La central nuclear Watts Bar 2, de la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA), paró por reparaciones antes de los seis meses de operación. Foto: TVA |
por Michael Hiltzik
Cuando la central
nuclear Watts Bar 2, de la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA), se
acercó finalmente a su terminación, el gran público la calificó como la "primera central nuclear de la nación del siglo XXI".
Eso fue en
octubre de 2015, y estaba previsto que la central funcionara sólo
unos meses. Pero no fue hasta octubre de 2016 que Watts Bar
2 comenzó a operar comercialmente. En marzo, poco más de cinco
meses después, la central quedó fuera de servicio, y se espera que
permanezca desconectada al menos por este verano, el período de
mayor demanda de energía eléctrica de la región de TVA.
El siglo XXI se
está presentando como no tan bueno para la energía nuclear, y
la Unidad 2 Watts Bar puede mostrar por qué. La industria nuclear
estadounidense está estancada, excepto cuando retrocede. Aparte de
Watts Bar 2, la última nueva central nuclear estadounidense en
entrar en servicio tiene ahora casi 20 años de antigüedad -la
antigüa Unidad 1 Watts Bar, de 1996 y también de TVA.
California está
a punto de abandonar por completo la energía nuclear,
con el cierre planeado de la central nuclear de Diablo Canyon, de
Pacific Gas & Electric. Los dos reactores de Diablo Canyon
cerrarán en 2024 y 2025 como parte de un acuerdo alcanzado el año
pasado para la transición de la compañía a otras fuentes
renovables. Este acuerdo fue posterior a la decisión de 2013 de
Southern California Edison de cerrar permanentemente San Onofre, la
otra central del estado, luego del fracaso de su extensión de vida.
La causa
inmediata de la parada de Watts Bar fue el fallo de los componentes
del condensador de la central, el cual transforma en agua el vapor utilizado para
mover las turbinas de generación. TVA sacó de línea la central el
23 de marzo y todavía está tratando de identificar la causa del
fallo del condensador.
Pero los
problemas en Watts Bar surgen de algo más que un fallo estructural
del condensador. También están relacionados a la prolongada
construcción de la central y a males endémicos de toda la industria
nuclear.
Watts Bar 2 tiene
el récord mundial de la construcción más larga de cualquier central nuclear en la historia, habiendo estado durante 43 años "en
construcción". La cual fue iniciada en 1972 y suspendida en 1985, cuando se habia completado un 60 % de
la central. Para entonces, a pesar de una estimación inicial del
costo de unos 400 millones de dólares, se habían gastado unos 1.700
millones de dólares. La construcción se reanudó en 2007. El costo
total se estima ahora en 6.100 millones de dólares.
Debido a ese
lapso de tiempo, Watts Bar 2 incorporó tecnología antigüa, parte de
la cual ya no se considera aceptable en las centrales
nucleares actuales. El condensador en sí era parte de la construcción
original, aunque TVA sostiene que fue "completamente reformado"
como parte de la reanudación de la construcción. Dicen que las
actualizaciones y mejoras, incluyendo las disposiciones de seguridad
implementadas después del desastre de la central de Fukushima en
Japón en el 2011, han hecho que la Unidad 2 "sea como nueva".
Pero incluso las
más sofisticadas centrales nucleares son más difíciles de manejar
que las plantas convencionales de petróleo, gas o carbón. "La
tecnología nuclear es muy implacable", dice David Lochbaum,
director del proyecto de seguridad nuclear de la Union of Concerned
Scientists (Unión de Científicos Preocupados). Esto es cierto
incluso para los componentes distintos del propio reactor nuclear.
Lochbaum observa
que un condensador que falla en una planta de energía de
combustibles fósiles puede mantenerse funcionando durante meses, aplazando el arreglo hasta un período de baja demanda después del
verano. "Con la tecnología nuclear, realmente no puede darse
ese lujo". Aunque el sistema del condensador está técnicamente
separado del sistema del reactor, es
necesario para disipar en el ambiente el calor producido cuando el reactor
nuclear está funcionando a plena potencia. Eso lo
convierte en un componente más crítico de lo que sería en una
central de generación de combustibles fósiles. (TVA dice que no hay
peligro de que el fallo del condensador pueda producir la liberación
de radioactividad al medio ambiente).
Tales tolerancias
estrictas han acosado constantemente a los operadores de las
centrales nucleares. "La industria nuclear es muy optimista
sobre sus proyecciones de rendimiento", dice Lochbaum. "Esto
es una evidencia más de que necesitan moderar ese optimismo".
También
persisten preguntas sobre el historial de gestión de TVA y sus
implicaciones para la seguridad de la central. En marzo de 2016, la
Comisión Federal Reguladora Nuclear (NRC) calificó a Watts Bar como
"frío entorno de trabajo", lo que significa que los
empleados no se consideran libres de plantear problemas de
seguridad sin temor a represalias. No obstante, Watts Bar ha estado sistemáticamente por delante de todas las otras centrales nucleares americanas en el número de denuncias del personal de seguridad o
cuestiones reglamentarias de la central, con 33 registradas por la NRC en 2016. Ninguna otra central tuvo más de 18 acusaciones -y la
que las tuvo fue la central Sequoyah, también propiedad y operada por
TVA.
La NRC no ha
considerado que el entorno tenga algo que ver con el fallo del
condensador y la parada de la central. Pero ordenó a TVA mejorar la
cultura de seguridad en Watts Bar. No obstante un consultor informó hace
apenas tres semanas que las condiciones no han mejorado de manera
mensurable, citando "comportamientos de gestión que incluyen
acoso, intimidación, represalias y discriminación". El informe
encontró que "la desconfianza impregna a la organización
[Watts Bar]”, y culpó a TVA por no terminar con un ambiente que
podría "aumentar el riesgo de inhibir a las personas de
informar preocupaciones de seguridad que bien podrían evitar eventos
de seguridad".
Watts Bar, la
llamada central nuclear americana del siglo XXI, define la crisis que
afronta la industria nuclear estadounidense. Está atascada con una
tecnología anticuada y una cultura de gestión que exacerba, más
que restringe, los problemas de seguridad de la tecnología. Con cada
episodio como este, la industria se mueve un paso más lejos de
lograr su supervivencia.
Fuente:
Michael Hiltzik, America's first '21st century nuclear plant' already has been shut down for repairs, 08/05/17, Los Ángeles Times.
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