lunes, 12 de septiembre de 2016

Los problemas ambientales de la guerra en Siria

Organismos internacionales se muestran preocupados por el desarrollo de la guerra civil en Siria, que ya lleva su séptimo año, no solo por la crisis de los refugiados, la mayor en 70 años, sino también por la del deterioro ambiental.

por Darío Brenman

Un informe de la organización independiente holandesa PAX relevó las implicancias que ha tenido la guerra de este país sobre todo en la cuestiones ambientales ligadas a la salud pública. “Los incidentes de contaminación en conflictos anteriores y el patrón de los combates y la inseguridad en Siria indican que las amenazas ambientales pueden ser generalizadas” señaló el autor del informe, Wim Zwijnenburg. Toda la información relevada por esta organización, se basó en imágenes satelitales, los medios de comunicación y los informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

PAX informó que el fuerte deterioro ambiental se dio en zonas con mucha población, fábricas y obras de infraestructura esenciales, con el riesgo consiguiente para la salud pública. Las estadísticas indicaron que, hasta diciembre de 2014, 1.3 millones de casas (o un tercio de todas las viviendas del país), fueron destruidas. Esta problemática no solamente llevo al desplazamiento de millones de civiles sino también que los escombros liberaran sustancias nocivas como metales, bifenilos policlorados -más conocidos como PCB- y amianto.

Estas toxinas, que también se liberan por el empleo de las armas, pueden deteriorar la salud pública”, advirtió Zwijnenburg, recordando también las consecuencias sanitarias que ocasionó la exposición a los escombros tras los atentados a las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, en septiembre de 2001.

En este sentido, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, aseguró que ”miles de personas que estuvieron cerca o trabajaban en la torres gemelas durante el atentado fueron diagnosticadas con cáncer”.

El informe del organismo holandés dictaminó que ”los daños a la infraestructura, como las refinerías de petróleo y las fábricas, generan contaminación atmosférica e intoxican la tierra y el agua, produciendo más consecuencias negativas para la salud a largo plazo”.

Hay que tener en cuenta que hasta septiembre del 2015, los bombardeos aéreos de Estados Unidos y su aliados habían destruyeron 196 instalaciones petrolíferas en Siria. Los combates y los ataques aéreos arrasaron gran parte de la infraestructura hídrica del país, al destruir estaciones de bombeo y romper cañerías sin que los trabajadores municipales puedan acceder a ellas para hacer las reparaciones necesarias.

Uno de los temas que más preocupa a los especialistas es la cuestión de la falta agua y sus implicancias en la salud de la población. En este país producto de los bombardeos que ocasionó graves roturas de cañerías, conseguir este recurso es una odisea. “El agua potable es una necesidad básica y un derecho fundamental, en Siria como en cualquier otro lugar. Negarle el acceso al agua a la población civil es una violación flagrante de las leyes de la guerra y debe cesar", indicó Peter Salama ingeniero del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En un comunicado de prensa, este organismo advirtió a las partes en guerra “por sus ofensivas intencionales contra el suministro de agua, y añadió que solo este año se registraron dieciocho cortes deliberados de agua en Alepo”. Todo esto en un contexto donde las temperaturas alcanzan los 40 grados agravando la situación de casi cinco millones de personas que tienen que soportar largas interrupciones a su abastecimiento de agua en los últimos meses.

Otros de los temas que se denuncia es que muchas veces la búsqueda de agua en los puntos de recolección, recae en los niños y niñas. “No solo es una tarea agotadora, sino que es muy peligrosa en el país en conflicto”. El organismo denunció que tres niños murieron en la ciudad de Alepo en las últimas semanas mientras salieron a buscar agua.

Otros de los problemas es que, como el agua es un recurso escaso, y la demanda crece día a día, los precios aumentaron hasta 3.000 % lo que hace que las familias tengan aun más dificultades para obtener este recurso imprescindible para la vida.

En épocas de guerras las cuestiones ambientales no son tenidas en cuenta. El colapso de las normas ambientales no se limita a la guerra en Siria. “Desde la quema de los yacimientos petrolíferos en Irak y Kuwait durante la Guerra del Golfo (1991) hasta el daño provocado en las zonas industriales y mineras por el actual conflicto en Ucrania, los combates armados le han cobrado un alto precio al medio ambiente y la salud pública” informó PAX.

Un ejemplo no muy difundido es que Irak después treinta años de guerra, se transformó en uno de los países más contaminados del mundo. En ese territorio existen altos niveles de radiación y de otras sustancias tóxicas derivadas del uranio empobrecido que se utilizó durante la Guerra del Golfo y la invasión de 2003, lo que provocó el aumento de los defectos congénitos y de la incidencia de cáncer.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destacó el peligro que implican los efectos a largo plazo de las guerras para el medio ambiente y la salud. Aunque este organismo realiza evaluaciones ambientales luego de los conflictos para ayudar a los gobiernos a trabajar con las consecuencias ambientales que ocasionó guerra, “no existe un fondo específico que cubra esas evaluaciones, hay que recaudar fondos para cada conflicto de los donantes interesados” expresó el funcionario de Asuntos Ambientales de la división Gestión Posterior a los Conflictos y Desastres, Hassan Partow.

Asimismo tras más de diez años de guerra en Liberia, PNUMA no logró el dinero necesario que ayude a reconstruir la capacidad nacional para la gestión de recursos y la gobernanza ambiental. "Sólo se financió 37.5 % del programa, lo que obligó a la agencia de la ONU a retirarse del país", recordó.

Del mismo modo, el programa del PNUMA en Líbano para lidiar con el exceso de residuos, después del breve pero devastador conflicto de 2006 con Israel, solo consiguió 40 % de los fondos necesarios.

El informe de PAX pidió a todas las partes, en Siria y otros países, que se tome en cuenta "las amenazas y reforzar la protección del medio ambiente en situaciones de conflicto armado". También solicitó la necesidad de reforzar “la recopilación y el intercambio de la información ambiental para ubicar los puntos más contaminados y mitigar los riesgos para la salud”.

Fuente:
Darío Brenman, Los problemas ambientales de la guerra en Siria, 10/09/16, La Izquierda Diario. Consultado 12/09/16.

No hay comentarios:

Publicar un comentario