por Maggie Astor
Agrega esto a la
lista de decisiones que dependen del cambio climático: ¿deberías
de tener hijos?
No es un buen
momento para que la gente se sienta esperanzada: las consecuencias
del calentamiento global ya no son solo teóricas, los pronósticos
se han vuelto más urgentes y los gobiernos demoran en tomar
acciones. Aunque son pocos, algunos estudios han investigado qué
papel desempeña el cambio climático en la decisión de la gente de
tener hijos o no. En las entrevistas que hicimos a más de una decena
de personas cuyas edades oscilan entre los 18 y los 43 años, se
percibe como una gran amenaza.
Una mujer de 32
años que siempre pensó que tendría hijos ya no puede justificarlo.
Una mormona se ha rebelado a su religión y decidió adoptar en lugar
de tener un hijo biológico. Una mujer de Ohio se convirtió en madre
por primera vez después de quedar embarazada sin planearlo, y
después decidió embarazarse de nuevo porque no quería que su hija
enfrentara el colapso medioambiental sin compañía.
Entre ellas,
existe la sensación de estar atrapadas en cuestionamientos éticos
muy dolorosos que las generaciones anteriores no tenían que
enfrentar. Algunas se preocupan por la calidad de vida que tendrán
los niños cuando las costas se inunden, los incendios forestales
sean más agresivos y el clima extremo se vuelva más común. Otras
son completamente conscientes de que tener un hijo es una de las
acciones que más costos medioambientales tiene.
La tasa de
natalidad en Estados Unidos ha ido disminuyendo durante la última
década, y llegó a un nuevo piso en 2016. La inseguridad económica
ha sido un factor importante, pero incluso mientras la economía se
recupera, el declive de la natalidad continúa.
Además, la
discusión sobre el papel del cambio climático se intensifica.
“Cuando
comenzamos este proyecto, no conocía a nadie que tuviera
conversaciones sobre el tema”, dijo Meghan Kallman, cofundadora de
Conceivable Future, una organización que señala cómo el cambio
climático está limitando las alternativas reproductivas.
Eso ha cambiado,
contó, ya sea porque más gente está dudando o porque el tema se ha
vuelto menos tabú.
Enfrentando un
futuro incierto
Si no fuera por
el cambio climático, dijo Allison Guy, ella dejaría de usar métodos
anticonceptivos mañana mismo.
Sin embargo, los
pronósticos de los científicos, en caso de que no se tomen acciones
inmediatas, no son “congruentes con una sociedad estable”, dijo
Guy, de 32 años, quien trabaja en una organización de la sociedad
civil para la conservación de la vida marina en Washington. “No
quiero traer un hijo al mundo preguntándome si será para que viva
en una especie de distopía al estilo de la película Mad Max”.
Los padres como
Amanda Perry Miller, líder de las juventudes cristianas y madre de
dos niños en Independence, Ohio, comparte sus temores.
“Los animales
están desapareciendo. Los océanos están llenos de plástico. La
población humana es tan grande que el planeta no será capaz de
soportarlo de manera indefinida”, dijo Perry Miller, de 29 años.
“Esto no ofrece un panorama muy alentador para la gente que trae a
casa a un recién nacido”.
Los que
reflexionan sobre estos problemas no tienen un perfil idéntico entre
sí. Son mujeres y hombres, liberales y conservadores. Pertenecen a
varias regiones y religiones.
Cate Mumford, de
28 años, es mormona, y los mormones creen que Dios les ha ordenado
que “se multipliquen y pueblen la Tierra”. No obstante, incluso
durante su adolescencia no podía quitarse de la cabeza otra frase de
su doctrina: “Somos los cuidadores de la Tierra”.
Mumford,
estudiante de posgrado en un programa conjunto entre las
universidades Johns Hopkins y Brigham Young, tiene planes de adoptar
a un niño con su esposo. Algunos miembros de su iglesia han tenido
reacciones violentas y la acusan de ir en contra de los designios de
Dios. Sin embargo, ella dice que se siente justificada por los
terribles pronósticos para el futuro.
Hace algunos años
viajó a China, donde la contaminación ambiental es una crisis
nacional. Y lo único en lo que podía pensar era: “Me siento muy
tranquila de saber que no traeré al mundo a un recién nacido a
sufrir como estos niños”.
‘Un poco de
disonancia cognitiva bastante desarrollada’
Para muchos, el
deseo de reproducción no es fácil de ignorar.
