El "Chichón" en el predio de Dioxitek, 56 mil toneladas de desechos radiactivos de baja actividad en el barrio de Alta Córdoba. Foto: La Voz |
Fundiciones, galpones con agroquímicos y predios con material radiactivo esperan un cierre final, para evitar daños al ecosistema. Ambiente de la Provincia decidió hacer foco en los más de 400 basurales a cielo abierto, que está clausurando de manera progresiva.
por Lucas Viano y Laura Giubergia
A veces su efecto
más notorio es el mal olor, aunque en algunos casos los vecinos
llevan la contaminación en la sangre. Eso los distingue; lo que
tienen en común es que casi todos los sitios contaminados de la
provincia aún están sin remediar.
Se trata de
fundiciones, emprendimientos nucleares, depósitos de agroquímicos,
rellenos sanitarios, basurales y canteras. En sus suelos hay metales
pesados, sustancias radiactivas y otros residuos que pueden generar
problemas de salud a la población. A veces, la actividad altera el
ambiente: se desmonta o se cambia la fisonomía del terreno.
A pesar de que la
Justicia, un municipio o la Provincia solicitaron la remediación del
lugar, muchos de estos predios siguen funcionando o están habitados.
En el mejor de los escenarios, se clausuró el lugar. Algunas
canteras lograron recomponer parte del predio.
Una remediación
implica no sólo cerrar el sitio, sino remover o neutralizar la
contaminación para evitar daños en la salud y en el ambiente.
La ley 10.208,
sancionada en 2012, obliga al Gobierno cordobés a crear el Registro
de Pasivos Ambientales de la Provincia (Repa). La norma también
indica que el titular de la actividad que generó el pasivo debe
recomponer el sitio contaminado.
Javier Britch,
secretario de Ambiente de la Provincia, indicó que por ahora sólo
tienen un registro georreferenciado de los basurales a cielo abierto.
“Son los pasivos ambientales más grandes de la provincia y estamos
cerrándolos de a poco. Son más de 400. El año pasado clausuramos
27. La próxima planta de tratamiento de residuos será en Río
Tercero, y nos permitirá clausurar 15 basurales más. Luego hay que
recomponer esos predios”, explicó.
Radiactivos
Los pasivos
ambientales más resonantes son el “chichón” de Alta Córdoba,
un enterramiento de 56 mil toneladas de desechos minerales de baja
radiación, ubicado en ese barrio de la Capital, y la mina de uranio
de Los Gigantes, en las Sierras Grandes.
También son los
sitios contaminados más antiguos, ya que la mina dejó de funcionar
en 1990, mientras que el “chichón” data de la década de 1960.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) monitorea los
sitios, pero aún no los remedia. Desde la Provincia, informaron que
la Cnea presentó el plan de remediación a la Secretaría de Minería
de la Provincia, pero le fue devuelto con varias correcciones. A
fines de 2017, el organismo nacional volvió a entregarlo y ahora la
Provincia lo está evaluando. Se espera que en marzo haya una
respuesta.
Agroquímicos
En Alta Córdoba
también hay un galpón ya en desuso del Servicio Nacional de Sanidad
y Calidad Agroalimentaria (Senasa), donde habían quedado almacenadas
11 toneladas de DDT (dicloro difenil tricloroetano). En 2005 se
dispuso su traslado “provisorio” al predio de la empresa Taym, en
Bouwer. Sin embargo, la remediación del depósito ordenada por la
Justicia en 2007 aún no se llevó a cabo.
“Está
abandonado, lleno de contaminantes. Quisiéramos que ya viniera gente
de Senasa a limpiar y poner en condiciones ese lugar”, dijo Jorge,
un vecino del predio.
El DDT es un
pesticida de alto riesgo, que en su momento contaminó la sangre de
al menos 28 personas que vivían en cercanías del galpón. “El
material que estaba en ese galpón y que fue llevado por una guarda
provisoria a Taym, donde permaneció 10 años, estaría pronto a
disponerse localmente en una empresa que lo puede tratar”, aseguró
Britch.
Y agregó: “Para
el galpón de Alta Córdoba, hay una propuesta de la UNC tendiente a
remediarlo sacando el revoque y moviendo el suelo, pero eso nunca se
ejecutó porque el tema se judicializó y se impidió el acceso”.
