sábado, 11 de julio de 2015

El espíritu de Monte Maíz

La localidad acaba de aprobar un resguardo ambiental frente a las fumigaciones. Todavía falta debatir sobre qué hacer con los depósitos, silos y el transporte de químicos que están adentro del pueblo. Entrevista con el presidente del Consejo Deliberante.

por Lea Ross

La noche no le alcanzó al Consejo Deliberante. Solo aprobar los primeros seis artículos. Y por unanimidad.

El pueblo de Monte Maíz ya cuenta con el primer paso aprobado no solo para tener su propia zona de resguardo ambiental, sino un avance en los escalones de la lucha por la salud frente a la voracidad extractiva.

La ordenaza en discusión, propuesta por los vecinos nucleados en la Red de Prevención de Monte Maíz, estipula no solo un freno a la aplicación de los agroquímicos desde el sector rural -lo cual ya se sumaría alrededor de veinte localidades cordobesas que tienen dichos resguardos-, sino también de las dinámicas que ocurren adentro de la zona urbana.

Tal como demostró la “Evaluación de la Salud Colectiva Socio-ambiental”, realizado por estudiantes y profesores de la Universidad Nacional de Córdoba y especialistas de la Universidad del Litoral, Monte Maíz acarrea una veintena de galpones instalados adentro del pueblo. La circulación de maquinarias con agroquímicos ha sido la clave para el posible pronóstico, como así también los silos y acopios que depositan las semillas con esos químicos.

¿Qué dice la ordenanza y qué se aprobó y qué falta?
Dentro de los 28 artículos del proyecto de ordenanza, los primeros seis ya fueron aprobados por el Consejo. El resto se discutirá en las próximas sesiones en los días martes. La llamada “zona de resguardo ambiental” comprenderá un radio de hasta “800 metros como máximo en algunos sectores y 500 metros como mínimo en otros” (Artículo 2). Dentro de la misma, no se podrá utilizar ningún agroquímico. A la vez, se prohíbe la aplicación aérea en un radio de dos mil metros “a partir de la zona de resguardo ambiental” (Artículo 5).

Hasta ahora, ésta ha sido la noticia. Para el próximo martes, continuara el tratamiento del resto de los artículos. En ella, se establece las posibles soluciones a lo que había desmantelado el famoso informe: la instalación de máquinas, químicos, depósitos y silos adentro de la localidad.

Lo que propone la ordenanza, y que será tratado en las próximas sesiones, son:

Artículo 9: prohibición de uso de agroquímicos para matar malezas en las plazas. Artículo 11: prohibición de la circulación y reparación de maquinarias agrícolas adentro del pueblo. Artículo 16: relocalización de depósitos y almacenamientos en el plazo de un año. Artículo 18: prohibición de la tenencia o reutilización de envases agrícolas. Y, finalmente, Artículo 23: Creación de una Comisión Multisectorial de Trabajo para determinar el modo de traslado de los silos.

“El espíritu de la ordenanza es la convivencia entre lo urbano y lo rural”
Ignacio Silva es vecino de Monte Maíz y trabaja en una panadería. Y también es el presidente del Consejo Deliberante de la localidad. Al igual que el resto de los concejales, trabajan adentro del recinto en forma ad honorem. En entrevista para ECOS Córdoba, Silva comenta los alcances de la ordenanza.

- Se aprobó la zona de resguardo. ¿Qué cambiará de ahora en más en Monte Maíz, desde los hechos?
Primero, se tiene que aprobar toda la ordenanza presentada. Luego, que se promulgue en el Ejecutivo. Y yo creo que algo tan importante como la zona de resguardo son el hecho de que las máquinas aplicadoras terrestres -las máquinas “mosquitos”- no se guarden más en el pueblo. Que los depósitos con agroquímicos, en un plazo determinado, puedan trasladarse fuera del ejido urbano. Y formar una Comisión Multisectorial para empezar a trabajar sobre los acopios y los silos que están dentro del ejido urbano. Así que tan importante como la zona de resguardo son otros puntos más que tienen que son importantísimos, de ponerlos en discusión y tratar de sacar la ordenanza lo más pronto posible.

- Se aprobaron los seis artículos.
Sí, los primeros seis artículos. Y los debatimos, lo consensuamos y la fortaleza de esto es que lo hicimos por unanimidad. Con fuerzas políticas que, realmente, pensamos muy distinto. Pero por esto estuvo adelante lo colectivo y no el interés individual. La salud por delante de todo. Si lo erramos, lo erramos pensando en la salud de la gente. Yo creo que la ordenanza tiene un espíritu de precaución. Y ese espíritu, apoyado por todas las fuerzas en unidad, es un logro importante.

