"Carga sellada", una coproducción de Bolivia con México, Venezuela y Francia, buscará la nominación a la estatuilla.
por
Andres Rodríguez
Un
convoy, conocido como el tren de la muerte o el tren fantasma -según
quién cuente la historia-, recorría en 1995 el altiplano boliviano
por el abandonado sistema ferroviario con una misión: deshacerse de
400 toneladas de minerales y desechos tóxicos de países
desarrollados en alguno de los parajes andinos de esta nación. La
directora Julia Vargas-Weise (Cochabamba, Bolivia; 1942) se inspiró
en este hecho para la realización de Carga sellada, una coproducción
con México, Venezuela y Francia, el filme que representará a
Bolivia en la búsqueda de la nominación a Mejor película
extranjera en los Oscar.
Este
road movie coescrito por Juan Lechín y Vargas-Weise, según explicó
está última, es también un relato social, de poder, político, de
personajes comunes en una situación que los sobrepasa y tienen que
resolver mas allá de sus conflictos personales. “En ese
microcosmos se reflejan los prejuicios, el autoritarismo, la
femineidad, la ambición, el miedo, y muy importante, el humor”,
precisa la directora.
El
filme es protagonizado por el mexicano Gustavo Sánchez -que
participó en Hasta que te conocí-; la venezolana Prakriti Maduro,
su compatriota Gonzalo Cubero y los bolivianos Luis Bredow, Fernando
Arze, Daniela Lema, Jorge Hidalgo y Marcelo Quina.
Sánchez
recibió con mucho agrado la noticia desde México. Dijo que la
elección de Carga sellada como representante de Bolivia a los Oscar
es un premio al “trabajo del esfuerzo colectivo”. La historia y
la veracidad de los hechos fue lo que más le atrajo del proyecto e
hizo hincapié en la “cuestión política” que plantea el
largometraje. “Tiene que ver con la desatención, el olvido y el
descuido a la seguridad de los pueblos por parte de los gobernantes”,
explica vía telefónica.
La
película se estrenó a inicios de año en Bolivia y Venezuela. Antes
de su exhibición comercial la locomotora de esta coproducción se
abrió camino en los festivales de India, donde recibió el Premio Especial del Jurado; La Habana, Canadá y Ventana Sur de Argentina,
entre otros. El largometraje continuará su recorrido por distintos
certámenes del mundo. Sus próximas paradas serán en el Festival de Marbella, en España, y posteriormente en el AFI, en Washington y la muestra latina en Forth Worth, Texas, en Estados Unidos.
El
recibimiento ha sido “una sorpresa enorme” para Vargas-Weise. Sin
embargo, la satisfacción final de la cineasta cochabambina también
tuvo que enfrentar muchos desafíos durante la filmación. Uno de
ellos tuvo que ver con La Federica. Es el nombre con el que se
bautizó en el filme a la locomotora, la protagonista principal de
esta historia. “La locomotora fue sacada de un museo y no se mueve
sola. Tuvimos que camuflar la maquina moderna de la empresa
ferroviaria que la empujaba, y depender de sus horarios para filmar
el tren en movimiento o en locaciones alejadas”, cuenta
Vargas-Weise.
Otra
dificultad por la que pasó el equipo de producción y el elenco fue
soportar el clima invernal del altiplano boliviano, ya que la
realizadora buscaba retratar un paisaje agreste para reforzar el
ambiente de la historia. “Trabajamos a 4.000 metros de altura
[sobre el nivel del mar] con temperaturas que llegaron a menos 14
grados”, agrega.
Pionera
en su labor
Sánchez
dice que fue difícil filmar en el altiplano, pero que las ganas que
tenía todo el equipo de hacer esta película ayudó a sobrellevar
las duras condiciones. “Repetimos varias veces una escena en la que
tenía que correr. Yo me jacto de tener una buena condición física,
pero por la altura, por la presión, sentía que mi corazón estaba
por explotar nada más por pegarle una carrera tras otra”, recuerda
con humor.
El
intérprete dio a conocer que tuvo que ensayar el acento boliviano
para darle mayor credibilidad a su personaje. Lo que más le atrajo
de meterse en la piel del capitán Mariscal fue como este va
cambiando a raíz de los sucesos que le acontecen durante la
película. “A él [capitán Mariscal] lo mueve la ilusión de
ascender profesionalmente. Le prometen reasignarlo a la DEA, en
Estados Unidos, si lleva la carga. Sin embargo, los constantes
obstáculos que enfrenta se vuelven en su contra y lo van cambiando,
eso me gustó mucho”, añade Sánchez.
La
cineasta es una de las pioneras en la fotografía profesional y del
cine hecho por mujeres en Bolivia. Con Carga sellada,su tercer
largometraje, se ha convertido en la realizadora de este país con
más películas en su haber. Vivió la discriminación -en la
valoración y remuneración de su trabajo- y forjó su carrera a base
de temperamento. Estudió fotografía en la Escuela de Artes y
Oficios en Suiza, por lo que es muy exigente con el tema de la imagen
en sus producciones. “Hay fotógrafos que tienen un estilo muy
marcado a lo hollywoodense. Esta películaplantea otro tipo de
identidad lumínica, ya que tiene un estudio de varios años de lo
que es la luz, la sombra y la cantidad de rayos ultravioleta que hay
en el altiplano. Hemos tratado de plasmar eso”, explicaba Milton
Guzmán, director de fotografía del filme, quien este martes fue
reconocido con el Premio a Mejor Cinematografía en el Festival
Internacional de Ekurhuleni, en Sudáfrica, por su trabajo enel
último filme de Vargas-Weise.
La
realizadora -fiel a su temperamento- no baja los brazos, ni su lente,
y continúa con sus futuros proyectos en fotografía y cine. El
camino a Hollywood es todavía largo y lleno de paradas para
Vargas-Weise, La Federica y su Carga sellada.
Fuente:
Andres Rodríguez, El tren de la muerte boliviano quiere un Oscar, 25/09/16, El País.
No hay comentarios:
Publicar un comentario