Era una tranquila ciudad de unos 5.000 habitantes. con varias iglesias, fábricas e instituciones educativas, culturales y de salud, hasta que una decisión política la borró totalmente del mapa.
En la
región rusa de Yaroslavl, a unos 300 kilómetros al norte de Moscú,
está teniendo lugar una expedición submarina única. Cámara en
mano, los buzos se sumergen uno por uno hasta el fondo del embalse de
Rýbinsk para encontrar y mostrar al mundo lo que queda de los
pueblos, haciendas, templos e iglesias de una zona que fue inundada
artificialmente hace casi 80 años.
El
objetivo de este proyecto es crear un modelo tridimensional del
terreno, de modo que cualquier usuario de Internet pueda ver lo que
hay bajos las aguas del pantano.
Una
ciudad floreciente
Hasta
los años cuarenta, en esta zona había centenares de municipios,
cuyo centro administrativo era Mologa, una antigua ciudad rusa que
existía por lo menos desde el siglo XII. Entre los siglos XV y XIX
fue un importante centro comercial y se convirtió en lugar de
vacaciones de numerosas familias nobles del país que construyeron
allí haciendas.
A
principios del siglo XX, Mologa contaba con una población de más de
5.000 personas y albergaba varios templos e iglesias, instituciones
educativas, culturales y de salud, fábricas y establecimientos
comerciales.
El 14
de septiembre 1935, la tranquila vida de la ciudad y de la comarca
fue abruptamente interrumpida por la decisión de las autoridades
soviéticas de construir en el lugar el embalse y la central
hidroeléctrica de Rýbinsk.
Ciudad
inundada
Durante
el proceso de construcción, en los años cuarenta, la ciudad de
Mologa, junto con más de 700 pueblos y aldeas de la zona fueron
inundados. Muchos monumentos históricos y culturales se perdieron, y
cerca de 130.000 personas tuvieron que ser desplazadas.
En
total, el agua inundó 740 municipios, tres monasterios, más de 50
iglesias con sus respectivos cementerios, 80.000 hectáreas de prados
únicos y casi tantas de tierra cultivable, así como 250.000
hectáreas de bosque.
La
noticia sobre la necesidad de reubicación provocó un grave
desasosiego entre los habitantes de la zona. Según un informe del
teniente de seguridad Sklyárov -un documento que citan varios medios rusos pero cuya autenticidad no ha sido confirmada-, 294 personas
"decidieron voluntariamente morir con sus propiedades durante el
llenado del embalse".
Además
de eso, entre 1936 y 1941 murieron unos 150.000 prisioneros del campo
de detención Volgolag, que fueron los encargados de la construcción
de la central hidroeléctrica.
Desde
1960, los habitantes locales se reúnen para celebrar la memoria de
la ciudad perdida: durante muchos años, casi en secreto, puesto que
en la época soviética era considerado un tema tabú.
Ciudad
que vuelve
Hace
casi 80 años que la ciudad de Mologa desapareció del mapa, pero de
vez en cuando, las ruinas de la antigua población vuelven a aparecer
en la superficie cuando bajan las aguas del embalse.
En
1992-1993, el nivel del agua se redujo en más de 1,5 metros, lo que
permitió a los especialistas regionales organizar una expedición y
recoger materiales para el futuro museo de Mologa y un documental.
En
2014, el agua bajó tanto que los vecinos pudieron ver los restos de
viviendas y el trazado de las calles de la población.
Ciudad
perdida
Entre
el 1930 y el 1950, nueve ciudades soviéticas, cada una promedio de
alrededor de 5.000 personas de población, fueron inundadas para la
construcción de centrales hidroeléctricas.
Algunas
de ellas solo se inundaron parcialmente, otras fueron reconstruidas e
incluso se convirtieron en más desarrolladas que antes. Este no fue
el caso de Mologa, cuya historia se interrumpió para siempre en los
años cuarenta.
María
Lekant
Fuente:
María Lekant, La Atlántida rusa: Por qué la Unión Soviética inundó esta floreciente ciudad y más de 700 pueblos, 13/03/17, RT.
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