Plomo en sangre
Las fundiciones
de plomo de Bouwer y General Cabrera tampoco fueron remediadas. El
plomo es una sustancia muy tóxica que provoca anemia, daño
neurológico y renal y disminución de la fertilidad. Los vecinos de
ambos predios registraron altos niveles en sangre de ese metal
pesado, como así también sus operarios.
El año pasado,
el predio de Bouwer fue vendido. Sus nuevos dueños viven en el
lugar. Juan Lupi, jefe comunal, aseguró que intentó, sin éxito,
clausurar el sitio y dejar constancia en la escritura de que el
terreno está contaminado.
“Tuvimos que ir
a la Justicia. La fundición ya dejó de funcionar, pero el suelo
está contaminado. La Provincia o la Nación deberían remediarlo”,
comentó.
Britch aclaró:
“En el momento en el que se clausuraron esas fundiciones, no había
ninguna ley que obligara a remediar sitios contaminados. Espero que
la Justicia indique que hay que hacerla; por ejemplo, removiendo la
escoria de plomo que queda”.
En 2007, Rolando
Guadagna, juez civil y comercial de Río Cuarto, consideró que
estaba probada la contaminación originada por la fundición de plomo
de General Cabrera y que, “pese a conocer el riesgo”, las
autoridades municipales y provinciales “nada hicieron” entre 2002
y 2006.
Ordenó a la
Provincia realizar estudios de suelo y napas freáticas, además de
encarar tareas de remediación y brindar asistencia médica a las
familias afectadas.
Hoy la fundición
está radicada en un campo de Carnerillo, pero el antiguo predio no
fue remediado. En tanto, el basural de General Cabrera, uno de los
sitios donde la Justicia había hallado escoria y restos del plomo,
fue tapado con tierra y cercado para que nadie pueda ingresar.
“Mi antecesor
cerró el basural con un tejido olímpico y en mi gestión se lo
cubrió con tierra. En un tiempo se podrá usar para algo, si están
interesados y se hacen los estudios correspondientes”, informó
Carolina Eusebio, quien fue intendenta de la localidad entre 2007 y
2015.
Un grupo de
vecinos demandó a municipio, Provincia y empresa por la
contaminación, aunque 11 años después aún no tienen respuesta.
“Seguimos esperando justicia. No sólo fueron los problemas de
salud; además tuvimos que mudarnos a otro lugar por recomendación
médica”, explicó Laura Albornoz, una vecina damnificada.
Residuos urbanos
Según Ambiente
de la Provincia, en Córdoba hay 435 basurales a cielo abierto. Para
Britch, es el mayor pasivo ambiental que tiene la Provincia. A través
de acuerdos socio ambientales (ASA) por regiones, se logró cerrar
105. “Cada cierre implica ordenar la cadena de disposición de los
residuos sólidos urbanos (RSU), desde la clasificación en origen
hasta el vertedero, incluyendo acciones de educación, normatización,
constitución del ente administrador y tareas de reciclado”, dice
Britch.
En la Capital,
existen alrededor de 100 microbasurales, indicaron desde la
Provincia. En 2015, la Municipalidad encaró un programa para
transformarlos en canchas de fútbol, sin mucho éxito. Los vecinos
siguieron tirando basura y escombros y en algunos casos se robaron
los arcos.
Sobre la ruta 36,
al lado de la cárcel de Bouwer, se ubica Potrero del Estado, predio
que durante casi 30 años recibió 10 millones de toneladas de RSU de
la ciudad de Córdoba y otros municipios y comunas cercanas.
La fosa nueve, la
última en la que se dispusieron residuos hasta el cierre del
enterramiento en abril de 2010, ya fue cubierta de tierra.
Según la
Municipalidad, responsable de la clausura, tras haberse tapado la
última fosa sólo resta colocar una cobertura vegetal y continuar
haciendo monitoreos ambientales, para devolver el predio al Gobierno
provincial en dos años.
Britch indicó
que la Provincia proyecta un espacio de generación de energía
solar. “La intención es aprovechar una tierra que está muy
devaluada para cualquier otro uso, pero que está muy nivelada y es
de fácil acceso a la red, en el marco de la Ley de Generación
Distribuida”, apuntó el funcionario.
