La Provincia estima ahora que demandará unos dos mil millones de pesos, para las cinco regiones afectadas. Llegó la primera parte del crédito para Sierras Chicas.
por Guillermo Lehmann y Fernando Colautti
Mientras que ayer se acreditaron los primeros 100 millones de pesos del crédito de 540 millones cedido por la Nación a la Provincia para la reconstrucción de los daños que dejó el aluvión de hace más de dos meses en Sierras Chicas, desde el Gobierno de Córdoba se lanzó una nueva estimación del costo final que demandará reparar lo destruido por el agua en varias regiones de la provincia. Ahora lo calculan en unos dos mil millones de pesos.
Apenas superados los temporales, el propio Gobierno había dado una primera estimación de 1.100 millones. Ayer, el ministro de Comunicaciones, Jorge Lawson, señaló que elevar el cálculo a dos mil millones “es razonable”, sobre las cinco regiones perjudicadas entre febrero y marzo. Antes, su par de Desarrollo Social, Daniel Passerini, había adelantado una opinión similar.
Lawson marcó que el primer relevamiento en Sierras Chicas determinó daños por 540 millones, que fue “lo que se documentó ante la Nación”. También dijo que “hubo legisladores de varios partidos que también hablaron de dos mil millones”. El ministro señaló que, además del crédito ya otorgado, “no hay otra gestión por más fondos nacionales”, aunque marcó que “sería deseable que llegaran más recursos de la Nación, a la Provincia o a los municipios afectados”.
Hasta ahora, citó que la Nación anunció un subsidio directo sólo a la localidad de Idiazábal, por un millón de pesos.
Sierras Chicas
En Sierras Chicas, la noticia de la llegada del primer tramo del préstamo nacional aplacó un tanto el ánimo de vecinos y autoridades locales. Los 100 millones acreditados se utilizarán para la reparación de vados, acueductos, puentes, rutas y caminos, la construcción de nuevas viviendas y el aporte a otras que sufrieron daños parciales. En algunos casos, hay gastos en esos rubros ya ejecutados con adelantos de fondos provinciales.
Las nuevas casas por construir serán unas 250. Para Villa Allende y Río Ceballos ya se licitaron 130, que comenzarán a levantarse en los próximos días, mientras que hoy se realizará una subasta electrónica para 18 viviendas en Unquillo y mañana para ocho en Mendiolaza.
En Unquillo, desde el municipio aclararon que el total de nuevas casas por construir es mayor, pero se decidió comenzar con 18 para atender los casos más urgentes y a familias a las que el municipio les consiguió terrenos en los mismos barrios donde vivían. “Nuestra propuesta fue licitar en dos turnos, atendiendo los planteos de familias que no querían sufrir un destierro forzoso”, comentó el intendente Germán Jalil.
Las viviendas que sufrieron daños parciales en sus estructuras fueron alrededor de mil, según los municipios de todo el corredor que abarca a Unquillo, Río Ceballos, Mendiolaza, Salsipuedes, La Granja, El Manzano, Villa Allende y Saldán. La Provincia había estimado el número en unas 800.
En esos casos recibirán una ayuda económica para su reparación, en dos remesas que se irán completando a medida que se certifiquen las obras ejecutadas. Eso se acordó esta semana entre los intendentes de la zona y el gobernador José Manuel de la Sota. También se definió que, desde hoy, equipos de los colegios de Arquitectos y de Ingenieros Civiles de Córdoba verificarán los relevamientos oficiales efectuados por la Provincia para presupuestar los montos de ayuda para cada vivienda damnificada. Esos profesionales inspeccionarán las viviendas con ese fin.
“A partir de ahora creemos que se calmará la ansiedad de las familias afectadas. Además, se empiezan a notar las obras de reconstrucción. Sabemos que será a paso lento, pero ya se observa un mayor despliegue de maquinarias y soluciones hacia los vecinos”, marcó Daniel Salibi, intendente de Mendiolaza.
Jalil, su colega de Unquillo, destacó también que se espera el inicio ahora “de una etapa de mayor agilidad en obras y soluciones”.
Entre los vecinos, en general, el mal estado de las calles sigue siendo un tema de recurrente de queja en toda la región.
Sierras Chicas
En Sierras Chicas, la noticia de la llegada del primer tramo del préstamo nacional aplacó un tanto el ánimo de vecinos y autoridades locales. Los 100 millones acreditados se utilizarán para la reparación de vados, acueductos, puentes, rutas y caminos, la construcción de nuevas viviendas y el aporte a otras que sufrieron daños parciales. En algunos casos, hay gastos en esos rubros ya ejecutados con adelantos de fondos provinciales.