- Eso de la unanimidad es interesante, porque todo este tema de la posible relación entre los agroquímicos y los problemas de salud en Monte Maíz es muy discutido tanto en el pueblo como en la ciudad de Córdoba. Con muchas polémicas de por medio. Y aun así, los artículos hasta el momento se han estado aprobando por todos los votos.
- Sí, hasta ahora es así. Y eso le da una fortaleza muy buena a la ordenanza. Es un logro del Consejo Deliberante y estoy muy agradecido con este consejo.

- ¿Es cierto que ya se cerraron algunos galpones, donde depositaban algunas maquinarias agrícolas?
Más que cerrarse, algunos dueños de las maquinas “mosquito” dijeron “bueno, vamos a trasladarnos y los llevamos a algún lado”. Hay gente del sector productivo que están muy abiertos al diálogo, de querer ser parte de la solución. Otros no. Yo destacó siempre a los que se abren el diálogo, porque no todo es blanco y negro, no todo es Boca-River. Acá, hay gente con la que se puede sentarse a dialogar. Y eso es muy importante.

- Uno nota en Monte Maíz, la presencia de silos pertenecientes a la Aceitera General Deheza y la Cooperativa Ltda., que tienen fuerte peso en la economía. ¿En algún momentos, se presentaron para exponer sus posturas sobre este tema?
Sí, sí. Estuvieron presentes. Tuvieron sus objeciones. Yo estuve reunido con gente de la Cooperativa en forma personal, con algunos integrantes del (poder) ejecutivo. Y planteaban de que “bueno, que esta Comisión Multisectorial van hablar de los posibles traslados y nosotros estamos haciendo inversiones, no nos parece correcto…”. Pero bueno, por lo menos nos sentamos a hablar. Expresaron su punto de vista, los vecinos expusieron lo otro. Y nosotros los escucharemos, iremos aportando al debate. Pero se tiene que formar una Multisectorial para empezar a discutir de una vez por todas la problemática de los silos y los acopios dentro del ejido urbanos.

- ¿El tema de los acopios y los silos se va a discutir el próximo martes?
Mmm… No, no creo que lleguemos. Porque es uno de los últimos artículos. Lo que sí vamos a discutir el próximo martes es el tema de los pulverizadores terrestres, capaz que lleguemos a los depósitos de agroquímicos. Yo creo que con dos sesiones más, ya estaríamos terminando.

- ¿Cómo lo ves el próximo martes? ¿Pensás que va a ser muy parecido a lo vivido el martes pasado? ¿Qué no va haber ningún problema?
Yo espero que sí. Tengo toda la esperanza de que salga bien. Que salga de la forma más correcta, con respeto. Y siendo conscientes de lo que uno está votando y las decisiones que se están tomando.

- Vos como vecino, ¿cuándo empezaste a notar esta problemática de los agroquímicos y su posible relación con los problemas de salud del pueblo?
Y yo ya sabía. Lo sabía desde la problemática de los vecinos que venían trabajando en 2007. (…) Me acuerdo que pusimos el articulo de La Voz del Interior del mapa del cáncer sobre la mesa en el Consejo Deliberante y dijimos “bueno, vamos a llamar a esta gente (de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados) que hace años vienen trabajando” y haber qué podemos hacer, porque si esto es así… y, a parte, uno lo ve en el día a día. Los llamamos y de ahí no paró más. El tema no paró más, no paró más, no paró más. Ahí salió lo del informe, el intendente que estaba dispuesto a hacer un relevamiento sanitario, y ya no paró más hasta el día de hoy.

- Algunos de los que niegan la relación de agroquímicos y enfermedades, o directamente los que repudiaron los resultados del informe, han señalado que los que plantean estas cuestiones en las localidades han difundido el miedo, el pánico y el terror en los pueblos. ¿Vos ves que el debate sobre esto sembró “el miedo, el pánico y el terror” en Monte Maíz?
No, no. Genera preocupación. Yo creo que hay que ser muy cuidadoso con eso. Los pueblos, más que pánico y miedo, tienen dolor. Dolor de los familiares y amigos que tienen alguna enfermedad. Sentíamos dolor que un amigo o pariente está sufriendo alguna enfermedad grave. Eso es lo que genera: dolor. Pero me parece que las visiones apocalípticas no están. Sino preocupación y dolor.

- ¿Cambia la historia en Monte Maíz?
(Risas) No, no si para tanto. Sí, me da como un poco de pudor. Que si cambia la historia, no se si para tanto. Con el sector agropecuario lo hemos hablado sinceramente: el campo se vino al pueblo. Lo rural se vino a lo urbano. ¿Por qué? No sé. Ellos lo sabrán mejor que yo. Yo creo que hay que establecer nuevas normas para que podamos convivir mejor: lo urbano y lo rural. Para que nadie esté acusado con el dedo y que haya una mejor convivencia. Y que los pueblos puedan desarrollarse tranquilamente. El espíritu de la ordenanza es eso: regular la convivencia entre lo urbano y lo rural.

Fuente:
Lea Ross | @LeandroRoss, El espíritu de Monte Maíz, 10/07/15, ECOS Córdoba.

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