Ocurrió este
sábado por la tarde en Mburucuyá, provincia de Corrientes, cuando
junto a su primo pasaron por una finca de cítricos. El menor sigue
hospitalizado aunque recuperándose.
por Roberto Andrés
Una menor de doce
años falleció luego de haber ingerido, junto a su primo menor,
mandarinas rociadas con agrotóxicos en una finca de cítricos de
Mburucuyá (a unos 148 kilómetros de la capital correntina), una
localidad de ocho mil habitantes en la que el fuerte de la producción
pasa por la actividad citrícola. Según el resultado de la autopsia
la menor falleció de un colapso cardiopulmonar mientras que su primo
sigue internado en el hospital María Auxiliadora de la localidad de
Saladas. El menor, de once años, se encuentra fuera de peligro y en
recuperación, según afirmó el director del hospital, Walter López.
Según las
primeras informaciones los dos primos habrían ingresado a la finca
de cítricos y en ese lugar habrían sacado mandarinas de los
árboles, sin embargo el abogado de la familia Francisco Pisarello
declaró a Radio Dos que “ninguno de los niños ha ingresado a la
quinta en cuestión. Esto sucedió cuando los dos iban a la capilla
Santa Librada de la primera sección, paraje El Pago de Mburucuyá.
En el trayecto, cerca de 90 metros, en el portón de ingreso de la
quinta encuentran una mandarina y la ingieren”, comentó.
Pisarello señaló
que la pequeña “se descompuso en el lugar, el niño corrió a
pedir auxilio a la madre y fueron dos hermanos, uno de 16 años, que
no declaró, y la abuela de la menor”. El letrado comentó que el
menor tuvo una descompostura importante, “con dolor de estómago,
que lo llevó a vomitar. Luego fueron en socorro de Rocío y ésta
les expresó que tras comer la mandarina sintió mareos, náuseas. A
ambos los llevaron en remis al hospital de Mburucuyá, donde el niño
volvió a vomitar”. Posteriormente, la menor fue trasladada en un
coche hacia el hospital de la ciudad de Saladas, a unos 45 kilómetros
del lugar, pero falleció en el camino.
“Firmes
elementos de que la nena murió intoxicada”
Se sospecha que
hubo “envenenamiento por la ingesta de alimentos contaminados con
alta concentración de pesticidas”, por lo que la Justicia está
investigando si las mandarinas que comieron los primos tenían
agrotóxicos y si ese fue el motivo del fallecimiento de la menor.
Según declaró el propietario en sede policial, la fruta había sido
dejada en un lugar accesible con la intención de aniquilar ratas.
La autopsia de la
menor por su parte da indicios de que encontraron veneno en el cuerpo
de la menor. “Hay firmes elementos de que la nena murió
intoxicada”, indicó el abogado querellante. “Elementos
probatorios que todavía no se agregaron a la causa. Estamos muy
consternados y nos vamos a ocupar de este tema”, expresó
Pisarello, quien además cuestionó el accionar policial y judicial:
“No ha habido la celeridad en el caso de parte de autoridades
policiales y judiciales. El mismo día había que secuestrar los
elementos que eran importantes. Un día después se realizaron los
allanamientos”, y agregó: “El hermano de 16 años que fue el
primero en verla a la pequeña, nunca fue llamado a declarar... y fue
el primero que llegó”.
El abogado de la
familia: “En Corrientes no se controla la utilización de
pesticidas en agricultura”
El abogado además
señaló que “la fruta habría caído de un tractor en el trayecto”
y que estas mandarinas se utilizarían para “espantar aves”.
Según sus declaraciones a Radio Dos existirían datos que dan cuenta
de que el viernes pasado se habría raleado la producción de la
quinta, “sacando las mandarinas fumigadas para llevarlas a un campo
de arándanos”.
En la provincia
de Corrientes hay antecedes de dos niños que perdieron la vida por
contacto con agrotóxicos. Uno es el caso de Nicolás Arévalo, de 4
años, en la localidad de Lavalle, quien en 2011 mientras jugaba con
su prima en la puerta de su casa (ubicada frente a una finca de
tomates) pisó un charco con endosulfán, insecticida que atravesó
su piel provocándole un cuadro de intoxicación. Su prima Celeste
Estévez, quien entonces tenía siete años y estuvo tres meses
internada en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, quedó con
secuelas de por vida. Su caso fue a juicio y culminó con la
absolución del productor agropecuario Ricardo Prieto, quién había
sido imputado por homicidio culposo.
El otro es el
caso de José Carlos Rivero, también de cuatro años y también de
Lavalle, quien falleció en mayo 2012, tras una semana de
hospitalización en el Garrahan. Se presume que la causa es idéntica,
aunque por otro agroquímico. En el hospital, un análisis de orina
determinó la presencia de agroquímicos en su cuerpo poco antes de
morir. Por el caso de Riveros está procesado otro productor
hortícola y podría ir a juicio el año que viene.
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Fuente:
Roberto Andrés @RoberAndres1982, Agrotóxicos: niña de 12 años muere envenenada tras comer mandarinas, 14/09/17, La Izquierda Diario. Consultado 14/09/17.
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