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Personal de la Fuerza Aérea con mascarillas protectoras y guantes en la zona en la que aparecieron tres de las bombas. Foto: Fuerza Aérea de Estados Unidos |
José
Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la
Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido,
trabaja actualmente, como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde
1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear
de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y
exposición en el Centro Andaluz de Fotografía "Operación
Flecha Rota. Accidente nuclear en Palomares". Posteriormente
dirigió el largometraje documental homónimo (2007).
por Salvador
López Arnal
Seguimos
en el capítulo VII. ¿Qué reclamó Paco Simó Orts? ¿A quiénes?
¿Tuvo éxito en sus reclamaciones? ¿Quiénes le ayudaron?
JH.-
De las 4 áreas marinas que definieron como de máxima prioridad de
hallar la bomba perdida, una de ellas ("Alfa I"), la marcó
el tarraconense Paco. Como al final su ayuda fue la que permitió
localizar la bomba y posteriormente recuperarla, hizo valer el
Derecho Marítimo Internacional sobre pecios. Este reconoce que quien
ayuda en la localización de un buque hundido tiene derecho a un
porcentaje (1-2 %) del valor de lo rescatado. Asesorado por unos
abogados españoles, le aconsejaron contratar los servicios de un ex
fiscal general de los Estados Unidos, con el que presentó una demanda por 5
millones de dólares en la corte de Nueva York. A pesar de las
cacareadas independencias judiciales de las democracias occidentales,
allí también la Justicia optó por un fallo que coincidía
casualmente con los intereses políticos de su Gobierno y que le
reconoció a Paco un pago de 10.000 $, actualmente unos 55.500 euros
aproximadamente.
Escribes:
"Con la perspectiva de los años y las fuentes documentales
consultadas, no parece causalidad que, de todas las implicaciones que
tuvo el accidente, las dos más controvertidas y deficientes en su
ejecución y resultados fueron aquellas de "compromiso" con
el anfitrión". ¿¿Y cuáles son esos dos más controvertidas?
¿Hay más que no lo sean tanto?
JH.-
Las dos más polémicas y deficientes fueron las compensaciones por
los daños causados y la descontaminación incompleta de 1966 que
sufrieron, sufren y, si no se le pone remedio, sufrirán los vecinos.
En ambas estuvieron sin amparo de su propio Gobierno. Es decir, las
únicas víctimas han sido aquellos que moran en la esquina
peninsular, alejados 500 km. de los centros nacionales de decisión.
Los mismos a los que ahora los gobiernos actuales implicados les
quieren volver a estafar con otra descontaminación incompleta.
Vuelvo
a citarte: "La máxima prioridad del gobierno causante: la
recuperación del armamento nuclear y material clasificado, se llevó
a cabo de manera completa y exitosa". ¿Por qué esa máxima
prioridad? ¿De qué tenían miedo las autoridades norteamericanas?
JH.-
Existían aún los coletazos de la posguerra mundial, del reparto de
la tarta de naciones en las Conferencias de Yalta y Postdam (1945).
Los dos países más poderosos luchaban por la hegemonía mundial con
la excusa de la defensa del capitalismo o comunismo. La carrera
armamentística, especialmente en el ámbito de lo nuclear y la
destrucción masiva, marcaban en la supremacía la diferencia sobre
lo convencional. Los Estados Unidos llevaban una importante y decisiva ventaja
en este tipo de armas. La MK-28FI implicada en el accidente de
Palomares era un modelo de última generación, pequeña, adaptable a
distintos tipos de objetivos, efectiva y configurable en una amplia
gama de opciones. La única opción para evitar una transferencia de
tecnología de vanguardia por parte de un país hostil o amigo era su
rápida recuperación. Ya vimos anteriormente que el problema en
Palomares, decisivo en su futuro acontecer, fue que durante los
primeros 7 días se pasó de la «máxima prioridad» a «única
prioridad», en detrimento del descontrol de la contaminación por
los vientos y sus implicaciones en la contaminación interna de la
población y su tropa.
La
postración de la dictadura fascista, afirmas, fue tan obvia que se
lo pusieron fácil. ¿Tan serviles eran? ¿Incluso en un caso como
éste?
JH.-
Hubo barra libre para todo lo que pidieron, incluido el dejar las ¾
partes de la contaminación en los alrededores de la pedanía,
condicionando el futuro y la salud de sus pobladores. Como tratamos
anteriormente, la única decisión soberana fue la prohibición de
los repostajes de aeronaves con armamento nuclear. En tal tema fueron
excepcionalmente, y sin que sirviera de precedente, inflexibles.
Percibo
extrañeza en la formulación de tu pregunta, cuando la actitud
satelital, la pusilanimidad con el país hegemónico, no sólo no ha
menguado con el advenimiento de la democracia, sino que incluso me
atrevería a decir que se ha incrementado en los últimos años.
Aunque carecemos de la perspectiva histórica que provee el tiempo,
los recientes cambios del tratado militar con los EEUU, parecen
situarnos nuevamente como objetivo prioritario nuclear, especialmente
en la bases de Morón y Rota.
Anuncias
el nuevo capítulo al final de éste. Hablas de Luisa Isabel Álvarez
de Toledo, Duquesa de Medina Sidonia, tres veces Grande de España.
¿Nos trazas una pequeña pincelada de la Duquesa? ¿Llegaste a
conocerla?
JH.-
Luisa Isabel nació en el seno de una de las familias más nobles,
pero en la niñez convivió en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con la
actitud humanitaria militante de su madre con las víctimas de los
rigores de la posguerra.
Posteriormente,
en la universidad tomó consciencia y compromiso con su realidad,
como tantos otros; aunque ahora parece que no se estila. Fue
extraordinariamente generosa y solidaria con los afectados de
Palomares, con esa gente humilde de la España profunda y agraria,
que despertaba los recelos y los prejuicios de la extrema derecha, de
la prensa más reaccionaria. Lo único que entonces permitía el
sistema era la caridad paternalista, sin mancharse. Estaban las
cuestaciones oficiales de la Cruz Roja o el Domund, con las
participantes de las mesas vestidas impecablemente con tacones,
medias y mantillas negras, perfumadas con Chanel o Myrurgia.
Cualquier otro tipo de solidaridad les olía a rojerío.
Sí,
la pudimos entrevistar e incluso tener el privilegio de dormir en su
hostería, en una hermosa habitación rodeados de libros, litografías
y cuadros antiguos, ubicada en el mismo Palacio de los duques de
Medina Sidonia. Su testimonio resultó aún más interesante de lo
previsto.
Pasamos
pues al capítulo VIII, el dedicado a la Duquesa roja.
Encantado
de hablar nuevamente de ella.
Fuente:
Salvador López Arnal, “La pusilanimidad con EEUU, no sólo no menguó con la democracia, sino que me atrevería a decir que se incrementó en los últimos años”, 15/03/17, Rebelión. Consultado 15/03/17.
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