por Lourdes Tibig
y Denise Margaret Matias
BONN, 9 nov 2017
(IPS) - Este mes fue el cuarto aniversario de la llegada del Hayián
a Filipinas, el súper tifón, el más fuerte que hayan visto jamás
en ese país asiático, que hizo estragos al tocar tierra.
Pero es un caso
de los tantos que se dan en el mundo,que sigue sufriendo el impacto
de cada vez más frecuentes y distintos eventos climáticos.
Este año hubo
inundaciones en Bangladesh, India, Nepal, Vietnam y Estados Unidos, y
sequías en Somalia; además de los huracanes Harvey, Irma y María
en el Caribe y Estados Unidos y, en la segunda semana de este mismo
mes, la tormenta Herwart en Alemania, República Checa y Polonia.
Los gobiernos
deben cumplir su compromiso y actuar para frenar el cambio climático
en todos los frentes, aun cuando siguen redoblando esfuerzos en la
reducción del riesgo de desastres y la mitigación.
Los Estados deben
atender las pérdidas y los daños asociados a los impactos del
cambio climático, relacionados no solo con eventos climáticos
extremos o su rápido desenlace, pero también con los que comienzan
lentamente, que son más silenciosos, si no más peligrosos y
generalizados, pero también ponen en riesgo la vida, el sustento y
los ecosistemas.
Entre ellos se
destaca “el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, la
acidificación de los océanos, el retiro de los glaciares y sus
consecuencias, la salinización, la degradación de tierras forestal
y de labranza, la pérdida de biodiversidad y la desertificación”,
como definen los acuerdos suscritos en el balneario mexicano de
Cancún en 2010.
La conferencia de
este año es la primera organizada por una nación insular del
Pacífico, Fiyi, que ya sufre el aumento del nivel y fue el primer
país en ratificar el Acuerdo de París, en 2005.
Pero distintas
investigaciones de nuestros centros de estudio, el Instituto para el
Clima y Ciudades Sostenibles y el Instituto de Desarrollo
Alemán/Deutsches Institut für Entwicklungspolitik, muestran las
inmensas brechas en los esfuerzos de investigación en Filipinas y
otros países en desarrollo, que son los que más sufren el impacto
del cambio climático.
La mayoría de
las investigaciones publicadas sobre los eventos de comienzo lento
fueron realizadas y se concentran en América del Norte, Europa y
Australasia.
En Asia, solo un
puñado de países como Japón, China, India y Malasia realizaron
investigaciones exhaustivas al respecto que incluyeron factores
desconcertantes.
En Filipinas, los
estudios de tres universidades estatales muestran que la literatura
disponible en materia de cambio climático en sus regiones y
provincias deja mucho espacio para mejorar.
La falta de datos
refleja la muerte de las inversiones en la investigación y el
trabajo de desarrollo de las universidades y facultades.
Varios factores
desconcertantes como el cambio de uso de la tierra y la
sobreexplotación de los recursos naturales también dificultan la
atribución de muchas de las conclusiones locales al cambio
climático.
Además, la
mayoría de las investigaciones sobre los eventos de comienzo lento
en el mundo fueron realizadas por científicos físicos, con pocos
aportes de las ciencias sociales.
En el caso de
estudios locales en Filipinas, la estimación de las percepciones de
los sectores marginados sobre desastres, cuanto menos sobre cambio
climático, casi no se ve.
A escala
nacional, las políticas deben reflejar mejor las realidades en el
terreno con la ayuda investigaciones sólidas, tanto de las ciencias
naturales como sociales.
Los
investigadores y funcionarios de desarrollo y extensión de las
instituciones académicas y locales necesitan fondos y capacitación
para que, a su vez, puedan ayudar a sus comunidades a mejorar sus
planes climáticos y de desarrollo, y acceder a las oportunidades de
respuesta apropiadas.
Los
planificadores y otros funcionarios deben utilizar investigaciones,
no solo como puntos adicionales de la agenda socioeconómica, sino
como disparadores de orientación política local y nacional.
Además, para
hacer frente de forma holística al riesgo del inicio lento de
eventos, otros efectos adversos del cambio climático, y de pérdidas
y daños, los gobiernos deben desarrollar no solo políticas, sino
vías para conseguir fondos para el clima para mejorar el alcance de
las iniciativas respaldadas por la ciencia y encabezada a escala
local, en particular.
La conferencia
climática de Bonn, que se extiende del 6 al 17 de este mes en esa
ciudad alemana, debe ofrecer respuestas en materia de pérdidas y
daños, de adaptación y de fondos frente a la creciente urgencia de
acciones climáticas.
El Mecanismo
Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños, creado dos semanas
después del paso de Hayián por Filipinas, debe concentrarse en la
cuestión de fondos. Al margen, las instituciones financieras y otros
actores, también deben ayudar a crear otras medidas para gestionar
los riesgos de eventos de comienzo lento.
Los países
también deben redoblar sus planes de acción climática para no
superar el aumento de 1,5 grados centígrados fijado por el Acuerdo
de París.
Los más
vulnerables deben tener la oportunidad de luchar para sobrevivir y
prosperar en el marco de eventos climáticos extremos y sus
consecuencias debilitantes.
Traducido por
Verónica Firme
Lourdes Tibig es asesora de ciencias climáticas del grupo de políticas energética y clima del Instituto para Clima y Ciudades Sostenibles, con sede en Filipinas, y una de las principales autoras del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
Denise Margaret Matias es investigadora del Instituto de Desarrollo Alemán/Deutsches Institut für Entwicklungspolitik (DIE)
Fuente:
Lourdes Tibig, Denise Margaret Matias, En la lucha contra las catástrofes del cambio climático, 09/11/17, Inter Press Service. Consultado 11/11/17.
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