NACIONES UNIDAS,
13 jul 2017 (IPS) - Más de siete décadas después de que Estados
Unidos tirara las dos bombas atómicas sobre Japón, la ONU aprobó
un histórico tratado para prohibirlas. Pero la esperanza de vivir en
un mundo libre armas nucleares se ve opacada por las dudas en torno
al éxito del nuevo documento.
Más de 122
países, las dos terceras partes de los 192 miembros de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas), adoptaron el acuerdo para prohibir las armas nucleares tras varios meses de negociaciones.
“Logramos
plantar la primera semilla de un mundo libre de armas nucleares; una
norma que espera desde hace 70 años”, destacó Elayne Whyte Gomez,
la representante permanente de Costa Rica y presidenta de la
Conferencia de la ONU que negoció el tratado.
Por su parte, la
responsable del programa de Desarme Nuclear de la organización PAX,
Susi Snyder también subrayó la importancia del hecho: Hay “gente
que trabaja desde hace décadas en este asunto, incluso yo misma, y
vivir un momento que sabes perfectamente bien que es histórico, te
hace sentir todas las emociones”.
Existen unas
15.000 ojivas nucleares en el mundo, más de 90 ciento de las cuales
están en manos de Estados Unidos y Rusia.
A diferencia del
Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TPN), de 1968, que
permite a cinco países poseer bombas atómicas, el nuevo instrumento
prohíbe de forma explícita el uso directo e indirecto, la amenaza
de uso, la adquisición y el desarrollo de estas armas.
También incluye
por primera vez disposiciones para brindar asistencia a víctimas de
ensayos y usos de armas nucleares, así como la recuperación
ambiental de áreas contaminadas por actividades vinculadas a ellas.
“El tratado
normativo subraya las consecuencias humanitarias de las armas
nucleares, lo que es un logro enorme, en especial para los
“hibakushas”, personas bombardeadas, en japonés, (por las bombas
lanzadas sobre las ciudades japonesas de) Hiroshima y Nagasaki”,
dijo a IPS la investigadora de la Asociación para el Control de
Armas (ACA), Alicia Sanders-Zakre.
Las referencias
al impacto de la bomba aparecen en todo el documento, incluso en la
profunda preocupación por “las catastróficas consecuencias
humanitarias que resultarían del uso de armas nucleares” y el
riesgo persistente que su “continua existencia” supone para la
humanidad.
El conocimiento
sobre devastación que causan las armas nucleares no es nuevo, pero
tanto Snyder como Sanders-Zakre coincidieron en que los países
siguen letigimándolas como parte de su enfoque en materia de
seguridad.
“Algunos países
dijeron en las negociaciones que al tener una doctrina de seguridad
que apunta a la disuasión nuclear, las potencias nucleares legitiman
su uso y se apartan de sus consecuencias humanitarias, las que a
menudo no se aparecen primero en el escenario de seguridad”, indicó
Sanders-Zakre.
El nuevo tratado
procura eliminar el prestigio de las armas nucleares haciéndolas
inaceptables para el derecho internacional.
No sin pelear
Los nueve estados
con armas nucleares, así como la mayoría de los miembros de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no participaron
en la conferencia, salvo Holanda, que votó en contra el documento.
Entre los más
críticos se destacó Estados Unidos, que desde el inicio de las
negociaciones, dijo que el proceso no era “realista”, en especial
dadas las crecientes tensiones entre el gobierno estadounidense y el
de Corea del Norte.
“No hay nada
que quiera más para mi familia que un mundo sin armas nucleares,
pero tenemos que ser realistas. ¿Hay alguien que crea que Corea del
Norte las prohibirá?”, planteó la embajadora de Estados Unidos,
Nikki Haley.
Estados Unidos,
Gran Bretaña y Francia anunciaron en una declaración conjunta que
no tienen intenciones de firmar, ratificar o formar parte del
tratado.
“Una presunta
prohibición de las armas nucleares que no resuelve el problema de la
seguridad que sigue haciendo necesaria la disuasión no llevará a la
eliminación de todas las armas nucleares ni mejorará la seguridad
de ningún país ni la seguridad y la paz internacionales”,
señalan, al reiterar su continuo compromiso con el TPN.