Sin embargo, en
2013 la Justicia hizo lugar a un recurso de amparo presentado por
vecinos de Bouwer, la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam)
y la Fundación Club de Derecho, para exigir al municipio la
remediación del enterramiento y que cese el daño ambiental.
Un plan verde
para remediar canteras mientras se extraen áridos de la montaña
Cantesur planta
árboles autóctonos. En 10 años, dejará el lugar en buen estado.
Hace 40 años, en
el lado este de lo que hoy es el barrio “el Diquecito”, en La
Calera, había un terreno elevado y vegetación. Hoy se ve un suelo
marrón claro y paredes de roca en forma de balcones.
Extraer piedras
de una montaña –actividad necesaria para la construcción– tiene
consecuencias inevitables para el lugar que afecta, lo que vuelve
imposible su restauración a la condición original. Sin embargo, se
puede planificar cómo hacer las voladuras y cómo dejar el terreno
para que al cerrar estas canteras no quede sólo su resabio, lo que
no sirvió.
En menos de 10
años, la firma Cantesur piensa dejar las 64 hectáreas que trabaja
desde 1978, y hace prácticamente una década empezó a diagramar un
master plan para que al abandonar la extracción de áridos el lugar
quede remediado.
“Si bien no se
cierra la empresa, sino el yacimiento, tenemos que empezar a hacer
cosas. En 2007, planteamos que nos quedaban poco más de 15 años,
entonces le pusimos el foco a la remediación. No es que sólo se
plantea cuando se empieza a ver el final, uno va desarrollando los
frentes de cantera, planificándolo, pero el cierre próximo es un
acelerador”, apuntó Hernán Soneyro, gerente comercial de Asuntos
Públicos y Sustentabilidad de Cantesur.
Junto con una
consultora han desarrollado el plan. Una bióloga, un ingeniero
agrónomo y una arquitecta ponen su conocimiento a las inquietudes de
los directivos.
Trabajadores de
la cantera recogen las semillas de árboles autóctonos que se
encuentran dentro del predio o cerca, las germinan y hacen crecer los
plantines hasta que un terreno quede fuera de uso –”clausurado”–
y pase a ser una zona remediable, donde se van a plantar los árboles.
Si bien son
pioneros en este tipo de trabajos –ganaron en 2012 el premio a la
Ecoeficiencia del Gobierno de Córdoba–, sostienen que la industria
está cambiando el paradigma y entendiendo que ese es el camino que
se debe seguir, con muchas empresas cordobesas que ya están haciendo
lo mismo, cada una con sus propios proyectos.
Incluso otra
cantera que extrae fluorita -Fluorita Córdoba SA- en 2013 empezó
a plantar vides estimando contar con una pequeña bodega para 2025.
“Hoy cualquier
cantera tiene que transitar este camino sí o sí, porque desde el 95
está en la ley del Código de Minería. Algunos más
responsablemente, unos más rápidos, otros más lentos, pero el
camino es este, adecuado a su proyecto, a su explotación y su
espacio”, agregó Soneyro.
Con la ley de
política ambiental, las otras industrias también deberían tener
que transitarlo, entendiendo y adecuando las disposiciones para cada
tipo de industria.
Una laguna con
atractivos turísticos
Donde hoy está
la Laguna Azul funcionó una cantera.
El lugar en donde
hoy se encuentran la Laguna Azul y la Laguna Verde tiempo atrás fue
una antigua cantera propiedad de la familia Natal Crespo.
Los desniveles
creados por la extracción de roca son aprovechados para realizar
deportes extremos, además de utilizar el agua para realizar
actividades acuáticas.
En 2007, su
acceso fue cerrado al público, pero a finales de 2014 se pudo volver
a acceder, configurando un atractivo turístico.
Una curtiembre y
BusPack, dos casos que siguen en la Justicia
Vecinos del lugar
aseguran que las curtiembres siguen funcionando a pesar de que ellos
volvieron a realizar una denuncia en enero.
Otros dos casos
de posible contaminación son causas que en su momento llevó el
fiscal Carlos Matheu, ahora retirado. El primero es un grupo de
curtiembre en Chacras de la Merced.
