Para recordar y
poner en valor el pensamiento y la acción de Petra Kelly, activista
y política verde alemana, el think-tank Ecopolítica publica por
primera vez una versión castellana del libro “La Vida y Muerte de
Petra Kelly” de Sara Parkin (edición Clave Intelectual). Previo a
su presentación el sábado 1 de octubre en Madrid (Ecooo, 18h),
publicamos en Creadores de Opinión Verde (#CDO) de @efeverde el
prólogo de la versión española, escrito por Florent Marcellesi
(*).
Petra Kelly es
más que nunca una figura de actualidad. Además de central e
histórica para entender el movimiento verde alemán, español y
europeo, sus ideas teóricas y su praxis política siguen marcando el
imaginario colectivo ecologista. Kelly unió de forma novedosa y con
fuerza la ecología, el pacifismo y el feminismo como pocos lo habían
hecho antes.
Con un pie en las
calles y otro en las instituciones alemanas y europeas, Kelly fue una
activista incansable y multifacética. Fue al mismo tiempo una fuente
de inspiración para muchos y un personaje desbordante para otros, al
igual que una lideresa que no terminó de asumir nunca del todo su
liderazgo. Su hiperactividad no tiene parangón en el panteón verde:
como teórica, dejó un trabajo que la sitúa como un referente del
pensamiento político verde, como activista, dejó un largo camino de
luchas a pie de calle desde Europa y Estados Unidos hasta Sudáfrica
y Tibet.
Como activista,
Petra Kelly recorrió Europa y medio mundo. Ayudó a construir una
mentalidad global y paneuropea, conectando las luchas por un mundo en
paz y limpio, desde Berlín a Moscú, pasando por Suecia e Irlanda.
Allá donde hubiese bases militares o centrales nucleares, sus pasos
la guiaban con una íntima convicción: la lucha pacifista va de la
mano de la lucha ecologista. Con esta visión y a pesar de terminar,
en alguna que otra acción reivindicativa, en el calabozo, Kelly
lideró en el Bundestag alemán el movimiento hacia el desarme,
consiguiendo incluso que Alemania pidiera perdón por el bombardeo de
Guernica.
Petra Kelly
también pasó por España dejando una huella indeleble, quedando la
creación del partido verde vinculada para siempre a su persona. El
29 de mayo de 1983 y aprovechando la visita de Kelly, dieciséis
activistas ecologistas de toda España firmaron el Manifiesto de
Tenerife, en el que reconocían como “indispensable la existencia
de una formación política comprometida con nuestra concepción
global de la vida y de las relaciones del hombre con su entorno”.
(Manifiesto de Tenerife, 1983). Treinta y tres años más tarde,
varios diputados ecologistas han entrado en el Congreso español,
depositando una de ellos, Rosa Martínez, flores por el cambio y
contra la violencia machista en su asiento, recordando así a Petra
Kelly el día que entró en el Bundestag.
Con la imagen de
las flores, Petra Kelly aportó algo fundamental a la política: la
ternura. Apostaba por “un movimiento en el cual la política
signifique el poder de amar, el poder de sentirnos unidos en la nave
espacial Tierra”. Contraria a la política agresiva y fálica
dominante, Kelly aspiraba a construir un partido político en
particular y una sociedad en general, donde la empatía, la no
violencia y el cuidado mutuo fueran valores y pilares básicos. Esta
voluntad está plenamente vigente en todos aquellos movimientos que
hoy en día proclaman alto y claro que “las formas son el fondo”.
Debemos ser el cambio que queremos ver en este mundo.
Para Kelly la
“ternura” significaba “una relación tierna con los animales y
las plantas (…). Y, por supuesto, la relación con los humanos”.
Es un proyecto que sigue siendo a día de hoy radicalmente
revolucionario. Una utopía necesaria que se puede y debe declinar en
todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo más íntimo a lo más
público. Es una suerte de búsqueda personal y colectiva por la paz
interior, donde, para ser felices, no necesitamos dominar, competir,
humillar o poseer, sino empatizar, cooperar, abrazar, compartir.
Así que, como
clama Kelly, “contra el estilo de vida de usar y tirar, se ofrece
solidaridad y amistad”. Y es que la ternura y el pacifismo son
ecología. Menos cantidad de bienes, más cuidado de lo que tenemos;
menos crecimiento del capital, más calidad de vida; menos
agresividad contra los ecosistemas, más conservación de la
Naturaleza. En el fondo, la ecología tiene todas las ventajas para
aportar una alternativa a un sistema insostenible e injusto.
Además, para que
un sistema sea equitativo y pacífico, Kelly decía con total certeza
que había que terminar con el sistema patriarcal. El patriarcado es
opresor para las mujeres y restrictivo para los hombres, transmite
valores de dominación y violencia, está profundamente vinculado a
la mentalidad militar, provoca injusticias sociales y fomenta la
explotación agresiva de la naturaleza. Es más, el patriarcado
cruzado con el pensamiento tecno-científico occidental ha
generalizado una percepción arrogante del mundo en la que la
Naturaleza (simple materia prima) y la Mujer (débil) existen para
ser dominadas y explotadas por los hombres. Supone un doble proceso
de dominación donde la Mujer ha sido naturalizada y la Naturaleza ha
sido feminizada.
Frente a ello, se
requiere una nueva visión basada en la fusión del ecologismo y del
feminismo: el ecofeminismo. Del poder vertical y jerárquico del
patriarcardo, pasemos al poder horizontal y compartido; en vez de un
“poder sobre los otros”, más “poder con los otros”; en vez
de producción (asociada a valores de género masculino de
competencia, dominio y control de la naturaleza y de la mujer), más
reproducción de la vida (asociada a valores del género femenino de
no violencia, cooperación y del cuidado de todas las personas y de
la naturaleza). En esta óptica, el ecofeminismo sitúa “la
sostenibilidad de la vida” en el centro de nuestras preocupaciones
como nuevo paradigma de la transformación socio-ecológica de
nuestros afectos, nuestras vidas diarias, de la economía y de la
sociedad en su conjunto.
Decía Petra
Kelly: “Ser tierno y al mismo tiempo subversivo: eso es lo que
significa para mí, a nivel político, ser “verde” y actuar como
tal”. Un consejo de gran valor para nuestros tiempos y para el
cambio político que España y Europa necesitan.
(*) Florent
Marcellesi, eurodiputado de EQUO y cofundador de Ecopolítica Follow
@fmarcellesi
Fuente:
Florent Marcellesi, Petra Kelly, una figura más que nunca de actualidad, 29/09/16, EFEverde.
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