En un rinconcito
del barrio Cerro del Sol, de Salsipuedes, una familia trabaja de
manera incansable en la custodia de esta especie. Se trata del único
cultivo en la provincia. Esta hierba está en peligro de extinción.
por Guillermo
Lehmann
Desde hace 24
años, Daniel Canessa con su familia, compuesta por su mujer y cuatro
hijas crearon el microemprendimiento Marías del Cielo, que tiene
como objetivo preservar una de las especies nativas que definen la
identidad de las Sierras cordobesas.
La historia de la
peperina, en riesgo de extinción, también la sufrió esta familia
hace tres años, cuando un gran incendio en las Sierras Chicas le
quemó todas sus plantaciones y su vivienda.
Tuvo que
rehacerse desde las raíces con el empeño y la solidaridad de amigos
e instituciones que le ayudaron a rebrotar como esa planta que tanto
quiere, admira, cuida y respeta.
Daniel Canessa es
oriundo de Chubut y poco conocía de las Sierras cordobesas, y menos
de la peperina. Se enamoró de su mujer María y del eslogan con que
la nombraban: “Es más cordobesa que la peperina”, y así entró
a este mundo serrano.
Confiesa que le
llamó la atención la popularidad de la peperina en todos lados. “Si
algo es tan popular desde lo natural, pensé, es muy valioso. Por eso
me interesé en esta planta. Pude advertir los riesgos que corría
para su preservación y me apasionó tanto que llegué a conocerla en
todas sus propiedades”, relata.
“El hecho de
que seamos el único centro de cultivo de peperina de la provincia
parecería una buena noticia, pero definitivamente no lo es. La
planta tradicional de Córdoba está en peligro de extinción en
tiempo real”, asegura.
Y agrega: “Llega
la temporada y los changos arrancan manojos de peperina, la malvenden
y destrozan la planta que luego terminan tirando en cualquier rincón
porque a las pocas horas se ve marchita y el turista ya no la
quiere”.
Canessa dice que
otra amenaza son las yerbateras. “Arrasan con todo y les compran a
los serranos que se las venden con raíz. Así desaparece la
especie”, explica.
A pesar de este
diagnóstico, Daniel con su familia persisten en el emprendimiento
Marías del Cielo, apadrinados por la Facultad de Ciencias Agrarias
de la Universidad Nacional de Córdoba.
En su propiedad
ofrecen charlas y visitas para transmitir la forma de cultivo.
“De cada 100
semillas que plantás, nacen tres y sobrevive una”, asegura
Canessa. Entonces la recomendación para tener una producción en el
hogar es juntar muchas semillas y tener paciencia.
Y un dato clave:
la planta debe estar en su hábitat, las Sierras. “Es difícil que
crezca en la ciudad de Córdoba. Tiene que estar a cielo a abierto
entre molles, piquillines y cocos”, agrega.
La producción de
Daniel es pequeña, el predio tiene apenas 20 por 50 metros.
Desde Marías del
Cielo quieren que la familia no pierda la costumbre de consumir este
yuyo, pero tampoco quieren que desaparezca de las Sierras. Sobre este
punto, Daniel les pide a los recolectores de yuyos que no extraigan
toda la planta y que dejen un parte con semillas.
Más secretos
Canessa advierte
de que la peperina tampoco se puede transplantar. “Hay gente que
compra un plantín y a los pocos meses la planta se muere. Es porque
necesita de su propia savia para sobrevivir en las épocas de sequía;
y cuando la raíz toma aire, la planta se muere”, explica.
El secreto para
poder avanzar en el cultivo de peperina para la familia Canessa pasa
por respetar los tiempos y el lugar en donde nacen las plantas.
Tratan de reproducir en las mismas condiciones en que ocurre
naturalmente.
“Si la planta
de peperina crece debajo de un coco y rodeada de algarrobos,
moradillos, garabatos, espinillos y bosque nativo, te devuelve una
hoja pequeña, pero con un aroma inigualable en cualquier otro tipo
de plantación”, concluye Canessa.
En su casa,
ubicada en barrio Cerro del Sol, de Salsipuedes, ofrecen sin cargo
talleres de cultivo orgánico, y venta de hierbas medicinales y
plantas autóctonas.
“A comienzos
del siglo 20, la gente venía a curarse con el aire serrano, pero la
esencia del bosque nativo estaba compuesto por la peperina y el coco.
Esa era la combinación que daba justificación a ese aire sano que
tanto caracterizó a nuestra provincia. Hoy estas dos especies están
en serio riesgo de extinción y no se observan políticas públicas
para cuidarlas”, añade Canessa.
Propiedades y
aceites esenciales
Según Canessa,
la peperina presenta cualidades antisépticas y antiespasmódicas, es
antidiarreica, digestiva y reguladora intestinal, además de ser
fórmula de 50 especialidades médicas.
Uno de sus
secretos son los aceites esenciales que tiene: mentona y pulegona.
Estudios realizados por agrónomos de la UNC encontraron que la
peperina cordobesa tiene las mismas proporciones de estos dos
aceites, lo cual le da un aroma único.
Varias hierbas
cordobesas están en riesgo de desaparecer
Un estudio
realizado en 2005 por el Museo de Antropología de la Universidad
Nacional de Córdoba determinó que la peperina y la pasionaria son
los yuyos serranos que corren más riesgo de desaparecer.
La peperina es
uno de los yuyos cordobeses más demandados por las empresas que
realizan yerbas compuestas o bebidas del tipo “amargo serrano” y
por las herboristerías.
Un estudio
realizado en 2005 por el Museo de Antropología de la Universidad
Nacional de Córdoba determinó que la peperina y la pasionaria son
los yuyos serranos más recolectados y, por lo tanto, los que corren
más riesgo de desaparecer.
Les siguen la
cola de caballo, carqueja y poleo. En total encontraron que se
recolectan 64 yuyos de las Sierras de Córdoba.
El trabajo fue
realizado por Gustavo Martínez, a partir de encuestas y entrevistas
a recolectores del departamento Santa María. Esta región de Córdoba
no es el centro de los yuyeros, que tienen una fuerte presencia en
Traslasierras.
El desmonte con
fines ganaderos o inmobiliarios también afecta a esta actividad, que
en muchos casos es la principal fuente de ingresos de algunas
familias.
Un estudio del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) determinó que
el 65 por ciento de los ingresos de la comunidad La Aguadita del
departamento Minas depende del incayuyo, porque además es clave para
la producción de miel.
Según el
ingeniero agrónomo Javier Bustos, hace 20 años en la región de
Salsacate y Taninga, en el departamento Pocho, la peperina cubría
unas 450 hectáreas. Ahora sólo ocupa unas 30.
El 90 por ciento
de la recolección de este yuyo tiene como destino las yerbateras y
empresas que fabrican bebidas del tipo “amargo serrano”. Ante la
escasez y la dificultades para cultivarlo, algunas empresas ahora lo
están reemplazando por un polvo sintético.
El resto de la
cosecha se vende en las calles, herboristerías y otros negocios.
Fuentes:
Guillermo Lehmann, Una familia, al salvataje del gran yuyo serrano: la peperina, 13/01/17, La Voz del Interior. Consultado 14/01/17.
Varias hierbas cordobesas están en riesgo de desaparecer, 13/01/17, La Voz del Interior. Consultado 14/01/17.
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