Esto determina un
estudio realizado por investigadores de las universidades Nacional y
Católica de Córdoba, y del Conicet. En el parque Sarmiento
detectaron una superbacteria. Y el río se contamina.
por German
Pandolfi
Alex Saka es un
investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias
Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) preocupado por
los constantes derrames cloacales en la ciudad de Córdoba. Por eso
en su auto siempre lleva consigo un kit de envases para tomar
muestras de los desechos.
Frente a esta
lamentable realidad, se le ocurrió realizar un estudio científico
con otros investigadores que determinó la presencia de bacterias
multirresistentes y clínicamente relevantes en aguas cloacales, en
la vía pública de la ciudad y en el río Suquía (en su paso por la
ciudad y aguas abajo). Además, descubrieron que las bacterias
ofrecían resistencia a múltiples antibióticos.
El estudio
arrancó en 2016 y aún continúa, sin subsidios de por medio. “Como
microbiólogos, notamos la gravedad del problema ambiental y
decidimos llevar adelante la investigación, a pulmón”, comentó
Saka.
Hasta septiembre
último, se tomaron 28 muestras de líquidos residuales en diferentes
sectores de la Capital y otras 20 en cinco puntos del Suquía (aguas
arriba hasta inmediaciones de La Calera, en su paso por el ejido
urbano y aguas abajo más allá de avenida Circunvalación, al
sudeste).
“Encontramos
abundantes gérmenes clínicamente relevantes con multirresistencia a
los antibióticos en plena ciudad y una superbacteria en el parque
Sarmiento”, comentó Saka. Y agregó: “Las aguas terminan yendo
al Suquía, donde también hemos encontrado multirresistencia”.
Más del 60 por
ciento de las muestras de efluentes cloacales tomadas arrojaron
resultados dramáticos: en su composición microbiológica poseían
coliformes fecales multirresistentes a los antibióticos.
Lo más común
que se halló es Escherichia coli, bacteria que ofrece resistencia a
las cefalosporinas de tercera generación (antibiótico usado en
pacientes internados en hospitales).
Superbacteria
De acuerdo con la
investigación, en la esquina de avenidas Riccheri y Presidente Roca
(zona del parque Sarmiento), se halló una “superbacteria” en un
derrame cloacal.
Allí, Saka tomó
tres muestras y detectó coliformes de materia fecal.
En lenguaje
técnico, Saka detalló: “Descubrimos la bacteria carbapenemasa de
tipo KPC, que confiere resistencia a todos los antibióticos
betalactámicos, entre ellos penicilina, cefalosporina, aztreonam y
carbapenemes”.
En las
conclusiones, los investigadores plantean su “preocupación” por
la existencia de “altos recuentos de bacterias de probable origen
cloacal, potencialmente patógenas y multirresistentes a los
antibióticos”, diseminadas en las aguas residuales de la red
pluvial de Córdoba y en el río Suquía.
Río contaminado
Las muestras en
el río se decidieron tomar luego de observar que los derrames
cloacales corrían por la red pluvial de la ciudad y terminaban en el
Suquía.
“Estos líquidos
contaminados no deberían discurrir por las redes pluviales”,
señaló Saka.
“Excepto aguas
arriba del río, encontramos aguas abajo y en su recorrido por la
ciudad las mismas bacterias multirresistentes”, precisó. Y razonó:
“El agua del Suquía viene limpia aguas arriba, pero se contamina
al pasar por el ejido urbano a causa de los derrames cloacales en la
vía pública”.
Peligros para la
salud
Para los
investigadores, la situación imperante en Córdoba implica “un
riesgo sanitario” para las personas que se salpican con los
líquidos cloacales, pone en evidencia “fallas en el saneamiento”
de las aguas de la ciudad y su entorno y denota “un potencial
impacto negativo en el medio ambiente”, no sólo para la gente sino
también para los animales.
Según Saka, si
una persona se infecta una herida con agua cloacal en la que esté
presente una superbacteria, “será muy difícil el tratamiento
médico antibiótico y encontrar opciones terapéuticas para su
curación”.
También
consideró que se trata de “un serio problema ambiental”, porque
las bacterias multirresistentes podrían transferir esa resistencia a
otras bacterias.
Los responsables
Además de Saka,
en la investigación científica participan, entre otros, María del
Rosario Rollán, profesora de la Cátedra de Bacteriología de la
Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Católica de
Córdoba; Susana Ruiz, responsable del Departamento de Microbiología
Lace Laboratorios; Valeria Amé, del Departamento de Bioquímica
Clínica de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC, y Ricardo
Toselli y Martín Der Ohannesian, del Centro de Química Aplicada
(Cequimap) de la UNC.
Parte del estudio
de los investigadores fue presentada en el Primer Congreso Científico
Profesional de Bioquímica en Córdoba, a fines de 2016.
El muestreo aún
no se completó. “A fines de este año lo terminaremos y
evaluaremos el impacto real que tienen estos derrames en el medio
ambiente”, destacó Saka.
Según su visión,
este estudio “abre interrogantes sobre la posibilidad de que en los
sistemas cloacales se seleccionen poblaciones bacterianas resistentes
a los antibióticos, debido a la presencia de bajas dosis de
antibióticos residuales vertidos al sistema cloacal por las excretas
humanas”.
Y continuó: “Si
las bacterias entran en contacto con pequeñas cantidades de
antibióticos, podrían aparecer bacterias más resistentes, razón
para estar en alerta”.
Métodos
De acuerdo con
los métodos utilizados, se cuantificaron las bacterias aerobias
mesófilas totales, coliformes totales y fecales. Las especies
aisladas se tipificaron mediante reacciones bioquímicas. Se
investigó la presencia de enterobacterias resistentes a
cefalosporinas de tercera generación, enterococos resistentes a
vancomicina y estafilococos resistentes a meticilina.
Adicionalmente,
se determinó la sensibilidad a 21 antibióticos y se realizaron
pruebas microbiológicas para detectar la presencia de betalactamasas
de espectro extendido y carbapenemasas.
Asimismo, se
confirmó por métodos moleculares la presencia de genes de las
bacterias resistentes a los antibióticos.
Lugar por lugar
Un mapa
bacteriano. Los registros de los desbordes cloacales en la Capital.
En líquidos
cloacales desparramados en la vía pública de la ciudad de Córdoba,
investigadores del Conicet y de las universidades Nacional de Córdoba
y Católica de Córdoba hallaron distintas bacterias resistentes a
los antibióticos, durante una investigación científica.
Por ejemplo, en
la esquina de General Bustos y Lavalleja (barrio Cofico) se
encontraron Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter
cloacae, potencialmente causantes de infecciones humanas.
Se detectó
Escherichia coli en Betania esquina Temístocles Castellano (barrio
Urca); en Independencia y Duarte Quirós (barrio Centro); en
Ituzaingó y Rosario de Santa Fe (Centro), y en Buenos Aires al 330
(también en el área céntrica).
En calle Alvear
al 100 (Centro) se encontró Citrobacter freundii.
También se
detectaron bacterias en efluentes cloacales de otras calles de la
ciudad.
Río Suquía
En el río Suquía
se hallaron bacterias coliformes resistentes a los antibióticos.
Menos de seis
kilómetros aguas abajo de la planta Edar Bajo Grande se halló
Enterobacter cloacae (coliforme fecal) y menos de 10 kilómetros
aguas abajo de la misma planta se encontró Pantoea sp
(enterobacteria).
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Fuente:
German Pandolfi, Descubren gérmenes que resisten antibióticos en derrames cloacales, 21/10/17, La Voz del Interior. Consultado 21/10/17.
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