José
Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la
Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido,
trabaja actualmente, como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde
1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear
de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y
exposición en el Centro Andaluz de Fotografía ”Operación Flecha
Rota. Accidente nuclear en Palomares”. Posteriormente dirigió el
largometraje documental homónimo (2007).
por Salvador
López Arnal
Nos
habíamos quedado aquí. Hablas de presiones sobre Antonia Flores, la
alcaldesa. ¿De quiénes? ¿Qué tipo de presiones? ¿Qué defendió
finalmente Flores? ¿Hizo propaganda a favor de la permanencia?
JH.-
Antonia Flores sufrió presiones de los poderes fácticos de la
barriada y comarca, pero tristemente también de sus compañeros de
la provincia, de Andalucía, de la ejecutiva nacional. A pesar que
daba la imagen y actuaba como persona honesta, coherente, que luchaba
por una de las muchas injusticias que aún coleaban de la Dictadura y
que formaban parte del ideario general del partido, consiguieron
obligarla o persuadirla -ella afirma lo segundo- de que la OTAN
era bueno para España, lo mismo que cejar en las peticiones y
movilizaciones. Es de comprender que sin duda ayudaron la fatiga, el
sentirse quemada por tanta deslealtad, miseria humana y campañas
locales de desprestigio personal. Así que comenzó a colaborar en la
campaña gubernamental a favor de la OTAN, con el mismo gobierno de
su partido, que no hizo nada para obligar al CIEMAT a cumplir con lo
demandado, ni siquiera en lo más básico, como la petición de sus
hitoriales clínicos. El silencio y olvido cubriría la barriada
otros 30 años.
¿Qué
pasó el día del referéndum? ¿Por qué el SÍ fue tan mayoritario
y la participación tan elevada comparada con la media nacional?
JH.-
Pues que el referéndum coincidió con el cénit de credibilidad de
Antonia en Palomares por su buen quehacer. El 75 % de los votos fueron
afirmativos y el No alcanzó un 21 % frente a la media nacional, que
supuso respectivamente el 52 y 40 %. La paradoja de la voluntad
popular de Palomares recuerda a la fábula del flautista de Hamelín.
Hablas
del documental Broken Arrow n.º 29. ¿Qué documental es ese?
JH.-
Es una magnífica obra que se produjo para el canal 4 de la BBC
inglesa. Fue dirigido por la singular israelí radicada en
Inglaterra, Dina Hecht; feminista y partidaria de la causa Palestina.
El documental fue premiado en el Festival de cine documental de
Bilbao. Tuve la oportunidad de asistir al rodaje la primera vez que
fui a Palomares unos días antes del 20º aniversario, en enero de
1986. Incluso en uno de los planos recursos del público se me ve
atento sobresaliendo por mi altura.
Cuéntanos
una reunión que hubo con Pedro Antonio Martínez Pinilla. ¿Por qué
se les convocó? ¿Que se les prometió?
JH.-
La Escuela de Salud Pública, dependiente del consejero de salud
Pablo Recio, de la Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE con
mayoría absoluta, convocó a una serie de reputados científicos,
entre ellos al Dr. Martínez Pinilla, con el objeto de realizar un
estudio multidisciplinar e independiente sobre las posibles causas a
la salud de la exposición prolongada en un entorno contaminado.
Probablemente para contentar a los vecinos, a organizaciones como
Greenpeace y para dar una imagen progresista de cara a la opinión
pública en la campaña pro OTAN. Se reunieron en Granada los
componentes y se les informó del proyecto, del que no existía
límite presupuestario. Esa fue la primera y última vez. Ganado el
referéndum por el gobierno de Felipe González, jamás se les volvió
a citar, ni existió argumento, excusa o disculpa por parte de los
convocantes.
Hablas
del interés de Greenpeace por Palomares. ¿Hasta cuándo? ¿Qué
acciones realizaron?
JH.-
Sí, la organización mostró un elevado interés cuando la joven
Antonia Flores demandaba en 1985 derechos humanos tan básicos como
el tener acceso los ciudadanos de Palomares a sus historiales
clínicos y el CIEMAT los toreaba con falsas promesas, con la
connivencia del Gobierno del PSOE, cuando la Constitución llevaba ya
8 años. De hecho su vicepresidente, Jordi Bigas, asesoró y avaló a
Antonia en las estrategias de cara a las instituciones y medios. La
ayuda terminó cuando Antonia y los vecinos cesaron en sus demandas
tras el referéndum de la OTAN. En agosto de ese mismo año, el barco
insignia de Greenpeace «Sirius» fondeó frente a Palomares para
recordar lo pendiente. Con posterioridad, en concordancia con el
silencio de los afectados, no ha existido ninguna campaña de apoyo.
En el 50º Aniv. editaron un breve dossier sobre Palomares:
https://secured-static.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/nuclear/Dossier-Palomares-50-Aniversario.pdf
Finalizas
con estas palabras: “Nunca se nos volvió a citar para reunión
alguna y del interés para la formación del grupo investigador nunca
más se supo”. ¿Qué podemos pensar de estas palabras de Martínez
Pinilla?
JH.-
Pues que esto no iba a ser mas que un grano en una montaña de arena.
Un botón de muestra. Hacía tiempo que la veda estaba abierta para
la profusión de comportamientos deshonestos en todos los ámbitos de
la política, mientras que esta extendía su control, como metástasis
por todo el tejido social. La generación que vivimos la transición
con verdadera ilusión de un país mejor, más progresista, más
humano y solidario, hemos sufrido una dura involución de nuestros
sentimientos y expectativas. Primero caímos en el desaliento, de ahí
al desencanto e individualismo y más tarde, con la caterva de
impresentables, a la desafección. Nos vendieron una Democracia tan
imperfecta que alcanzó a menoscabar su propia esencia y concepto. La
financiación ilegal es sistémica, inherente al modelo instaurado.
La inercia de los 40 años de dictadura ayudó mucho con el
enquistamiento de la picaresca y el enchufismo. Ahora reparamos que
el atado y bien atado que se repetía al final del tardofranquismo no
fue vana amenaza.
Ya
estamos en el último capítulo, ya estamos finalizando. Echaré a
faltar estas conversaciones.
JH.-
Uff, yo también. Rumiar tu trabajo contribuye a espantarte con los
errores, enmendarlos, pero también a fijar tesis, madurar
convicciones y seguir dudando de las hipótesis.
Te
veo muy baconiano: “es bueno dudar de todo”. uno de los lemas
preferidos de Marx.
Fuente:
Salvador López Arnal, “Antonia Flores sufrió presiones de los poderes fácticos, de sus compañeros de la provincia, de Andalucía y de la ejecutiva nacional”, 07/06/17, Rebelión.
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