por Mario
Hernandez
Entrevista a Elio
Brailovsky, ex Defensor del Pueblo Ambiental de la Ciudad de Buenos
Aires, sobre el uso de agroquímicos en la Argentina. La vida, un
riesgo cada vez más hipotecado.
- En cuanto al
documento suscripto por la multisectorial No a la ley Monsanto de
semillas, quiero consultarle por esta situación que se da, que
mientras la Comunidad Europea debate expulsar de sus fronteras a
Monsanto, los funcionarios del gobierno argentino parecen ser los
voceros directos de esta multinacional agroquímica.
- Sí, son cada
vez más los países europeos que están prohibiendo los productos
estrella de Monsanto como el glifosato, Francia acaba de prohibirlo y
en otros países hay restricciones muy fuertes. Se está armando una
especie de modelo internacional estilo división internacional del
trabajo donde el trabajo sucio se hace en países atrasados como el
nuestro donde se fumiga de cualquier manera y el trabajo limpio se
hace en los países del norte.
Esta es una
situación enormemente preocupante porque además las autoridades
están mintiendo para tratar de que se autorice fumigar muy cerca de
los sitios poblados, esto ya es un riesgo altísimo para la salud y
la vida de la gente. Hay que recordar que un plaguicida es una
sustancia preparada para matar seres vivos, cualquier sustancia que
haga daño a un ser vivo hay que considerarla de riesgo para las
personas y manejarla con absoluta precaución.
- ¿Nos podría
explicar de qué se tratan los Monsanto Papers que han desatado un
escándalo en los Estados Unidos?
- Monsanto hizo
lo mismo que habían hecho las compañías de tabaco, inclusive
asesorada por los mismos especialistas. Hace unos años las compañías
de tabaco descubrieron que no podían ganar la pelea en el terreno
científico, ya había absoluta certeza sobre el daño que hace el
tabaco, entonces contrataron una cantidad de publicistas que se
dedicaron a cambiar la opinión pública diciendo que no era tan así
que había científicos que pensaban otra cosa y financiaron a unos
cuantos que por algunos miles de dólares dijeron que el tabaco era
inocuo y que no hacía mucho daño.
Sobre la base de
ese modelo, sobornando científicos y dando enorme publicidad a los
medios de comunicación en los que las mismas empresas ponían
avisos; hicieron cosas muy parecidas para tratar de demostrar que sus
productos no hacían daño a la salud. En algún momento se descubrió
y se armó el escándalo que correspondía.
En Argentina el
Dr. Andrés Carrasco investigador del CONICET demostró que el
glifosato, la estrella de Monsanto, altera los embriones, es decir
que puede generar nacimientos deformes. Si puede provocarlo en
animales, el riesgo de que lo haga en seres humanos es muy alto y hay
que recordar que Argentina es el país más fumigado del mundo con
esa sustancia.
El CONICET
durante el gobierno anterior silenció a Andrés Carrasco y el actual
gobierno confirmó en el CONICET a las mismas autoridades que habían
silenciado a ese investigador. De modo que hay una especie de
continuidad. Hay enormes diferencias entre el gobierno anterior y
éste, pero hay algunos aspectos en los que no las hay, uno de ellos
es la protección a este tipo de intereses simplemente porque traen
dólares y qué importa la salud de la gente si llegan dólares.
- Frente a esta
situación, ¿qué comportamiento debe asumir la sociedad civil?
- Yo creo que un
comportamiento de reclamo, de poner restricciones, de plantear que lo
que hay que hacer es defender prioritariamente la salud de la gente.
Esto de que no se pueda fumigar encima de los pueblos, justamente
circula en internet un video de la ONG Bios que muestra cómo se
engañó a la población diciéndoles que se podía fumigar con
camiones a cien metros de un lugar poblado o a doscientos metros si
fumigaban con aviones y este video muestra que han mentido
absolutamente, que la distancia de seguridad es mucho mayor a esos
metros, debe ser de uno a varios kilómetros. Entonces el tema es el
riesgo de la gente en todo el país que está en los bordes de las
áreas entre urbanas y rurales.
Otro de los temas
es que hay un grupo de ecologistas que se hicieron análisis de orina
y sangre y encontraron que sin trabajar en el campo, ellos tienen
varios plaguicidas entre ellos glifosato en su cuerpo. De modo que
esto es una advertencia a la salud, todos estos plaguicidas son un
poco más o un poco menos cancerígenos y además un reclamo
ciudadano para que el Estado controle la presencia de plaguicidas en
los alimentos que comemos todos. Por supuesto esto requiere
ciudadanos que se muevan y reclamen, la única manera de que el tema
ecológico entre en la agenda política es la acción ciudadana.
El domingo
votamos, fíjese cuántos candidatos hablaron del medioambiente, en
cualquier elección en cualquier país del mundo ya sea Gran Bretaña,
Estados Unidos, Uruguay o Colombia, desarrollado o subdesarrollado,
el tema del ambiente es un tema que aparece en las campañas
electorales, aquí han decidido no tratarlo ni mencionarlo.
Fuente:
Mario Hernandez, Elio Brailovsky: “La única manera de que el tema ecológico entre en la agenda política es la acción ciudadana”, 25/10/17, Marcha.
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