Hay bosques en
riesgo.
por Leonardo
Rossi
Desde Córdoba
En Córdoba, los
incendios forestales avanzaron en Sierras Chicas, áreas de Punilla y
con mayor gravedad en Guasapampa, al noroeste provincial. Altas
temperaturas, escasez de lluvias, fuertes ráfagas de viento hacen su
tarea frente a ecosistemas degradados, deficientes políticas
ambientales y un alicaído Plan Provincial del Manejo del Fuego. Así
lo denuncian bomberos y vecinos organizados que ponen el cuerpo ante
este cuadro crítico. “El incendio estuvo en muchos momentos
totalmente descontrolado, principalmente debido a graves fallas en la
coordinación del ataque al fuego por parte de las máximas
autoridades”, apunta Juan Nicastro, de las familias brigadistas de
Villa Giardino, La Cumbre y Huerta Grande.
Los principales
focos comenzaron entre miércoles y jueves de la semana pasada.
Cruzar esos días al norte de las Sierras Chicas, en sentido
este-oeste, hacia el corredor que une poblados de Punilla como San
Marcos Sierras y Capilla del Monte era toparse con una panorámica
desoladora: el fuego ladeaba los valles, y corría allí donde aún
se conservan manchas de un ya castigado monte nativo. Los motivos de
los incendios aún no han sido oficialmente comunicados. No obstante,
datos nacionales de Ambiente indican que normalmente la tasa de
incendios originados de forma natural no supera el cuatro por ciento.
En el caso de
Sierras Chicas, el incendio situado entre La Cumbre y Candonga se
extinguió el domingo. El bombero voluntario de la localidad de Los
Cocos Nahuel Slongo estimó que “allí podría haberse originado
por un rayo, en días con mucho cambio de viento, y con una zona muy
dañada ambientalmente, donde el fuego avanza rápido”. Slongo, que
tiene más de veinte años de trayectoria en la actividad, agregó
que “situaciones que deben solucionarse en corto tiempo se hacen
eternas por la falta de recursos o por la llegada tarde de los
mismos”, en relación a la coordinación que debiera emanar de la
provincia. “Hace más de diez años, el Plan Provincial del Manejo
del Fuego funcionaba y llegó a ser una referencia, desde hace
algunos años escasean, hay falta de coordinación, y eso hace que
casos como estos se tornen mucho más complicados. Córdoba tuvo la
capacidad de resolver mejor este tipo de incendios, y hoy en día no
sé si por otros intereses en las zonas afectadas, si por destinar
recursos a otras áreas, por falta de interés o por una combinación
de todo eso, se ha vuelto crítica la situación”.
En el mismo
sentido, Juan Nicastro, integrante de una asamblea de vecinos,
advirtió que “la mala coordinación de las máximas autoridades
complicó un incendio que podría haberse extinguido el jueves pocas
horas después de haberse iniciado”. “Muchas personas arriesgaron
su vida, se gastaron fondos públicos, y se perdieron miles de
hectáreas de naturaleza viva, un alto costo que afecta negativamente
a toda la región”, añadió antes de advertir que “la importante
labor de los bomberos voluntarios está siendo desvalorizada por un
gobierno y el sector de agronegocios que no quiere defender el monte
nativo, y priorizan sus intereses”.
Los relictos de
bosque cordobés (3,5 por ciento de la superficie original) se
encuentran en el marco de una fuerte disputa entre sectores
agroindustriales y organizaciones del ecologismo popular de cara a un
nuevo ordenamiento territorial que debe sancionar la Legislatura. En
2009, 2011 y 2013 se incendiaron cada año más de veinte mil
hectáreas de bosques autóctonos, según datos oficiales, lo que,
observan organizaciones y bomberos no cambiaron las políticas de
prevención y contención del fuego.
Fuente:
Fuente:
Leonardo Rossi, Fuego sin control, 23/11/17, Página/12.
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