¡Este fin de
semana las abejas han recibido una buena noticia! Desde el 30 de
septiembre, el fipronil ya no puede utilizarse más para fines
agrícolas en en la UE.
El fipronil es un
plaguicida químico que se utiliza en la agricultura, pero este
verano fue el protagonista de un nuevo escándalo alimentario. Esta
sustancia tóxica se utilizó ilegalmente en las granjas de pollos,
provocando la contaminación de huevos y derivados de los huevos.
Hasta el momento, 26 países europeos y 23 países no comunitarios,
un total de 49 países, se han visto afectados. El alcance de la
contaminación con esta sustancia tóxica muestra cómo el sistema
agroalimentario predominante está al borde del colapso y nos está
llevando hacia un callejón sin salida. Es el momento de dejar de
utilizar sustancias peligrosas y replantear el sistema
agroalimentario.
Sin embargo, el
uso indebido e ilegal de fipronil y la siguiente contaminación de
los alimentos para el consumo humano no es la única preocupación.
El fipronil también es famoso por los daños que provoca a las
abejas y otros polinizadores. En el pasado, se utilizó ampliamente
en la agricultura para proteger los cultivos contra las plagas. Se
aplicaba directamente a las semillas antes de la siembra, sin
embargo, incluso así provocaba la intoxicación de las abejas que
polinizaban los campos tratados con esta peligrosa sustancia tóxica,
bien como los campos vecinos.
El uso del
fipronil en los cultivos representaba un claro e inaceptable riesgo
para las abejas. Por ello, por eso en Greenpeace hemos presionando
activamente para que se prohibiera. En 2013, la Comisión Europea restringe fuertemente el uso del fipronil en la agricultura. Como
resultado su uso se ha reducido gradualmente y cada vez más países
de la UE, incluyendo España, lo dejaron de utilizar en su
territorio.
Desde el sábado
pasado, 30 de septiembre, el uso del fipronil en los cultivos está totalmente prohibido en toda la UE, por lo que ha llegado el momento
de decirle ¡adiós para siempre! ¡Esta es una gran noticia para las
abejas, abejorros, mariposas y muchas otras especies!
Por desgracia, el
fipronil no es el único plaguicida preocupante. Muchos otros
plaguicidas peligrosos siguen en el mercado, amenazando a las abejas
y otras especies. Los neonicotinoides, que también fueron
restringidos parcialmente en 2013, están ahora en el ojo del
huracán, puesto que una abrumadora evidencia científica demuestra que son altamente peligrosos para las abejas y otras especies.
Los datos más
recientes han demostrado que los neonicotinoides son peligrosos
incluso en condiciones reales de campo, no sólo cuando se prueban en condiciones de laboratorio. En marzo pasado, la Comisión Europea
puso sobre la mesa una propuesta para restringir aún más la
clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, los tres neonicotinoides más conocidos. Sin embargo ninguna decisión o acción ha sido tomada, a
pesar de que la evidencia de sus efectos peligrosos indica que
deberían ser prohibidos lo antes posible.
Eliminar los
plaguicidas peligrosos es una medida necesaria a corto plazo, sin
embargo, no es la solución definitiva: la agricultura industrial no
es viable, ya que plantea demasiados riesgos para la salud del
planeta y para la nuestra. Es urgente adoptar a nivel mundial un
nuevo modelo agroalimentario. La agricultura ecológica es la
solución. Es la única que nos puede ayudar a afrontar grandes retos
como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad o la
contaminación del agua y proporcionar al mismo tiempo alimentos
sanos y sostenibles para todas las personas.
La reforma de la
Política Agrícola Común, que se debatirá próximamente en la UE,
es una nueva oportunidad para promover la agricultura y ganadería
ecológicas, para evitar nuevos escándalos alimentarios y para
detener el declive de las abejas y otras especies.
Entrada de blog
por: Luís Ferreirim
Responsable de la
campaña de Agricultura en @Greenpeace_esp. Perfil en Google +
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Fuente:
Luís Ferreirim, ¡Buenas noticias! Europa se despide del fipronil en la agricultura #SOSabejas, 02/10/17, Greenpeace España.
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