallecieron electrocutados luego de tocar una puerta de chapa en el patio de su casa en el barrio Derqui. Ese distrito fue uno de los más afectados en el oeste del conurbano. Un cartel publicitario de ocho toneladas se desplomó sobre cuatro casas. No hubo víctimas, pero los ocupantes de los inmuebles no sabían cuándo podrían retornar a sus hogares.

En Merlo hubo ráfagas de hasta 130 km/h. La rudeza fue tal que el techo de un estacionamiento de vehículos cayó encima de 18 rodados. "Tenemos caída de árboles, cortes en el servicio eléctrico por los cables caídos, viviendas con voladura de techos y dañadas por árboles que se desplomaron sobre ellas", contó el intendente Gustavo Menéndez.

"Se nos mojó todo. Se voló todo el techo y perdimos mercadería. Ayuda por favor", escribieron en su muro de Facebook los responsables del comedor Ángel Guardián, liderado por los vecinos Eva Rojas y Héctor González, de ese distrito. Un centenar de chicos comen allí.

En El Palomar, partido de Morón, se derrumbó el techo de la escuela N° 5 y afectó algunas de las aulas, lo que pone en riesgo que se reanuden las clases pasado mañana. En ese municipio, 400 personas debieron dejar sus hogares.

Por las intensas y constantes lluvias, algunos arroyos de los alrededores de Pilar (que cruzan el cauce principal del río Luján) y de municipios del sur del conurbano, como Quilmes y Lomas de Zamora, desbordaron, lo que obligó a los vecinos más próximos a dejar sus casas.

Tanto en Pilar, donde hubo más de un centenar de evacuados tras caer 120 milímetros, como en Luján, los responsables de Defensa Civil y de Emergencias del gobierno bonaerense se mantenían atentos al nivel de agua que podría descender desde la cuenca alta de aquel río en las próximas horas.

Graciela Cordero y otros vecinos del barrio Padre Varela de Luján temían anoche por la crecida del arroyo Gutiérrez. "Empezó a desbordar y estamos preocupados por lo que pueda pasar de noche si llega de golpe mucha agua al río Luján", contó la mujer a la nacion.

En Quilmes, en tanto, el cauce del arroyo Las Piedras se salió fuera de control; decenas de familias resultaron damnificadas. Anoche había al menos 150 evacuados y el número podría crecer con el transcurso de las horas, según indicaron a La Nación fuentes del Ministerio de Seguridad y de Defensa Civil de la provincia.

La Matanza sumó 500 personas que debieron abandonar sus hogares por el ingreso de agua.

Trastornos
El impacto de la tormenta también fue severo en la Capital. Entre los barrios más afectados por las abundantes lluvias estuvieron Mataderos (111 mm), Villa Ortúzar (98 mm), Liniers (94 mm), Parque Chacabuco (91 mm) y Belgrano (90 mm).

Algunas estaciones de subte, como la de Santa Fe de la línea H, se inundaron sin piedad. La línea B estuvo interrumpida por horas, mientras que la D prestó un servicio limitado entre Congreso de Tucumán y 9 de Julio. La C estuvo paralizada en el horario de arranque del servicio, al igual que el ferrocarril Urquiza. Con el paso de las horas, la situación se regularizó.

Durante las primeras horas de la mañana, las líneas Sarmiento, San Martín y el Tren de la Costa sufrieron limitaciones en sus respectivos recorridos por la caída de árboles y carteles en la zona de las vías.

En el Aeroparque Jorge Newbery colapsó un desagüe del sector nuevo de check in, que aún no había sido inaugurado, y el agua "empezó a caer sobre los mostradores". Varios vuelos sufrieron demoras en esta aeroestación y también en Ezeiza.

Un hombre y su hijo adolescente murieron electrocutados ayer durante el devastador temporal que desveló a porteños y bonaerenses durante la madrugada y la mañana. Ráfagas de hasta 130 km/h y precipitaciones superiores a los 120 mm provocaron la voladura y caída de techos y carteles publicitarios, el derrumbe de árboles, inundaciones y cortes en el suministro de energía a miles de usuarios. Los destrozos afectaron la Capital y ciertas zonas del conurbano, en las que hubo casi 1200 evacuados.

La tormenta tuvo uno de sus picos más fuertes apenas pasadas las 3. Los rayos iluminaron el cielo y la lluvia se descargó con una sorprendente intensidad. En el municipio de Tres de Febrero, dos hombres de 42 y 17 años -identificados como Alejandro y Abel Apud- fallecieron electrocutados luego de tocar una puerta de chapa en el patio de su casa en el barrio Derqui. Ese distrito fue uno de los más afectados en el oeste del conurbano. Un cartel publicitario de ocho toneladas se desplomó sobre cuatro casas. No hubo víctimas, pero los ocupantes de los inmuebles no sabían cuándo podrían retornar a sus hogares.