No sorprende que
esos países decidieron no participar, observó Snyder, por su deseo
de mantener el poder político asociado a las armas nucleares. Pero
criticó la iniciativa conjunta, pues puede violar el TPN.
El artículo 6
del TPN, suscrito por la mayoría de los estados, señala que cada
parte “se compromete a celebrar negociaciones de buena fe sobre
medidas eficaces relativas a la cesación de la carrera de armamentos
nucleares en fecha cercana y al desarme nuclear”.
Snyder señaló
que para la mayoría de las partes, las negociaciones constituyeron
una “medida efectiva” hacia el desarme.
“Esta
prohibición no es el último esfuerzo para lograr y mantener un
mundo libre de armas nucleares, pero sí es un elemento clave. Era
una falta que avergonzaba a los estados nucleares, que demostraban su
compromiso con las armas inhumanas en vez de con la humanidad”,
prosiguió.
Pero las
potencias nucleares arguyen que no violan el TPN porque no consideran
que la prohibición permita eliminar las armas nucleares y por ello
no es una “medida efectiva”, explicó Sanders-Zakre.
Este último
tratado refleja la creciente división entre los estados que tienen
los que no tienen bomba atómica en materia de desarme.
¿Entre la espada
y la pared?
También hubo
molestias por la prohibición de estacionar, instalar o desplegar
armas nucleares, pues pone a muchos miembros de la OTAN con acuerdos
para compartir tecnología nuclear en una situación delicada.
Cinco países,
entre ellos Alemania y Turquía, tienen actualmente ojivas
estadounidenses en el marco de la política de la OTAN. Para que los
miembros de la alianza atlántica se unan al tratado deberán
revertir o abandonar sus obligaciones.
“Por un lado,
el tratado busca ser universal para incluir a muchos miembros. Pero a
la vez, es un tratado de prohibición y que en un tratado de
prohibición, uno de sus miembros tenga armas nucleares en su
territorio sería contradictorio”, reconoció Sanders-Zakre en
diálogo con IPS.
¿Podrá ser
eficaz un tratado sin esos países? Según Snyder y Sanders-Zakre,
sí.
“El tratado
fija una norma, y los estados nucleares tienen antecedentes de
cumplir las normas, aun cuando no suscriben un acuerdo”, indicó
Snyder, refiriéndose al Tratado de Prohibición Completa de los
Ensayos Nucleares (TPCEN) que, a pesar de no haber sido ratificado
por todas las naciones y de no haber entrado en vigor, fijó una
serie de normas que condenan los ensayos nucleares.
“La norma se
extenderá más allá del tratado y, probablemente, se transforme en
una condena continua de las actividades de los estados nucleares que
no sean de desarme”, abundó.
Sanders-Zakre
reconoció que podrán aparecer algunos obstáculos antes de la
entrada en vigor del acuerdo, como la posible presión de los estados
nucleares para que los otros países no lo ratifiquen o una
disminución general del impulso político.
Pero con o sin
los estados nucleares, el tratado marcará un paso normativo
significativo hacia el desarme si los 122 estados que negociaron el
instrumento lo firman y lo ratifican.
“Espero que
este acuerdo sea el primer paso hacia un diálogo más productivo
sobre desarme y que sirva para despertar a los estados nucleares que
desde hace tiempo no emprenden serias negociaciones para el desarme”,
señaló.
Por su parte
Snyder subrayó el hecho histórico. “Este tratado ayudará a
eliminar las armas nucleares; no es lo último paso que las sacará
para siempre del mundo, pero ayuda a reafirmar la completa
ilegitimidad de estas armas tan inhumanas y ofrece un camino para su
eliminación”, destacó.
El documento se
abrirá a la firma el 20 de septiembre, al inicio de la 72 sesión de
la Asamblea General de la ONU, y entrará en vigor 90 días después
de que haya sido ratificado por 50 países.
El documento se
aprobó en un momento que refleja el temor de que el mundo estuviera
más cerca de un desastre nuclear de lo que estuvo en 1953, cuando
Estados Unidos y la disuelta Unión Soviética realizaron ensayos con
bombas de hidrógeno.
Traducido por
Verónica Firme
Fuente:
Tharanga Yakupitiyage, No basta con prohibir las armas nucleares, 13/07/17, Inter Press Service. Consultado 14/07/17.
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