Gestión
municipal. Las obras nunca llegan, los planes no se ejecutan y los
convenios duermen a la espera de que caduquen, ante la inacción del
Gobierno municipal.
por Victoria
Flores
Escenografía es
el arte de diseñar o realizar decorados para el teatro, el cine o la
televisión. El intendente de la capital provincial, Ramón Mestre,
ha adquirido tanta habilidad para montar escenografías que podría
ser la envidia del mismísimo escenógrafo cordobés Eugenio Zanetti,
ganador del Oscar a la mejor escenografía 1995.
Lo decimos porque
el intendente parece haberse y habernos acostumbrado a realizar
anuncios grandilocuentes sobre diferentes temas, que terminan siendo
sólo montaje escénico, carente de realismo.
Uno de esos temas
parece ser la niña mimada: el cuidado del medio ambiente. Casi todos
los anuncios sobre el tema no constituyen sino una serie de elementos
de decorado, para intentar realizar un montaje cinematográfico de
una gestión que pretende mostrarse iluminada y maquillada. Sin
embargo, la realidad supera a cualquier relato. Al menos en términos
de medio ambiente, la de Mestre es una pésima gestión. Y para
muestra tenemos la planta de tratamiento de líquidos cloacales de
Bajo Grande.
Viejo problema
Desde tiempos
inmemoriales, este establecimiento se encuentra colapsado en su
capacidad de tratamiento de los efluentes cloacales. A cada denuncia
pública de vecinos, empleados o fuerzas políticas de la oposición,
el intendente responde con algún megaanuncio de inversiones
millonarias, presentación de un plan de mitigación, firmas de
convenios y un sinfín de artilugios que pronto demuestran ser sólo
un falso decorado.
Las obras nunca
llegan, los planes no se ejecutan y los convenios duermen a la espera
de que caduquen, ante la inacción del Gobierno municipal. Mientras
tanto, la salud de la población corre riesgos graves e
insospechados.
Continuando con
la escenografía, el intendente Mestre ahora remitió un convenio
específico con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de
la Nación y una adenda al convenio del ex Batallón 141. Y seguimos
con los convenios que después no se cumplen. Y seguimos con adendas,
y adendas de adendas.
El primero de
esos convenios, antes de ser ratificado por el Concejo Deliberante,
ya cuenta con plazos vencidos. El convenio fue firmado el 9 de agosto
y recién remitido al Concejo el 28 de noviembre, pero la primera
cláusula vence el 15 de agosto y la segunda, el 30 de diciembre. Por
lo tanto, en vez de convenio, es una simple expresión de deseos,
porque bien podría ser rescindido por el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sustentable de la Nación ante el incumplimiento del
municipio.
Convenios
cambiados
En cuanto al otro
elemento del decorado escenográfico, el convenio del ex Batallón
141, ¿qué podemos decir que no hayamos ya dicho? Por ese medio se
le concedió a Eurnekian -titular de la Corporación América- la
posibilidad de erigir una ciudad en pleno corazón de Nueva Córdoba,
con la obligación de construir una planta depuradora para el sector
sur, que tenía un valor real de mercado en aquella época de $ 320
millones (unos 75 millones de dólares a la época de la firma), pero
al que se le asignó un valor de $ 96 millones (unos 20 millones de
dólares en esa época), por una alquimia de cálculos ajena lo que
establece la legislación vigente. A la fecha -otra vez- la
obligación no fue cumplida y los plazos están vencidos.
Ahora volvieron a
cambiar el convenio, eximen de la obra prevista a la Corporación
América y le cambian su obligación (que nunca cumplió) por un
aporte de dinero de 330 millones de pesos con destino a la Planta de
Bajo Grande, y Eurnekian ya no tiene que construir la Planta para la
Zona Sur. Por convenio, le canjean una obligación de invertir 75
millones de dólares en la obra de la Planta del Sur, por un aporte
de 19 millones de dólares en Bajo Grande. No cierran los números.
Parece otra demostración de que esta administración responde sólo
a determinados intereses particulares, por encima del bien de todos
los ciudadanos.
Nuestra
preocupación es mayúscula. Están en juego la calidad de vida y la
salud de la población de Córdoba. Desde la oposición, hemos
requerido en un sinfín de oportunidades que se nos informara sobre
las acciones desarrolladas para la solución de esta problemática.
Lo hemos hecho con la solicitud de sesiones especiales, pedidos de
informes, proyectos varios.
Sin embargo, no
obtenemos jamás respuestas ciertas. El oficialismo impone en el
Concejo Deliberante su mayoría automática para archivar, negar el
debate y evitar el tratamiento legislativo de casi la totalidad de
nuestros proyectos sobre este tema.
Nos quedamos con
la convicción de que para el intendente, un medio ambiente saludable
no es una prioridad. Exigimos transformaciones de verdad, pero sólo
recibimos nuevos anuncios que son el decorado de una mala
escenografía que tiene a los vecinos de la ciudad como espectadores
de una película de terror.
Fuente:
Victoria Flores, Política ambiental de Mestre: sólo una escenografía, 21/12/17, La Voz del Interior. Consultado 22/12/17.
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