El Gobierno
nacional ratifica el proyecto para sanear el pasivo ambiental dejado
por la exmina de uranio abandonada en Punilla. Antes se debe acordar
el modo de tratar los desechos acumulados en la Capital.
por Fernando
Colautti
La demorada
remediación de la exmina de uranio de Los Gigantes, en Punilla,
aguarda una definición previa sobre el destino que tendrán los
residuos acumulados en el predio de la empresa Dioxitek, en pleno
barrio Alta Córdoba, de la capital provincial.
Resta que entre
Nación, Provincia y Municipalidad de Córdoba acuerden si ese
“chichón” de 58 mil toneladas de desechos con radiación baja,
que quedó en zona urbana, será tratado en el mismo sitio o
trasladado a Los Gigantes, para sumarlo al abordaje que se disponga
para el volumen mucho mayor allí acumulado.
Tal como adelantó
este diario en anteriores informes, la Comisión Nacional de Energía
Atómica (Cnea) sugiere su traslado de Córdoba al cerro ubicado
sobre la cuenca del lago San Roque. El municipio capitalino adhiere a
esa idea. Pero el Gobierno de la Provincia ya adelantó su rechazo,
varios municipios de Punilla también avisaron de su oposición y
agrupaciones ambientalistas cuestionaron esa posibilidad.
En diálogo con
La Voz, el subsecretario de Política Nuclear de la Nación, Julián
Gadano, apuntó: “Es una discusión por resolver entre las partes,
seremos respetuosos de eso. Vamos a hacer lo que acuerden en conjunto
la Cnea, la Provincia y la Municipalidad, sea por remediar in situ o
por su traslado”. La definición, entonces, no está asumida.
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Esa cuestión,
además, estaría demorando el inicio de la prometida remediación
ambiental en Los Gigantes. En julio de 2016, Gadano dijo a este
diario que durante 2017 se iniciaría esa tarea, incumplida durante
décadas. El último viernes, durante una recorrida por la Central
Nuclear de Embalse, el funcionario nacional admitió que no comenzó.
“Seguimos trabajando en conjunto con la Provincia y con la
Municipalidad de Córdoba. El proyecto está para largar, pero lo que
espera la Cnea es que entre todas las partes se encuentre y acuerde
el mejor camino, entre las opciones que hay”, dijo.
La duda básica
está en el tratamiento del “chichón” de Alta Córdoba. “Con
independencia de ese punto, se empezó a trabajar en Los Gigantes,
aunque no se vea sobre el terreno. Por ejemplo, ya terminamos el
estudio para determinar el mejor modelo de remediación y cambiamos
las membranas de las piletas. También estamos trabajando junto al
Banco Mundial para cerrar el financiamiento de los trabajos. Es el
mismo programa con el que acabamos de remediar la exmina de uranio de
Malargüe, en Mendoza”, señaló Gadano.
Luego, anticipó
que “la Cnea aplicará el sistema de dispersión, que es el más
caro y complejo, pero lo hará así porque además es lo que quiere
la Provincia”. Según explicó, implicaría dispersar los residuos
de riesgo por porcentajes pequeños para disolverlos y regresarlos a
las piletas, para aplicar nuevas dispersiones.
“Lo que
buscamos, y reclama la Provincia, es que nada pueda ir al arroyito
que termina en el lago San Roque”, sostuvo Gadano.
En abandono
En Los Gigantes
quedaron abandonados todos los desechos de la actividad de extracción
de uranio generados durante la explotación de la mina, entre 1982 y
1990.
Son millones de
toneladas que concentran materiales radiactivos y metales pesados,
que representan un riesgo potencial para la biodiversidad en la zona
y para el embalse San Roque, fuente clave de agua potable para la
capital cordobesa.
La explotación
fue concesionada a una empresa privada, que en ocho años extrajo
unas 200 toneladas de uranio.
Actualmente,
según precisó Gadano, el uranio que requieren las centrales
nucleares argentinas se importa, en su totalidad, de Kazajistán.
La Cnea debería
haber remediado la planta hace 27 años, para evitar que siga
contaminando. En 1998 pidió un crédito al Banco Mundial, que fue
aprobado en 2008. Pero el proyecto nunca se concretó.
Organizaciones
ambientalistas cordobesas han advertido riesgos de contaminación,
sobre todo en caso de colapso por una lluvia torrencial o por un
terremoto.
Deberán pasar
por audiencias públicas. El modo en que se defina la remediación en
Los Gigantes así como el tratamiento de los desechos en la planta de
Dioxitek deberán contar antes de su concreción con los estudios de
impacto ambiental y las audiencias públicas que prevé la ley
cordobesa. En ese marco, y con cuestiones técnicas aún pendientes
de acuerdo, resulta difícil imaginar un inicio inminente.
Fuente:
Fernando Colautti, Para remediar Los Gigantes, primero se resolverá qué hacer con el "chichón" de Dioxitek, 09/05/17, La Voz del Interior.
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