por
Baher Kamal
ROMA,
30 sep 2016 (IPS) - La alarma es seria y los hechos contundentes: 92
por ciento de la población mundial vive en lugares donde la
contaminación aérea supera los límites considerados aceptables.
Además, 6,5 millones de personas mueren al año por problemas
relacionados con la mala calidad del aire.
“Las
medias rápidas para frenar la contaminación aérea no llegarán
demasiado pronto”, observó María Neira, responsable ambiental de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 27 de septiembre, al
comentar el modelo de calidad del aire, que incluye mapas interactivos que destacan las zonas que, en los países estudiados,
superan los límites fijados por la agencia con sede en Ginebra.
La
población mundial llegó a los 7.350 millones de personas en 2015,
según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
¿Qué
medidas hay que tomar?
“Las
soluciones incluyen dotarse de un transporte sostenible en las
ciudades, de una buena gestión de residuos, de acceso a cocinas y
métodos de calefacción domésticos limpios, así como usar energías
renovables y reducir las emisiones industriales”, detalló Neira.
Casi
90 por ciento de las muertes ocurren en países de bajos y medianos
ingresos, con casi dos de cada tres muertes en las naciones de Asia
sudoriental y del Pacífico occidental.
“La
contaminación aérea sigue impactando en la salud de las poblaciones
más vulnerables, mujeres, niñas, niños y adultos mayores”,
observó la asistente del director general de la OMS, Flavia Bustreo.
“Para
que la gente se mantenga sana, debe respirar aire limpio, desde la
primera inhalación hasta la última”, añadió.
No
toda la contaminación aérea es consecuencia de las actividades
humanas. Por ejemplo, la calidad del aire también depende de las
tormentas de arena, en especial en las zonas cercanas a los
desiertos.
“El
nuevo modelo de la OMS muestra dónde están los lugares más
peligrosos en materia de contaminación y ofrece una base para
monitorear el avance de los esfuerzos para combatirla”, indicó
Bustreo.
Desarrollado
en colaboración con la británica Universidad de Bath, el informe de
la OMS presenta los datos más detallados que se hayan acopiado hasta
ahora en materia de contaminación del exterior, en relación con sus
efectos sobre la salud humana gracias a mediciones satelitales,
modelos de transporte aéreo y estaciones terrestres en más de 3.000
sitios, tanto rurales como urbanos.
La
contaminación del aire interior es tan dañina como la del exterior
Unas
tres millones de muertes al año se relacionan con la exposición al
aire libre contaminado. Pero la contaminación de interiores no es
menos peligrosa. En 2012, se registraron 6,5 millones de muertes,
11,6 por ciento de las registradas ese año, se vincularon con la
contaminación de aire, tanto interior como exterior.
Alrededor
de 94 por ciento de esas muertes derivan de enfermedades no
transmisibles, en especial problemas cardiovasculares, embolias,
enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y cáncer de pulmón.
La contaminación aérea también eleva el riesgo de infecciones
respiratorias agudas.
“El
nuevo modelo representa un gran salto en la disposición de
estimaciones confiables sobre la enorme carga global que suponen las
más de seis millones de muertes, una de cada nueve de todas las
registradas, derivadas de la exposición al aire contaminado”,
remarcó Neira, directora del Departamento de Salud Pública,
Ambienta y Determinantes sociales de la salud de la OMS.
Las
pautas sobre calidad del aire ambiente de la OMS limita la exposición
promedio anual a partículas con un diámetro inferior a 2,5
micrómetros, como sulfatos, nitratos y carbón negro, que penetra en
los pulmones y en el sistema cardiovascular, poniendo en riesgo la
salud de las personas.
Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, adoptados
por la ONU en 2015, llaman a reducir de forma sustancial el número
de personas que mueren o se enferman por respirar aire contaminado.
El
problema de las ciudades sostenibles, también uno de los ODS, será
el eje del taller de medios y sociedad civil que organizarán IPS y
la Fundación ONU el 27 y 28 de octubre en Quito.
El
taller de Ecuador forma parte de una serie de iniciativas de
capacitación que llevan adelante IPS y la fundación en octubre y
noviembre bajo el lema “Decodificando el futuro”. Las otras dos
serán en dos países europeos y otra más uno asiático.
Desconexión
entre personas y ambiente
Ninguna
región se salva del aire contaminado, ni siquiera la próspera
Europa.
La
contaminación aérea, el cambio climático, los estilos de vida poco
saludables y la desconexión entre las personas y el ambiente afectan
cada vez más a la salud humana en Eurasia, según el último informe
del Programa de las Naciones para el Medio Ambiente (Pnuma) y la
Comisión Económica de la ONU para Europa (CEPE).
El
informe, divulgado el 8 de junio, llama a una mayor cooperación y a
un enfoque más integrado para atender los desafíos trasfronterizos
en Eurasia, que incluye a 53 países de Europa, el Cáucaso, Asia
central y también a Israel.
De
esos desafíos, la mala calidad del aire es la mayor amenaza, con más
de 95 por ciento de la población urbana de la Unión Europea
expuesta a elevados niveles de contaminación y por encima de las
pautas de la OMS, según el último Panorama Ambiental Mundial
(GEO-6), divulgado el 29 de septiembre por el Pnuma de Nairobi y la
CEPE.
Más
de 500.000 muertes prematuras en esa región se atribuyeron en 2012 a
la mala calidad del aire exterior y 100.000, a la del interior,
señala la evaluación.
El
Pnuma y la CEPE alertaron que se necesita urgente un cambio que vaya
de incremental a transformacional para ayudar a revertir algunos de
los indicadores.
“La
evaluación GEO-6 de Eurasia subraya cómo una transición hacia una
economía inclusiva y verde debe basarse sobre ecosistemas
resilientes, una buena gestión de productos químicos y sistemas de
producción limpios, así como en opciones de consumo saludables”,
indicó Jan Dusik, director de la oficina europea del Pnuma.
El
informe también concluye que los desafíos ambientales que afronta
la región se volvieron sistémicos y complejos, mientras que la
capacidad de hacerles frente dependerá de megatendencias que están
fuera de su control.
“El
informe ofrece información nueva sobre los problemas ambientales
emergentes en la región y ayudará a los gobiernos a diseñar
políticas para el futuro”, destacó el secretario ejecutivo de
CEPE, Friis Bach.
Otros
de los desafíos presentados en la evaluación GEO-6 son el cambio
climático, considerado una de las grandes amenazas para la humanidad
y la salud de los ecosistemas, así como para el desarrollo
sostenible en Eurasia.
El
recalentamiento planetario “también es un acelerador de muchos
otros riesgos ambientales, con consecuencias para la salud a través
de inundaciones, olas de calor, sequías, menor productividad
agrícola, contaminación aérea exacerbada, alergias, vectores y
enfermedades derivadas de alimentos y agua contaminada”, detalla.
Traducido
por Verónica Firme
Fuente:
Fuente:
Baher Kamal, Respire hondo, pero no cualquier aire, 30/09/16, Inter Press Service. Consultado 03/10/16.
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