No es
necesario cortar bosques para producir más alimentos, según el
informe El estado de los bosques del mundo 2016.
18 de
julio de 2016, Santiago de Chile. En América Latina, la agricultura
comercial es la principal causante de la deforestación, según el
nuevo informe de la FAO, El estado de los bosques del mundo 2016
(SOFO, por sus siglas en inglés).
El
SOFO señala que la agricultura comercial generó casi el 70 % de la
deforestación en América Latina entre el periodo 2000-2010, pero
solo un tercio en África, donde la agricultura a pequeña escala
constituye un factor más significativo de la deforestación.
En la
Amazonia en particular, la producción de agronegocios para los
mercados internacionales fue el principal factor de deforestación
posterior a 1990, producto de prácticas como el pastoreo extensivo,
el cultivo de soja y las plantaciones de palma aceitera.
“La
agricultura comercial de la región no puede continuar creciendo a
expensas de los bosques y recursos naturales de la región” explicó
Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la FAO.
Meza
-quien dirige la iniciativa regional de la FAO de uso sostenible de
los recursos naturales- destacó que políticas como la vinculación
de incentivos agrícolas asociados a criterios ambientales, la
adopción de prácticas silvopastoriles, el pago por servicios
ambientales y la recuperación de las pasturas degradadas pueden
evitar la ampliación de la frontera agrícola a costa de los
bosques.
"La
seguridad alimentaria puede lograrse mediante la intensificación
agrícola y medidas como la protección social, en lugar de a través
de la expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques",
explico Meza.
Aunque
la deforestación sigue siendo alta en la región, a 2015 su tasa se
ha reducido en casi 50 % comparada a 1990. Esta reducción también ha
sido significativa en el Amazonas, producto de las políticas de
desarrollo sostenible impulsadas por los países que comparten la
cuenca amazónica.
Según
el SOFO, desde 1990 más de 20 países a nivel global mejoraron su
seguridad alimentaria y mantuvieron o aumentaron su cobertura
forestal, demostrando que no es necesario cortar bosques para
producir más alimentos.
Ampliación
de pasturas: principal causa de la deforestación
Un
estudio citado por el SOFO sobre las causas de la deforestación en
siete países de América del Sur (De Sy et al., 2015) evidenció la
relación entre la deforestación y la expansión del pastoreo
extensivo.
Según
el estudio, en el período 1990-2005, el 71 % de la deforestación en
Argentina, Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Venezuela se
debió al aumento de la demanda de pastos; el 14 %, a los cultivos
comerciales; y menos del 2 % a la infraestructura y a la expansión
urbana.
La
expansión de los pastos causó la pérdida de al menos un tercio de
los bosques en seis de los países analizados. La excepción fue
Perú, donde el aumento de las tierras de cultivo en pequeña escala
fue el factor dominante de la deforestación, causando el 41 %.
En
Argentina, la expansión de los pastos fue responsable del 45 % de la
deforestación, mientras que la expansión de las tierras de cultivo
comerciales respondió por más del 43 %. En Brasil, más del 80 % de
la deforestación se asoció a la conversión de tierras en terrenos
de pastoreo.
Vincular
las subvenciones agrícolas a las normas ambientales
En
varios países del mundo, las subvenciones agrícolas a gran escala
han fomentado la deforestación ya que aumentan la rentabilidad de la
producción agropecuaria y generan presión por ampliar la frontera
agrícola. Ejemplos de ello en la región son el pastoreo extensivo y
la producción de soja a escala industrial.
Una
opción de política para evitar esto es vincular los incentivos y
mecanismos de fomento público que recibe la agricultura comercial al
cumplimiento de normas ambientales.
El
SOFO destaca que sólo una reforma de este tipo en Brasil, que
vinculó las subvenciones al crédito rural con criterios
ambientales, evitó la pérdida de 270 mil hectáreas de bosques que
habrían sido deforestadas para incrementar la producción de carne
de vacuno.
La
iniciativa “Bolsa Verde” de Brasil es otro ejemplo: un programa
de transferencia condicionada de efectivo que entrega recursos a
miles de familias pobres a cambio de que mantengan la cubierta
vegetal y gestionen de forma sostenible sus recursos naturales.
Costa
Rica: el valor de los servicios ambientales
Según
el SOFO, luego de que la deforestación alcanzara su valor máximo en
Costa Rica en la década de 1980, hoy los bosques cubren el 54 % de
su superficie, gracias a cambios estructurales realizados en la
economía y la prioridad otorgada a la conservación y la gestión
sostenible de los bosques.
Los
incentivos forestales destinados al desarrollo de plantaciones se
sustituyeron a mediados de la década de 1990 por el Programa de Pago
por Servicios Ambientales, PSA. Este programa se ha utilizado para
reforzar el sistema de áreas protegidas y crear corredores
biológicos que abarcan 437 mil hectáreas.
El
programa ofreció incentivos a los agricultores para que plantaran
5,4 millones de árboles, además de apoyar la conservación de los
bosques en territorios indígenas.
En
total, entre 1996 y 2015, las inversiones en proyectos PSA
relacionados con los bosques en Costa Rica alcanzaron los 318
millones de dólares USD ; el 64 % de estos fondos procedió de los
impuestos a los combustibles fósiles y el 22 %, de créditos del
Banco Mundial.
“Este
tipo de iniciativas han sido desarrolladas también por otros países
de la región, como el Programa Sociobosque de Ecuador y las
políticas de fomento forestal de Guatemala” dijo Meza.
El
rol de los privados y las plantaciones
Una
forma de reducir la presión sobre los bosques nativos es el
desarrollo de plantaciones forestales.
En
Uruguay, por ejemplo, la superficie de plantación forestal aumentó
alrededor de 40 mil hectáreas al año en el período 2008-2011, una
inversión anual estimada de 48 millones de dólares.
En
Chile, desde 1990, se ha establecido más de 1 millón de hectáreas
de plantaciones. A partir de 2025, se prevé que las plantaciones
produzcan de forma sostenible unos 50 millones de metros cúbicos de
madera al año.
Según
el SOFO, las plantaciones en Chile han reducido la presión sobre los
bosques naturales, en los cuales la explotación forestal industrial
se redujo del 16,1 % de la explotación forestal total en 1990 al 0,8
% en 2013.
Desde
1990 se ha producido un aumento del 8 % de la superficie de bosques
primarios y otros bosques regenerados de forma natural en Chile. Sin
embargo, el SOFO advierte que en algunos casos las plantaciones han
reemplazado a los bosques naturales.
Fuente:
FAO: Agricultura comercial generó casi el 70 % de la deforestación en América Latina, 18/07/16, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
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