La "aparición"
de La Paraguaya sorprendió en el sudoeste de Córdoba a muchos
pobladores.
“Para que esto
ocurra se suman causas y factores naturales a otros provocados por el
hombre”, expone sobre el nacimiento de nuevos ríos y arroyos el
ingeniero agrónomo José Manuel Cisneros, investigador de la
Universidad Nacional de Río Cuarto.
Entre las causas
naturales, cita que esa región del sudoeste cordobés ofrece una
topografía en pendiente, con suelos frágiles y sueltos, fácilmente
erosionables. También -marca- incide lo climático, cuando las
lluvias superan los promedios habituales.
Entre las
adicionadas por acción del hombre, Cisneros subraya el cambio de uso
del suelo rural. “Históricamente, en esa zona dominaban los montes
y el uso ganadero, que genera pasturas todo el año. Pero en las
últimas décadas se desmontó y además se abandonó el ganado para
avanzar con cultivos agrícolas. Si eso se hace además sin rotar
cultivos, sobre suelos frágiles, el impacto se multiplica. Acá se
trascoló el modelo productivo de las mejores zonas agrícolas a un
área más bien marginal, por su tipo de suelo. Y no es lo mismo”,
aclara.
Cisneros explica
que “se empezaron a integrar cuencas que estaban separadas, sumando
caudal a los arroyos existentes y creando nuevos. Esta cuenca de La
Paraguaya moría en un bañado, pero es como si alguien lo hubiera
abierto. Eso generó que naciera un río, con el aporte constante de
las napas”, apunta. La perspectiva -afirma- es que siga siempre
con caudal, y cada vez más grande.
Entre las
consecuencias, Cisneros cita los riesgos de desbordes sobre las rutas
nacionales 7 y 8 (ambas vitales para el sur cordobés), el daño
severo en caminos rurales, y los riesgos para las comunidades de
Vicuña Mackenna y Washington, entre otros. También agrega el
deterioro de la productividad de los campos.
Para el experto,
la clave del problema radica en el nuevo uso de las tierras para
cultivos, más allá de la modalidad. “No es cuestión de siembra
directa sí o no, porque la labranza tradicional que se usaba antes
sería aún peor”, marca.
“Algunos
reclaman al Estado y otros a los productores. Pero Estado y
productores deben aportar soluciones integradas”, acota.
Esta región es
la más complicada hoy en Córdoba por la erosión.
Crear microdiques
rurales, uno de los paliativos para Chaján
Se están
construyendo en el sudoeste de Córdoba, donde apareció a fines de
2015 el nuevo arroyo La Paraguaya.
La Provincia puso
en movimiento días atrás un plan para crear microembalses en la
cuenca del Chaján que retengan algo del agua de lluvias en los
campos y retarde su llegada a ríos y arroyos. La idea es que bajen
los caudales al menos para reducir la erosión.
“Es una zona
complicada”, admite Edgar Castelló, secretario de Recursos
Hídricos de Córdoba. Esta semana se iniciaron trabajos para
construir seis de esos minidiques de contención más algunas
terrazas en campos. Castelló reconoce que es un paso dentro de un
plan más integral, que debería sumar decenas de obras similares en
la región.
“Junto a eso
hay que avanzar además en un cambio de criterio de los productores
respecto al uso del suelo rural. El Ministerio de Agricultura está
trabajando en un plan de ordenamiento con esa intención”, señaló.
Castelló admitió que las obras, sin variar la modalidad agrícola
en esa región, no alcanzarán.
Ricardo Reynoso,
intendente de Chaján, reza para que no llueva tanto: “Esperemos
tener algunos microdiques antes de que lleguen las lluvias. Pero se
plantea que harían falta muchos más, junto a otras obras de
conservación de suelos, que ya necesitarían también del aporte de
los dueños de campos”, apuntó.
Los agrónomos
José Corigliano y José Cisneros, ambos de la UNRC, coinciden en que
esos diques de retardo servirían como paliativo pero que una
solución más razonable requiere de abordajes más integrales.
“Hacen falta obras que demoren el avance de las aguas, pero poco
aportarán si no se varía el modelo agrícola regional”, marcó
Corigliano.
Un trabajo de
Nicolás Bertram y Sebastián Chiachiera, del Inta de Marcos Juárez,
amplía la mirada sobre el exceso de agua en napas en dos tercios de
la provincia: “El desplazamiento de la ganadería generó que
millones de hectáreas de pasturas y pastizales que consumían agua
todo el año fueron cambiados por cultivos anuales que lo hacen
durante un tercio o medio año. De consumir 1.500 a 2.000 milímetros
de agua anuales se pasó a apenas 500 a 800”.
Fuentes:
¿Por qué nació un nuevo río en Córdoba?, 17/12/16, La Voz del Interior. Consultado 17/12/16.
Crear microdiques rurales, uno de los paliativos para Chaján, 17/12/16, La Voz del Interior. Consultado 17/12/16.
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