En Merlo hubo ráfagas de hasta 130 km/h. La rudeza fue tal que el techo de un estacionamiento de vehículos cayó encima de 18 rodados. "Tenemos caída de árboles, cortes en el servicio eléctrico por los cables caídos, viviendas con voladura de techos y dañadas por árboles que se desplomaron sobre ellas", contó el intendente Gustavo Menéndez.

"Se nos mojó todo. Se voló todo el techo y perdimos mercadería. Ayuda por favor", escribieron en su muro de Facebook los responsables del comedor Ángel Guardián, liderado por los vecinos Eva Rojas y Héctor González, de ese distrito. Un centenar de chicos comen allí.

En El Palomar, partido de Morón, se derrumbó el techo de la escuela N° 5 y afectó algunas de las aulas, lo que pone en riesgo que se reanuden las clases pasado mañana. En ese municipio, 400 personas debieron dejar sus hogares.

Por las intensas y constantes lluvias, algunos arroyos de los alrededores de Pilar (que cruzan el cauce principal del río Luján) y de municipios del sur del conurbano, como Quilmes y Lomas de Zamora, desbordaron, lo que obligó a los vecinos más próximos a dejar sus casas.

Tanto en Pilar, donde hubo más de un centenar de evacuados tras caer 120 milímetros, como en Luján, los responsables de Defensa Civil y de Emergencias del gobierno bonaerense se mantenían atentos al nivel de agua que podría descender desde la cuenca alta de aquel río en las próximas horas.

Graciela Cordero y otros vecinos del barrio Padre Varela de Luján temían anoche por la crecida del arroyo Gutiérrez. "Empezó a desbordar y estamos preocupados por lo que pueda pasar de noche si llega de golpe mucha agua al río Luján", contó la mujer a la nacion.

En Quilmes, en tanto, el cauce del arroyo Las Piedras se salió fuera de control; decenas de familias resultaron damnificadas. Anoche había al menos 150 evacuados y el número podría crecer con el transcurso de las horas, según indicaron a La Nación fuentes del Ministerio de Seguridad y de Defensa Civil de la provincia.

La Matanza sumó 500 personas que debieron abandonar sus hogares por el ingreso de agua.

El impacto de la tormenta también fue severo en la Capital. Entre los barrios más afectados por las abundantes lluvias estuvieron Mataderos (111 mm), Villa Ortúzar (98 mm), Liniers (94 mm), Parque Chacabuco (91 mm) y Belgrano (90 mm).

Algunas estaciones de subte, como la de Santa Fe de la línea H, se inundaron sin piedad. La línea B estuvo interrumpida por horas, mientras que la D prestó un servicio limitado entre Congreso de Tucumán y 9 de Julio. La C estuvo paralizada en el horario de arranque del servicio, al igual que el ferrocarril Urquiza. Con el paso de las horas, la situación se regularizó.

Durante las primeras horas de la mañana, las líneas Sarmiento, San Martín y el Tren de la Costa sufrieron limitaciones en sus respectivos recorridos por la caída de árboles y carteles en la zona de las vías.

En el Aeroparque Jorge Newbery colapsó un desagüe del sector nuevo de check in, que aún no había sido inaugurado, y el agua "empezó a caer sobre los mostradores". Varios vuelos sufrieron demoras en esta aeroestación y también en Ezeiza.

Cerca de las 3, un tramo del paredón que rodea el predio del Hospital Borda, en el barrio de Barracas, se desmoronó sobre la vereda que da hacia la avenida Amancio Alcorta.

A la misma hora, un gran susto se llevaron los asistentes a la fiesta electrónica que se realizaba al aire libre en el estadio Malvinas Argentinas, en La Paternal. La sorpresiva caída de un rayo, que destrozó parte del escenario, obligó a evacuar el predio. Cerca de allí, en el vecino barrio de Agronomía, el derrumbe de algunos árboles afectó el club Arquitectura. "Uno aplastó el alero del vestuario y hay otros más dispersos en el terreno", contaron, afligidos, los directivos de la institución.

Hubo, además, inundaciones en los teatros Colón y San Martín. "Hasta las 16 [de ayer] ingresaron al Centro Único de Coordinación y Control 1840 llamadas, que generaron más de 100 intervenciones directas. No hubo evacuados en la ciudad", afirmó el director de Defensa Civil local, Raúl Garnica.

Al amanecer, más de 100.000 usuarios estaban sin luz en la ciudad y la provincia, según informó el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE). Anoche, aún quedaban 80.000 a oscuras.

La tormenta obligó además a suspender varias actividades deportivas: los partidos de fútbol de Gimnasia y Esgrima de La Plata contra Boca Juniors (que se iba a jugar en la capital provincial) y de Racing contra Arsenal (se hubiera desarrollado en Avellaneda), así como la final de la Copa de las Naciones, que iban a disputar Argentina y Colombia en el Campo de Polo de Palermo.

Fuente:
Valeria Musse, Dos muertos, casi 1200 evacuados y daños por un temporal, 29/04/18, La Nación.

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