Dos empresas
fueron clausuradas por la Municipalidad en 2016. Matheu imputó a los
dueños por contaminación de suelo y atmósfera. Un peritaje detectó
la presencia de cromo hexavalente, una sustancia cancerígena.
“En octubre, el
fiscal que ahora lleva la causa pidió el sobreseimiento de uno de
los imputados, pero la jueza no estuvo de acuerdo, con buen criterio.
Desde entonces, lo tiene el fiscal de la Cámara de Acusación”,
recordó Matheu.
Vecinos del lugar
aseguran que las curtiembres siguen funcionando a pesar de que ellos
volvieron a realizar una denuncia en enero.
El otro caso es
el de BusPack, una empresa que se dedica a la limpieza y el
mantenimiento de colectivos en barrio Empalme, de la capital
provincial. El entonces fiscal imputó a sus dueños y pidió un
peritaje médico para ver si la contaminación afectaba la salud de
los vecinos.
La contaminación
detectada, ocurrida entre 2009 y 2016, es de hidrocarburos y metales
pesados. “Hay nueve casos de cáncer en el sector. En diciembre, me
constituí en querellante particular por la fundación Lucha Contra
la Contaminación Ambiental en Defensa de la Salud (Lucadesa), que
presido. Pero el fiscal rechazó mi pedido”, comentó Matheu.
También hay
daños por obras públicas y desmontes
En este caso, la
remediación consiste en la clausura del predio para que el bosque se
regenere solo. Policía Ambiental debe controlar que no se realicen
actividades no autorizadas.
Otros pasivos
ambientales que requieren remediación son las alteraciones del
ecosistema provocadas por un desmonte ilegal, una cantera o la
construcción de una obra pública. Según la Policía Ambiental, hay
12 mil hectáreas “listas para ser reforestadas”, de
intervenciones irregulares. De ellas, unas 2.500 están en proceso de
recuperación, según datos de enero de 2017.
En este caso, la
remediación consiste en la clausura del predio para que el bosque se
regenere solo. Policía Ambiental debe controlar que no se realicen
actividades no autorizadas.
En 2011, la
Dirección de Vialidad Provincial anunció 20 millones de pesos para
remediar el daño ambiental generado por el Camino del Cuadrado en la
Reserva Natural Vaquerías, de la Universidad Nacional de Córdoba
(UNC).
“No se hizo
nada. El problema más grave es que se colmató el diquecito que
provee de agua al hotel y a parte de Valle Hermoso, pero no lo
limpian con la frecuencia que necesitamos”, indicó José Toledo,
director de la reserva. Agregó que tampoco colocaron reductores de
velocidad y cartelería para evitar que los vehículos sigan
atropellando fauna. También fallaron la hidrosiembra de los taludes
que se desmoronan y el riprap sobre el curso de agua.
La diferencia
entre recomposición y restauración
“Restaurar es
llevar el sitio exactamente a como estaba, no apenas a valores
aceptables”, definió.
El secretario de
Ambiente de la Provincia, Javier Britch, explicó que el concepto de
remediación engloba dos tipos de intervención diferentes.
La clausura, que
es la que se determina, por caso, en los basurales a cielo abierto,
no forma parte de una remediación: lo que persigue es que cese la
contaminación y que no se vuelva a utilizar.
La recomposición
es el tipo de remediación “que lleva los parámetros a valores
aceptables”, según la definición que compartió Britch. Es un
tipo de intervención más realista que la llamada “restauración”.
“Restaurar es
llevar el sitio exactamente a como estaba, no apenas a valores
aceptables”, definió.
Fuentes:
Lucas Viano, Laura Giubergia, Deuda ambiental: casi no se hicieron remediaciones, 11/02/18, La Voz del Interior.
Un plan verde para remediar canteras mientras se extraen áridos de la montaña, 11/02/18, La Voz del Interior.
Una curtiembre y BusPack, dos casos que siguen en la Justicia, 11/02/18, La Voz del Interior.
También hay daños por obras públicas y desmontes, 11/02/18, La Voz del Interior.
La diferencia entre recomposición y restauración, 11/02/18, La Voz del Interior.
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