Por crecida la laguna, en Melincué hay algunas casas afectadas y la ruta 90 quedó tapada por el agua. Foto: Juan José García |
El drama del agua en Santa Fe. Los 60 detenidos fueron trasladados a otros penales luego de que el agua llegara a la alcaidía. Hubo un corte de ruta en reclamo de obras. Esperan más lluvias desde mañana.
por Mauro Aguilar
El agua rodea a
Melincué. La laguna, la misma que servía como postal perfecta para
posicionar a esta pequeña localidad del sur santafesino como un
destino turístico, se ha convertido en un monstruo que acecha a la
población. El lunes desbordó las defensas que protegen la comuna y
avanzó por las calles del casco urbano, aunque el fantasma no es
nuevo: desde la década del 70 el crecimiento de la cuenca, que se
devoró incluso un lujoso hotel inaugurado en 1933 con el auge de los
visitantes, mantiene a la gente en estado de alerta, ante la amenaza
de nuevas lluvias.
Melincué sufre
el drama de las inundaciones. Se advierte en el 40 por ciento de sus
calles anegadas, que obligaron por ejemplo al cierre del casino, un
símbolo local que se constituyó en el emprendimiento que más
empleo genera en este pueblo de 2.200 habitantes ubicado 130
kilómetros al sur de Rosario. También, en la treintena de casas que
no lograron detener el avance del agua, y en muchas otras donde se
montaron virtuales empalizadas con bolsas que están rellenas con
arena, pero también con mucho temor a lo que pueda llegar a suceder
en las próximas horas. Hay unas 60 personas evacuadas y
autoevacuadas.
La inundación
generó, además, situaciones curiosas: los 60 detenidos de la
alcaidía local debieron ser trasladados entre la noche del martes y
la mañana de hoy. El agua se aproximó a 100 metros del lugar y el
ministerio de Seguridad dispuso reubicar a 40 reclusos en la Unidad
Penitenciaria 11 de Piñero. Otros 20 fueron instalados en comisarías
de Rosario.
“Fue una medida
preventiva y el traslado fue normal”, informaron a Clarín desde la
cartera de Seguridad. La medida se enmarca dentro de un plan de
reubicación iniciado hace tiempo, aunque en este caso debió
apurarse por la compleja situación que vive Melincué. En ese
edificio estuvo detenido el ex juez Carlos Fraticelli, condenado a
prisión perpetua y luego absuelto por la muerte de su hija Natalia,
un hecho que conmocionó al país en mayo de 2000.
La tensión
continuaba en el pueblo a pesar del trabajo constante de las bombas
extractoras de agua. El responsable de Protección Civil de Santa Fe,
Marcos Escajadillo, precisó que se dispuso colocar una máquina que
retira tres millones de litros por hora del pueblo.
Aunque el
secretario de Asuntos Hídricos de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni,
insistió en que la situación estaba “controlada”, los vecinos
cortaron el tránsito en la ruta provincial 93 para reclamar obras
que permitan resolver el histórico problema que genera la laguna y
que, con la persistencia de las lluvias, volvió a agravarse. Sólo
durante el fin de semana llovieron 200 milímetros.
“La situación
es delicada y preocupante”, aceptó Bertoni. Explicó que el agua,
pero también el viento que provoca oleajes, complican el cuadro. La
sudestada es otro de los fantasmas con los que convive la gente. El
pronóstico del tiempo es otro: se proyectan lluvias para mañana y
pasado en la región. Eso obligó a reforzar el sector de la defensa
que había cedido el lunes y pudo ser reconstruida contra reloj para
evitar que la situación se agrave. “Es uno de los lugares donde
podría producirse un colapso”, aceptó Escajadillo. Los cruces
políticos continuaban ayer entre la comuna y la provincia,
gobernadas por dirigentes de distintos signos políticos.
Los vecinos
denuncian que el cierre de la defensa norte, logrado ayer a la noche
con el trabajo de bomberos, operarios de Defensa Civil, personal del
Ejercito y vecinos, es apenas un paliativo. Y que se necesitan obras
de fondo. Recuerdan que el panorama actual no se vivía desde 2003,
pero marcan que las inundaciones son un fenómeno recurrente, con el
que conviven desde los 70.
En la secretaría
de Recursos Hídricos aceptan que extraer agua de la laguna no es
sencillo, por lo que estudian un plan para evitar que continúe
creciendo la masa hídrica, retardando el ingreso y apuntando luego a
la evaporación natural. Para muchos memoriosos la laguna castigó
como nunca al pueblo en marzo de 1975. Nadie quiere volver a vivir
aquello. Muchos, por ese temor, decidieron abandonar el lugar. Hoy
vive aquí la tercera parte de la población que recorría sus
tranquilas calles en las épocas de esplendor, cuando la laguna era
símbolo y orgullo de esta pequeña comuna.
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Inundaciones en Melincué: vecinos cortan una ruta para protestar por la falta de obras
Fuente:
Mauro Aguilar, Por la inundación, tuvieron que evacuar a los presos en Melincué, 10/05/17, Clarín.
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