jueves, 11 de mayo de 2017

Por la inundación, tuvieron que evacuar a los presos en Melincué

Por crecida la laguna, en Melincué hay algunas casas afectadas y la ruta 90 quedó tapada por el agua. Foto: Juan José García

El drama del agua en Santa Fe. Los 60 detenidos fueron trasladados a otros penales luego de que el agua llegara a la alcaidía. Hubo un corte de ruta en reclamo de obras. Esperan más lluvias desde mañana.

por Mauro Aguilar

El agua rodea a Melincué. La laguna, la misma que servía como postal perfecta para posicionar a esta pequeña localidad del sur santafesino como un destino turístico, se ha convertido en un monstruo que acecha a la población. El lunes desbordó las defensas que protegen la comuna y avanzó por las calles del casco urbano, aunque el fantasma no es nuevo: desde la década del 70 el crecimiento de la cuenca, que se devoró incluso un lujoso hotel inaugurado en 1933 con el auge de los visitantes, mantiene a la gente en estado de alerta, ante la amenaza de nuevas lluvias.

Melincué sufre el drama de las inundaciones. Se advierte en el 40 por ciento de sus calles anegadas, que obligaron por ejemplo al cierre del casino, un símbolo local que se constituyó en el emprendimiento que más empleo genera en este pueblo de 2.200 habitantes ubicado 130 kilómetros al sur de Rosario. También, en la treintena de casas que no lograron detener el avance del agua, y en muchas otras donde se montaron virtuales empalizadas con bolsas que están rellenas con arena, pero también con mucho temor a lo que pueda llegar a suceder en las próximas horas. Hay unas 60 personas evacuadas y autoevacuadas.

La inundación generó, además, situaciones curiosas: los 60 detenidos de la alcaidía local debieron ser trasladados entre la noche del martes y la mañana de hoy. El agua se aproximó a 100 metros del lugar y el ministerio de Seguridad dispuso reubicar a 40 reclusos en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero. Otros 20 fueron instalados en comisarías de Rosario.

Fue una medida preventiva y el traslado fue normal”, informaron a Clarín desde la cartera de Seguridad. La medida se enmarca dentro de un plan de reubicación iniciado hace tiempo, aunque en este caso debió apurarse por la compleja situación que vive Melincué. En ese edificio estuvo detenido el ex juez Carlos Fraticelli, condenado a prisión perpetua y luego absuelto por la muerte de su hija Natalia, un hecho que conmocionó al país en mayo de 2000.

La tensión continuaba en el pueblo a pesar del trabajo constante de las bombas extractoras de agua. El responsable de Protección Civil de Santa Fe, Marcos Escajadillo, precisó que se dispuso colocar una máquina que retira tres millones de litros por hora del pueblo.

Aunque el secretario de Asuntos Hídricos de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni, insistió en que la situación estaba “controlada”, los vecinos cortaron el tránsito en la ruta provincial 93 para reclamar obras que permitan resolver el histórico problema que genera la laguna y que, con la persistencia de las lluvias, volvió a agravarse. Sólo durante el fin de semana llovieron 200 milímetros.

La situación es delicada y preocupante”, aceptó Bertoni. Explicó que el agua, pero también el viento que provoca oleajes, complican el cuadro. La sudestada es otro de los fantasmas con los que convive la gente. El pronóstico del tiempo es otro: se proyectan lluvias para mañana y pasado en la región. Eso obligó a reforzar el sector de la defensa que había cedido el lunes y pudo ser reconstruida contra reloj para evitar que la situación se agrave. “Es uno de los lugares donde podría producirse un colapso”, aceptó Escajadillo. Los cruces políticos continuaban ayer entre la comuna y la provincia, gobernadas por dirigentes de distintos signos políticos.

Los vecinos denuncian que el cierre de la defensa norte, logrado ayer a la noche con el trabajo de bomberos, operarios de Defensa Civil, personal del Ejercito y vecinos, es apenas un paliativo. Y que se necesitan obras de fondo. Recuerdan que el panorama actual no se vivía desde 2003, pero marcan que las inundaciones son un fenómeno recurrente, con el que conviven desde los 70.

En la secretaría de Recursos Hídricos aceptan que extraer agua de la laguna no es sencillo, por lo que estudian un plan para evitar que continúe creciendo la masa hídrica, retardando el ingreso y apuntando luego a la evaporación natural. Para muchos memoriosos la laguna castigó como nunca al pueblo en marzo de 1975. Nadie quiere volver a vivir aquello. Muchos, por ese temor, decidieron abandonar el lugar. Hoy vive aquí la tercera parte de la población que recorría sus tranquilas calles en las épocas de esplendor, cuando la laguna era símbolo y orgullo de esta pequeña comuna.
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