miércoles, 7 de junio de 2017

“Antonia Flores sufrió presiones de los poderes fácticos, de sus compañeros de la provincia, de Andalucía y de la ejecutiva nacional”

José Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido, trabaja actualmente, como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde 1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y exposición en el Centro Andaluz de Fotografía ”Operación Flecha Rota. Accidente nuclear en Palomares”. Posteriormente dirigió el largometraje documental homónimo (2007).

por Salvador López Arnal

Nos habíamos quedado aquí. Hablas de presiones sobre Antonia Flores, la alcaldesa. ¿De quiénes? ¿Qué tipo de presiones? ¿Qué defendió finalmente Flores? ¿Hizo propaganda a favor de la permanencia?

JH.- Antonia Flores sufrió presiones de los poderes fácticos de la barriada y comarca, pero tristemente también de sus compañeros de la provincia, de Andalucía, de la ejecutiva nacional. A pesar que daba la imagen y actuaba como persona honesta, coherente, que luchaba por una de las muchas injusticias que aún coleaban de la Dictadura y que formaban parte del ideario general del partido, consiguieron obligarla o persuadirla -ella afirma lo segundo- de que la OTAN era bueno para España, lo mismo que cejar en las peticiones y movilizaciones. Es de comprender que sin duda ayudaron la fatiga, el sentirse quemada por tanta deslealtad, miseria humana y campañas locales de desprestigio personal. Así que comenzó a colaborar en la campaña gubernamental a favor de la OTAN, con el mismo gobierno de su partido, que no hizo nada para obligar al CIEMAT a cumplir con lo demandado, ni siquiera en lo más básico, como la petición de sus hitoriales clínicos. El silencio y olvido cubriría la barriada otros 30 años.

¿Qué pasó el día del referéndum? ¿Por qué el SÍ fue tan mayoritario y la participación tan elevada comparada con la media nacional?

JH.- Pues que el referéndum coincidió con el cénit de credibilidad de Antonia en Palomares por su buen quehacer. El 75 % de los votos fueron afirmativos y el No alcanzó un 21 % frente a la media nacional, que supuso respectivamente el 52 y 40 %. La paradoja de la voluntad popular de Palomares recuerda a la fábula del flautista de Hamelín.

Hablas del documental Broken Arrow n.º 29. ¿Qué documental es ese?

JH.- Es una magnífica obra que se produjo para el canal 4 de la BBC inglesa. Fue dirigido por la singular israelí radicada en Inglaterra, Dina Hecht; feminista y partidaria de la causa Palestina. El documental fue premiado en el Festival de cine documental de Bilbao. Tuve la oportunidad de asistir al rodaje la primera vez que fui a Palomares unos días antes del 20º aniversario, en enero de 1986. Incluso en uno de los planos recursos del público se me ve atento sobresaliendo por mi altura.

Cuéntanos una reunión que hubo con Pedro Antonio Martínez Pinilla. ¿Por qué se les convocó? ¿Que se les prometió?

JH.- La Escuela de Salud Pública, dependiente del consejero de salud Pablo Recio, de la Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE con mayoría absoluta, convocó a una serie de reputados científicos, entre ellos al Dr. Martínez Pinilla, con el objeto de realizar un estudio multidisciplinar e independiente sobre las posibles causas a la salud de la exposición prolongada en un entorno contaminado. Probablemente para contentar a los vecinos, a organizaciones como Greenpeace y para dar una imagen progresista de cara a la opinión pública en la campaña pro OTAN. Se reunieron en Granada los componentes y se les informó del proyecto, del que no existía límite presupuestario. Esa fue la primera y última vez. Ganado el referéndum por el gobierno de Felipe González, jamás se les volvió a citar, ni existió argumento, excusa o disculpa por parte de los convocantes.

Hablas del interés de Greenpeace por Palomares. ¿Hasta cuándo? ¿Qué acciones realizaron?

JH.- Sí, la organización mostró un elevado interés cuando la joven Antonia Flores demandaba en 1985 derechos humanos tan básicos como el tener acceso los ciudadanos de Palomares a sus historiales clínicos y el CIEMAT los toreaba con falsas promesas, con la connivencia del Gobierno del PSOE, cuando la Constitución llevaba ya 8 años. De hecho su vicepresidente, Jordi Bigas, asesoró y avaló a Antonia en las estrategias de cara a las instituciones y medios. La ayuda terminó cuando Antonia y los vecinos cesaron en sus demandas tras el referéndum de la OTAN. En agosto de ese mismo año, el barco insignia de Greenpeace «Sirius» fondeó frente a Palomares para recordar lo pendiente. Con posterioridad, en concordancia con el silencio de los afectados, no ha existido ninguna campaña de apoyo. En el 50º Aniv. editaron un breve dossier sobre Palomares: https://secured-static.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/nuclear/Dossier-Palomares-50-Aniversario.pdf

Finalizas con estas palabras: “Nunca se nos volvió a citar para reunión alguna y del interés para la formación del grupo investigador nunca más se supo”. ¿Qué podemos pensar de estas palabras de Martínez Pinilla?

JH.- Pues que esto no iba a ser mas que un grano en una montaña de arena. Un botón de muestra. Hacía tiempo que la veda estaba abierta para la profusión de comportamientos deshonestos en todos los ámbitos de la política, mientras que esta extendía su control, como metástasis por todo el tejido social. La generación que vivimos la transición con verdadera ilusión de un país mejor, más progresista, más humano y solidario, hemos sufrido una dura involución de nuestros sentimientos y expectativas. Primero caímos en el desaliento, de ahí al desencanto e individualismo y más tarde, con la caterva de impresentables, a la desafección. Nos vendieron una Democracia tan imperfecta que alcanzó a menoscabar su propia esencia y concepto. La financiación ilegal es sistémica, inherente al modelo instaurado. La inercia de los 40 años de dictadura ayudó mucho con el enquistamiento de la picaresca y el enchufismo. Ahora reparamos que el atado y bien atado que se repetía al final del tardofranquismo no fue vana amenaza.

Ya estamos en el último capítulo, ya estamos finalizando. Echaré a faltar estas conversaciones.

JH.- Uff, yo también. Rumiar tu trabajo contribuye a espantarte con los errores, enmendarlos, pero también a fijar tesis, madurar convicciones y seguir dudando de las hipótesis.

Te veo muy baconiano: “es bueno dudar de todo”. uno de los lemas preferidos de Marx.

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