viernes, 24 de noviembre de 2017

¿Encubre Rusia un accidente nuclear?



Los expertos creen que el origen del escape radioactivo a finales de septiembre está en Rusia. Se trata de una empresa en el sur de los Urales. Lo extraño: una vez más nadie se responsabiliza de lo sucedido.

por Mikhail Bushuev y Irina Filatova

En Francia y Alemania se detectó en la atmósfera una nube radioactiva con rutenio 106. El Instituto de Seguridad Nuclear francés (IRSN) estimó que se liberó entre 100 y 300 terabecquerel, una cantidad que se considera preocupante para la población local.

El servicio meteorológico ruso, Roshydromet, informó el 21 de noviembre que en varias regiones rusas, sobre todo en el sur de los Urales había aumentado la cantidad de rutenio en la atmósfera. Según el Kremlin, ninguna autoridad rusa ha notificado hasta ahora un accidente nuclear.

Se localizó el origen

Raschid Alimow de Greenpeace Rusia dijo a DW que se puede asegurar que el rutenio 106 no procede de un accidente en un reactor nuclear, porque entonces se habrían liberado otras sustancias radioactivas. Entonces habría que partir de la idea que fue un accidente, por ejemplo, a la hora de gestionar residuos radioactivos.

Teniendo en cuenta los datos de los diversos institutos europeos y los meteorólogos rusos, se pudo localizar la procedencia exacta del rutenio 106 en el sur de los Urales, en un pueblo llamado Argajash, en la región Cheliábinsk. Los valores fueron 986 veces superiores a los del mes anterior. Cerca hay una empresa, Mayak, que fabrica componentes para armas nucleares yse encarga del reciclaje de combustible nuclear. Esta pertenece a la agencia rusa de energía nuclear, Rosatom. Las autoridades del país confirmaron a DW que en sus instalaciones no se habría producido ningún incidente en el que se podría haber liberado sustancias radioactivas.

La causa está clara

Nadeschda Kutepowa, antigua coordinadora de la organización medioambiental "Planeta de la esperanza", dijo a DW que la causa de la liberación de rutenio 106 es conocida en el "99%". Esta activista observó durante muchos años la planta Mayak e informó que tenía problemas medioambientales. Desde 2015 vive en Francia, donde solicitó asilo político tras sufrir agresiones en Rusia.

La experta calcula que entre el 25 y el 26 de septiembre, el rutenio 106 se liberó en una planta de vitrificación, donde los desechos altamente radioactivos se reprocesan y se confinan en matrices de vidrio sólidos que evitan la dispersión. En Mayak, sin embargo, descartaron producir rutenio 106 y ser el origen del problema. Kutepowa replicó diciendo que "no producen rutenio 106, pero sí se genera durante el funcionamiento de la planta de vitrificación”.

La activista asegura que ya había habido problemas con el funcionamiento de un nuevo horno. Se desconoce si dicho horno comenzó a funcionar bajo la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

No hay información suficiente

Mayak es la planta de gestión de sustancias radioactivas soviética más antigua, donde han tenido lugar una serie de accidentes. En 1957 se produjo una explosión que superó la catástrofe de Chernóbil, en lo que respecta a la liberación de radionucleidos, aclara Anna Vero Wendland, experta en plantas nucleares ubicadas en ciudades del este europeo. La verdad sobre la tragedia de 1957 se dio a conocer en la época de Gorbaschov y solo en parte. Ahora, subraya Wendland, tampoco hay mucha información.

Greenpeace Russia también denuncia la sequía informativa. "Si se detectó rutenio 106 en la atmósfera es que hubo un escape accidental. Los accidentes hay que investigarlos”, afirma el experto de Greenpeace Raschid Alimow. Esta organización exige a la Fiscalía rusa a determinar si hubo un posible encubrimiento de un accidente de radiación nuclear.
Fuentes:
Mikhail Bushuev, Irina Filatova, ¿Encubre Rusia un accidente nuclear?, 24/11/17, Detsche Welle.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Chernobyl I", de Roberta Griffin. La artista se basó en una fotografía de una cámara de seguridad de la central nuclear de Chernóbil, que capturó el momento de la explosión del reactor 4. El estilo está inspirado en la obra de Joseph Turner (1775-1851), quien a menudo representaba escenas violentas insertas en un remolino de luz.

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