Sucedió en pleno
comunismo por orden de Stalin, ensañado en especial contra el pueblo
ucraniano.
por Alfredo Serra
Holodomor. El
nombre sugiere, además de un enigma por descifrar, acaso el de un
dios pagano. Y su resonancia lo instala menos en el Bien que en el
Mal.
Pero estas
palabras son apenas una fantasía…
Avancemos hacia
la verdad.
En apenas un año -1932 a 1933-, la bestial dictadura de Iósif Stalin ordenó el
Holomodor contra el campesinado que sobrevivía bajo el comunismo
como República Socialista Soviética de Ucrania.
Aquí llegamos al
verdadero y trágico significado de la palabra: Holodomor o Golodomor
quiere decir, aterradoramente: "Matar de hambre".
Exactamente lo
que hizo "el padrecito Stalin" contra un número que oscila
entre los dos y los cuatro millones de almas. De muertos. De otras
tantas o más familias aniquiladas. Y con un dato demoníaco: la
mayoría de esos cadáveres arrojados a enormes fosas comunes… eran
de niños.
El punto de
partida -la condena- fue el proceso de colectivización del
campo: el despojamiento de las tierras que aún conservaban algunos
dueños desde los tiempos del zarismo.
Cínico, Stalin
atribuyó la letal hambruna a una serie de malas cosechas.
Falso. La
producción ucraniana de granos llegó en 1933 a un récord de 22
millones de toneladas: más que en 1931, mucho más que en 1932…
Testimonio de
Maria Martyniuk, sobreviviente:
"El gobierno
dijo que había que entregárselo todo, y comenzaron a humillar a mi
padre, que dijo: 'Tengo hijos, tengo una familia'. Pero ellos dijeron
que todos iríamos a la granja colectiva, el koljoz, y que allí
estaríamos mejor. Le dijeron a mi padre que bajara las campanas de
la iglesia, pero él se negó:
- Yo no las
subí, y no voy a bajarlas…
Lo golpearon y lo
encerraron en una celda. No lo vimos durante dos semanas. Y apenas
volvió a casa… ¡murió! Las máquinas que cosechaban el trigo y
el centeno dejaban los tallos. Mi madre recogió algunos para cocinar
algo, pero una brigada se los quitó, y la golpeó. Ella se acostó
en su cama, y nunca más se levantó. Así fue como murió".
¿Sólo los
ucranianos fueron víctimas del Holodomor, o la hambruna fue
colectiva?
Según varios
historiadores, "fue un acto de exterminio intencional de Stalin
contra la nacionalidad ucraniana por oscuras razones nunca aclaradas.
Es cierto, sí, que la apropiación de las tierras y las cosechas por
parte del Estado soviético propició otras hambrunas, pero ninguna
tan cruel y criminal como la lanzada contra Ucrania".
La
colectivización -el despojo, en verdad- fue decidida por el
Comité Central del Partido Comunista en diciembre de 1929: una
guerra declarada, abierta y total contra los campesinos… ¡el 82
por ciento de la población del bloque de naciones sometidas por el
régimen!
Por cierto, esa
política de tabla rasa desató protestas, disturbios y revueltas en
todo el territorio: más de tres millones dispuestos a impedir el
despojo. Pero el Ejército Rojo se encargó de extinguir esos fuegos,
arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos de
conspirar contra el Estado, los condenó a las prisiones siberianas,
y muchos fueron fusilados…
Testimonio de
Luba Kachmarska, sobreviviente:
"Cuando
empezaron a expropiar nuestras tierras cubrieron nuestras papas con
un polvo blanco. Las más grandes, que mi madre había reservado para
nosotros, y también las más pequeñas, que eran para nuestros
cerdos. Los hombres empujaron las papas con rastrillos para que se
mezclaran con ese polvo blanco, que era veneno. Destrozaron todo y se
llevaron las semillas que mi madre había salvado para el próximo
año. No sé por qué mi madre hizo esto: antes de que nos robaran
cuanto teníamos, cavó un gran agujero cerca de nuestra bodega, y en
el otoño escondió allí dieciocho bolsas de papas. Después derribó
un árbol para cubrir el agujero. Nadie lo encontró, a pesar de que
tantearon el suelo por todas partes tanteándolo con varillas de
acero. Sin esas papas, ni la familia de mi madre ni nosotros
hubiéramos sobrevivido".
Pero Stalin
consideraba insuficientes esos crímenes: esas condenas a morir de
hambre. Tanto, que el 11 de agosto de 1932 le escribe una carta a
Lázar Kaganóvich (1893–1991), un monstruo llamado "el Lobo
del Kremlin", experto en matanzas masivas:
"Ucrania es
hoy en día la principal cuestión, estando el Partido, y el propio
Estado y sus órganos de la policía política de la república,
infestados por agentes nacionalistas y por espías polacos, corriendo
el riesgo de perder Ucrania. Una Ucrania que por el contrario es
necesario transformar en una fortaleza bolchevique".
Títere
siniestro, Kagánovich, organizador de toda forma de represión,
tormento y muerte masivas, está considerado el cerebro de más de 40
millones de muertos hasta la agonía y muerte del comunismo.
Pero, last but
not least, la masacre por hambre, el Holodomor -unos 25 mil muertos
por día-, fue objeto de discusión durante décadas por una
nimiedad, una grotesca estupidez universal.
Si bien la
condena fue unánime (o casi), quince países admitieron que la
hambruna 1932–1933 fue sin lugar a dudas un genocidio contra el
pueblo ucraniano. Pero apenas cinco le negaron su carácter de
genocidio, reduciendo el Holodomor a sólo "un acto criminal del
régimen estalinista"
Esos países son
Estados Unidos, la República Checa, Eslovaquia, Chile y la
Argentina.
Una extraña
manera de calificar un crimen contra la humanidad. De limitar el Mal
a los límites de un punto en el mapa.
Fuente:
Alfredo Serra, Holodomor: historia de una extraña y poco conocida palabra que dejó millones de muertos en apenas un año, 17/02/18, Infobae. Consultado 18/02/18.
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