La Cámara se une al Ejecutivo en el rechazo al cementerio de residuos en Extremadura.
por Javier Martín
La aprobación
por el Consejo de Ministros español del cementerio de Almaraz
(Cáceres) no ha gustado al Gobierno ni a la Asamblea de Portugal. Al
conocer el acuerdo de final de año, el ministro de Medio Ambiente,
João Pedro Matos, canceló una reunión prevista con la ministra
española del mismo ramo. “El acuerdo español viola la ley europea
y quiebra el principio de lealtad entre vecinos”, declaró al
conocer el plan del Gobierno español.
La protesta del
Ejecutivo ha continuado en el Parlamento. Este viernes la Asamblea
del República ha unido en la protesta a todas las fuerzas políticas
sentadas allí, desde la derecha del CDS a la izquierda más extrema,
el Bloco de Esquerda y el PC, pasando por los verdes de diferente
adscripción.
“La Asamblea de
la República”, dice el voto de la cámara en un lenguaje muy
portugués, “condena la posibilidad de decisión del Gobierno
español sobre un proyecto de construcción de un almacén para
residuos nucleares en Almaraz, con evidentes impactos y riesgos
transfronterizos, ignorando a la población de Portugal”.
Los políticos
portugueses recuerdan que la central de Almaraz está “obsoleta”
y que ha registrado “varios incidentes ligados a su sistema de
refrigeración”, lo que, en definitiva, afecta al uso de aguas del
río Tajo, que desemboca en Lisboa.
“La proximidad
y el uso de este río internacional”, continúa la protesta del
Parlamento portugués, “son factores suficientes para que Portugal
no sea, en ninguna circunstancia, ignorado en los proyectos
relacionados con la central nuclear”.
Las autoridades
lusas se han quejado de la decisión tomada por sorpresa y sin
consultar al vecino. “En el plano de las relaciones bilaterales
entre los dos Estados, y ante el potencial riesgo e impacto de la
decisión para las poblaciones y áreas protegidas de los dos lados
de la frontera, el asunto no podría dejar de envolver la
comunicación previa, la articulación y el acompañamiento del tema
con el Estado portugués”.
Según el
parlamento portugués, la decisión de España pone de actualidad la
necesidad de un “debate relevante sobre el recurso a la energía
nuclear y sus consecuencias a largo plazo, que debe implicar a
autoridades, instituciones científicas y sociedades civiles
portuguesas y españolas, que aún no ha tenido lugar”.
Portugal se
vanagloria en el acuerdo de la Asamblea de la República, de haber
optado por el recurso a “energías renovables como camino de futuro
y de garantía de independencia energética, demostrando la
existencia clara de un camino alternativo y sostenible”.
La decisión de
crear el almacén de residuos también ha provocado la protesta de
las organizaciones verdes españolas y, concretamente, las
extremeñas.
Fuente:
Javier Martín, El Parlamento portugués condena por unanimidad el almacén nuclear de Almaraz, 07/01/17, El País. Consultado 10/01/17.
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