En el centro y el
sur bonaerense las lluvias superaron un 50 % el promedio anual;
pérdidas en ganadería y agricultura.
por Darío Palavecino
AYACUCHO.- A un
lado y otro de la ruta hay un común denominador: agua. Una laguna en
algunos tramos, casi un mar en otros por el avance tierras adentro,
la paleta de tonos celestes predomina sobre los escasos verdes, allí
donde se refugia el ganado para alimentarse y, en esta época, darle
un espacio más o menos seguro a las flamantes crías.
Las lluvias no
han dado tregua a lo largo del año y en especial en estos últimos
meses. "Ya estamos en los 1200 milímetros, más de un 50 % por
encima del promedio anual para la región, y todavía falta un
trimestre", advierte Ignacio Miramón, productor agropecuario y
miembro de la delegación local de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
La media en Ayacucho, cada doce meses, ronda los 800 milímetros.
El panorama es
crítico y similar en toda la zona. Las complicaciones se advierten
mucho más en el centro de la provincia y se extienden hacia el Este,
donde la pendiente acumula agua en todo el frente más cercano a la
costa, desde General Lavalle hasta el distrito de Mar Chiquita.
Se empiezan a
lamentar pérdidas importantes en todas las vertientes del sector. Al
paso pueden verse algunas vacas muertas. Los productores confirman
que el impacto de las inundaciones puede ser mucho más grave si hay
más lluvias en el horizonte inmediato.
Sólo durante el
último fin de semana cayeron entre 70 y 120 milímetros en la zona.
El distrito más perjudicado fue Rauch, donde el pluviómetro llegó
hasta la marca de 140. Ayer a la mañana cayeron las últimas gotas.
Por la tarde llegó el viento fuerte y el pronóstico promete varios
días corridos con algo de sol, una verdadera bendición para que
escurran los campos, seque y se recuperen los lotes todavía aptos
para alimento de ganado.
"Uno de los
efectos por la falta de sol es la merma de magnesio en las pasturas,
que no se alcanza a recuperar y los animales mueren por
hipomagnesemia", explica el veterinario Guillermo Soto, que
confirma pérdidas de ganado en medio de este escenario climático
adverso para el campo en casi la mitad de la provincia de Buenos
Aires.
Hay campos a los
que no se puede acceder. Con más de media tranquera bajo el agua,
los productores han quedado casi aislados y sólo pueden llegar hasta
la ruta con tractores o a caballo. Tampoco han podido sacar hacienda.
Algo parecido se vivió en Maipú, donde se organizó una exposición
durante el fin de semana, pero aún no se pudieron retirar los
animales porque es imposible transitar los caminos cercanos.
Las dificultades
para movilizarse en los campos también cuesta cabezas de ganado. En
la zona de General Lavalle y General Madariaga, hay productores que
perdieron hasta 40 animales porque no logran llegar con alimento
hasta las islas donde se refugian las vacas y sus crías.
Carlos Sanz,
ahora presidente honorario de la Sociedad Rural de Balcarce, asegura
que el agua se convirtió en un verdadero problema para toda la
región. Aunque ubica a su distrito algo más aliviado que otros
vecinos, como el caso de Ayacucho, General Madariaga y Mar Chiquita,
donde la superficie inundada es muy superior.
"Claro que
aun así el riesgo está abierto, porque los animales están pariendo
en medio del agua", explica a La Nación. También, acota, se
complica con el período de servicio para reproducción. "Esto
significa que el año que viene es casi seguro que tendremos menos
terneros en toda la región", apuntó.
El dolor de
cabeza alcanza además a quienes están completando cosechas,
demoradas también por cuestiones climáticas, o estaban en
preparativos para la siembra de primavera. "Se está levantando
lo último que quedó de maíz y soja, y está suspendida la siembra
de trigo, cebada y avena, que es uno de los fuertes del sudeste
bonaerense", detalla el ingeniero agrónomo Ezequiel Pérsico
sobre la situación en Ayacucho y las zonas cercanas. Algo más
aliviados transcurren hacia el Sudoeste, donde las lluvias también
fueron abundantes, pero lejos de generar los problemas que padecen en
el centro bonaerense. Sergio Melgarejo, presidente de la Sociedad
Rural de San Cayetano, dijo: "Llovió más de lo normal, pero
todavía se soporta", reconoce.
A las
complicaciones de la producción se suman las de la vida cotidiana de
las familias. Ayer fue un respiro por el feriado del Día del
Maestro. Pero hoy y el resto de la semana será difícil que haya
actividad normal en las escuelas rurales. "Acá hay agua por
donde se mire", grita desde su caballo un peón rural a la vera
de la ruta 74, entre Ayacucho y el cruce con la ruta 29.
Intendentes de
las zonas afectadas están en diálogo con máximas autoridades
provinciales a la espera de asistencia y respuestas. Así como lo
anticipó ayer a La Nación el jefe comunal de General Lavalle,
Humberto Rodríguez, varios distritos son los que reclamarán que se
declare la emergencia y una solución más pronta a las obras
hídricas, una histórica demanda aún sin solución plena.
Fuente:
Darío Palavecino, En Rauch, Madariaga y Lavalle sólo se ve agua en el horizonte, 12/09/17, La Nación. Consultado 12/09/17.
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