“Si lo que
quieres es una familia, no puedes simplemente hacer que ese
sentimiento desaparezca por completo”, dijo Jody Mullen, de 36 años
y madre de dos hijos, que vive en Nueva Jersey. “No puedes
solamente decir: ‘No es bueno para el medioambiente si los humanos
siguen reproduciéndose, así que simplemente borro la idea’”.
Además, también
surgen las concesiones. Algunos padres deciden criar ciudadanos
conscientes que podrían ayudar a combatir el cambio climático.
Algunos que quieren muchos hijos deciden solo tener uno.
Para Sara Jackson
Shumate, de 37 años, que ya tiene una hija pequeña, un segundo hijo
implicaría mudarse a una casa lejos de su trabajo como profesora en
la Universidad Estatal Metropolitana de Denver. No está segura de
que pueda justificar el impacto medioambiental de una casa más
grande y un viaje más largo al trabajo.
No obstante, para
Perry Miller, la líder juvenil de Ohio, la reflexión tomó el
camino contrario: una vez que tuvo a su primera hija, el cambio
climático hizo que su deseo se volviera más apremiante.
“Algún día,
mi esposo y yo ya no estaremos aquí”, dijo. “Si mi hija tiene
que enfrentar el fin del mundo tal como lo conocemos, quiero que
tenga a su hermano junto a ella”.
Laura Cornish, de
32 años y madre de dos hijos, dijo que sintió “una disonancia
bastante fuerte entre saber que la ciencia pinta todo muy mal y aún
tener la esperanza de que su futuro estará bien”.
“Ya no leo las
noticias científicas porque son horribles”, dijo. “Simplemente
no me engancho con eso porque es difícil cuadrarlo con mis
decisiones”.
‘Lo que se
descompuso es más grande que nosotros’
La gente que
decide no tener hijos está acostumbrada a que la tachen de
“egoísta”. Sin embargo, muchos de ellos consideran que su
decisión es un sacrificio.
La maternidad es
“algo que quiero”, dijo Elizabeth Bogard, de 18 años, estudiante
de primer año de la Universidad del Norte de Illinois. “Pero aún
es difícil para mí justificar mis deseos sobre lo que importa y lo
que es importante para todos”.
Esta actitud
parece bastante común entre la gente que ha sufrido los efectos del
cambio climático de primera mano.
Hemanth Kolla es
originario de Hyderabad, en la India, donde la sequía y las
abrasadoras olas de calor han causado muertes. Ahora vive en
California, donde la amenaza de incendios forestales está en aumento
y acaba de terminar una sequía de seis años. Kolla, de 36 años,
dijo que sentía que era incorrecto tener descendencia cuando no
creía que el mundo pudiera ser un lugar mejor para su posible hijo o
hija.
En el mismo
sentido, Maram Kaff, que vive en El Cairo, dijo que la habían
afectado profundamente las declaraciones de que algunas partes del
Medio Oriente podrían ser demasiado calurosas para que los humanos
las habiten para el 2100.
“He visto cómo
tratan a los refugiados sirios que huyen de la guerra”, dijo Kaff,
de 33 años, en un correo electrónico. “Imagínate cómo van a
tratar a mis hijos si tienen que dejar su país a causa del clima extremo, la sequía, la falta de recursos, las inundaciones”.
“Sé que los
humanos estamos genéticamente programados para la procreación”,
dijo, “sin embargo, ahora mi instinto me dice que debo proteger a
mis hijos de los horrores que les depara el futuro simplemente no
trayéndolos al mundo”.
Kallman y
Josephine Ferorelli, las fundadoras de Conceivable Future, dijeron
que el sentimiento predominante en sus reuniones era el duelo y que
la sola existencia de estas conversaciones debería provocar acciones
políticas.
“Estas
historias nos dicen que lo que está descompuesto es más grande que
nosotros”, dijo Ferorelli. “El hecho de que la gente esté
considerando seriamente no tener hijos por el cambio climático es la
razón por la que debemos expresar nuestras exigencias”.
La mayor parte de
la gente que entrevistamos, los que son padres y los que no, lamentan
tener que considerar el cambio climático para poder tomar
decisiones.
“¿Qué clase
de horrible pregunta es esa?”, dice Guy, la trabajadora de la
organización de la sociedad civil en Washington. “¿Por qué
tendríamos que considerar eso?”.
Fuente:
Fuente:
Maggie Astor, ¿No tener hijos por el cambio climático? Algunas personas lo están considerando, 09/02/18, The New York Times.
No hay comentarios:
Publicar un comentario