Un geólogo
advirtió que “no hay planes de contingencia o de gestión del
riesgo” en la ciudad y zona ante la posibilidad de que ocurra un
evento de este tipo. Arquitectos dicen que el poder de policía es
del Municipio.
En medio del
estupor generado por los reiterados terremotos en México, el doctor
en Ciencias Geológicas Guillermo Sagripanti alertó ayer sobre la
existencia de “un estado de negación sísmica” en Río Cuarto y
la zona y advirtió que “no hay planes de contingencia o de gestión
del riesgo”.
En paralelo, y
tras varias consultas realizadas por el Puntal de Río Cuarto, se determinó que el
Estado no tiene áreas que se ocupen de abordar el tema, pese a que
los especialistas sostienen que no es imposible que en la ciudad se
produzca un sismo que pueda llegar a ocasionar daños considerables.
“Creo que de
manera urgente debemos trabajar para revertir nuestro estado de
negación sísmica, ya que sería lamentable pasar sin escalas de un
estado de negación sísmica a un estado de desesperación por una
emergencia generada por un sismo”, indicó el docente e
investigador de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Sobre las
competencias en cuanto a la definición de políticas de Estado en la
materia, Sagripanti fue claro y señaló que es fundamental la
intervención “de los gobiernos de turno provincial y regionales”
y de Defensa Civil para reducir la vulnerabilidad sísmica que poseen
Río Cuarto y la zona, con el objetivo de mitigar los daños que
pudiera causar un eventual terremoto de magnitud con epicentro en
algún sector del sur de Córdoba.
El geólogo
recordó que cerca de la localidad de Sampacho se ubican las fallas
Las Rosas y Las Lagunas y sostuvo que a esta última estructura se le
adjudica el gran terremoto ocurrido en junio de 1934, que alcanzó
una magnitud de 6 grados en la escala de Richter y que destruyó el
90 por ciento de las construcciones del pueblo situado a 45
kilómetros de Río Cuarto.
Investigaciones
Sagripanti
aseguró que distintas investigaciones realizadas por el área de
neotectónica y paleosismología permitieron completar el registro de
sismicidad prehistórica de la zona a partir del relevamiento e
interpretación de evidencias de terrenos prehistóricos. En ese
marco, el geólogo dijo que hasta el presente se han interpretado al
menos cuatro fuertes terremotos ocurridos en los últimos 4 mil años
que habrían alcanzado los 6,6 grados de magnitud.
Ante estos
antecedentes, la conclusión a la que se arriba es que, en la zona
sur de la provincia, un eventual terremoto podría alcanzar esa
fuerza (es decir, 6,6 grados).
Respecto a la
zona de peligrosidad, Sagripanti señaló que Río Cuarto está
dentro de la denominada Zona 1 de Peligrosidad Reducida, de acuerdo
al mapa de zonificación sísmica de Argentina.
“En mi opinión
se debería recategorizar esta zona, al menos en toda su extensión
dentro de la provincia de Córdoba, a Zona 2, de Peligrosidad
Moderada. De esta manera, se comenzarían a construir viviendas y
edificios de forma más segura”, consideró Sagripanti.
- ¿Cuáles son
los aspectos más importantes para saber afrontar este tipo de
acontecimientos?
- A nivel mundial,
en la actualidad, las poblaciones emplazadas en regiones sísmicas
invierten mucha energía y recursos económicos en disminuir su
vulnerabilidad sísmica. Se considera que la Amenaza + Vulnerabilidad
+ Costo Económico = Riesgo Sísmico. Por lo tanto, como la amenaza,
que vendría a ser la ocurrencia de un fuerte terremoto, no se puede
modificar porque se trata de un fenómeno natural, lo único que
puede hacer el hombre es trabajar para disminuir la vulnerabilidad
sísmica.
- ¿Cómo se la
reduce?
- La
vulnerabilidad se reduce haciendo actividades de prevención y de
concientización sísmica, construyendo en lugares aptos desde el
punto de vista geológico y aplicando las normas de sismo-resistencia
en las construcciones (edificios, casas, puentes, etcétera). Además,
verificando que estas normativas se cumplan. Los terremotos no
producen víctimas, son las construcciones mal hechas las que las
ocacionan.
Sobre ese punto,
Sagripanti dijo que desde el Departamento de Geología están
realizando actividades de prevención, brindando charlas de
concientización en distintos lugares pero, principalmente, en
escuelas de Sampacho y otras localidades de la región.
“También
elaboramos cartillas de prevención sísmica. Además, se mantiene
una comunicación permanente relacionada a la prevención sísmica
con Defensa Civil y Bomberos Voluntarios de Río Cuarto y de la
región. También se ha confeccionado un manual para los colegios
secundarios denominado ‘Terremotos, nuestro planeta vibra bajo el
poder de su energía’, que obtuvo el primer premio en un concurso
del ‘Cordobensis’ (2007), por lo que fue reproducido para todas
las escuelas secundarias de la provincia de Córdoba para que esté a
disposición de los docentes en las clases de ciencias naturales.
Ni el Impurc ni
el Funperc
El Puntal de Río Cuarto realizó
diversas consultas a propósito de la advertencia del docente e
investigador de la Universidad. Sin embargo, no hay un área
determinada del Municipio que se ocupe de proyectar planes de
contingencia.
Desde la
oposición dijeron que el tema de los terremotos y los eventuales
programas de evacuación no son parte de la agenda de tópicos del
Instituto Municipal de Planificación Urbana de Río Cuarto (Impurc),
ni tampoco están bajo la órbita de la Fundación Estratégica de
Río Cuarto (Funperc).
De esta manera,
todos los cañones apuntan a Defensa Civil. No obstante, los
especialistas dijeron que el organismo, por sí solo, no puede
ocuparse de todo y que es fundamental la presencia de los Estados
municipal y provincial.
Arquitectos
Respecto a las
construcciones, desde el Municipio indicaron que los arquitectos son
los que participan de la supervisión de los finales de obra.
Consultada sobre
este aspecto, la presidenta del Colegio de Arquitectos de Río
Cuarto, Lucía Fortuna, aclaró que quien debe controlar, por tener
el poder de policía, es el Estado local (Municipalidad).
“Nosotros no
controlamos estructuras. Eso le corresponde a la Municipalidad. El
poder de policía sobre las obras es del Municipio y debe ser
ejercido con absoluta rigurosidad. Sucede que, a veces, no se cuenta
con los inspectores necesarios. El final de obra lo otorga la
Municipalidad y en ese momento se debe constatar que todo esté en
orden. Los profesionales deben elaborar sus planos de acuerdo a las
normativas vigentes, pero el control de que eso suceda debe hacerlo
el Estado. La Municipalidad se desliga de la responsabilidad del
cálculo de la estructura, pero no puede desligarse de comprobar que
se cumplan las previsiones antisísmicas”, concluyó Fortuna.
Fuente:
Terremotos: la Universidad alertó por “negación sísmica”, 27/09/17, El Puntal de Río Cuarto.
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