Las nuevas casas por construir serán unas 250. Para Villa Allende y Río Ceballos ya se licitaron 130, que comenzarán a levantarse en los próximos días, mientras que hoy se realizará una subasta electrónica para 18 viviendas en Unquillo y mañana para ocho en Mendiolaza.
En Unquillo, desde el municipio aclararon que el total de nuevas casas por construir es mayor, pero se decidió comenzar con 18 para atender los casos más urgentes y a familias a las que el municipio les consiguió terrenos en los mismos barrios donde vivían. “Nuestra propuesta fue licitar en dos turnos, atendiendo los planteos de familias que no querían sufrir un destierro forzoso”, comentó el intendente Germán Jalil.
Las viviendas que sufrieron daños parciales en sus estructuras fueron alrededor de mil, según los municipios de todo el corredor que abarca a Unquillo, Río Ceballos, Mendiolaza, Salsipuedes, La Granja, El Manzano, Villa Allende y Saldán. La Provincia había estimado el número en unas 800.
En esos casos recibirán una ayuda económica para su reparación, en dos remesas que se irán completando a medida que se certifiquen las obras ejecutadas. Eso se acordó esta semana entre los intendentes de la zona y el gobernador José Manuel de la Sota. También se definió que, desde hoy, equipos de los colegios de Arquitectos y de Ingenieros Civiles de Córdoba verificarán los relevamientos oficiales efectuados por la Provincia para presupuestar los montos de ayuda para cada vivienda damnificada. Esos profesionales inspeccionarán las viviendas con ese fin.
“A partir de ahora creemos que se calmará la ansiedad de las familias afectadas. Además, se empiezan a notar las obras de reconstrucción. Sabemos que será a paso lento, pero ya se observa un mayor despliegue de maquinarias y soluciones hacia los vecinos”, marcó Daniel Salibi, intendente de Mendiolaza.
Jalil, su colega de Unquillo, destacó también que se espera el inicio ahora “de una etapa de mayor agilidad en obras y soluciones”.
Entre los vecinos, en general, el mal estado de las calles sigue siendo un tema de recurrente de queja en toda la región.
“Hace más de dos meses que no podemos trabajar”
La expectativa por el inicio de
la construcción de las casas y otras obras alienta el ánimo de vecinos y comerciantes.
En Sierras Chicas, todos pretenden recuperar su anterior rutina, golpeada por el trágico aluvión del 15 de febrero pasado.
Juan Antonio Maldonado y su hijo Pedro, trabajaban ayer a destajo en la reconstrucción de la verdulería que tenían antes de es día en que el río se llevó todo, en la esquina de San Martín y La Rioja, a metros del puente central de Río Ceballos.
“Hace más de dos meses que no podemos trabajar. Pero ya recibimos el subsidio para comerciantes que entregó la Provincia, y con nuestro esfuerzo empezamos a reconstruir el entrepiso y la vereda, además de reponer los vidrios y tener saldo para mercadería. La semana que viene esperamos volver a reabrir”, contó Maldonado, mientras con una pala trataba de nivelar la vereda para colocar los pisos.
En la región, a los negocios que debieron cerrar por daños se sumaron muchos más que redujeron su actividad en estos dos meses. Ni hablar del rubro turístico, borrado en Sierras Chicas desde mediados de febrero.
Mientras, los reclamos se sostienen hasta ahora. Por caso, en Unquillo, vecinos de diferentes barrios marcharon el lunes hacia el municipio, donde entregaron un petitorio pidiendo acelerar las tareas de reconstrucción de las viviendas dañadas, a más de dos meses del aluvión, y mejoras en las calles, alumbrado y la recolección de residuos, resentidos desde entonces. Desde el municipio aclararon que se entregó un informe detallado a la Provincia con un censo actualizado de damnificados, que asciende a 450 familias en esta ciudad.
De prevenir hacia adelante aún no se habla
No hay modo preciso de determinar cuánto le costará a los cordobeses reconstruir lo que el agua se llevó con las crecientes e inundaciones de febrero y marzo pasados. En ámbitos oficiales y privados, admiten que cualquier cálculo será apenas una estimación.
No hay modo preciso de determinar cuánto le costará a los cordobeses reconstruir lo que el agua se llevó con las crecientes e inundaciones de febrero y marzo pasados. En ámbitos oficiales y privados, admiten que cualquier cálculo será apenas una estimación.
Hasta ahora, se ponen números a lo que costará recuperar lo destruido: casas, rutas, calles, puentes, cauces de ríos, espacios urbanos públicos, redes de servicios, asistencia social a los damnificados. Mucho más difícil de medir es la pérdida económica por caída de actividad en tantos pueblos y ciudades o en campos anegados, o el costo por el deterioro de suelos y ambientes. Los demás daños -los más relevantes- no tienen precio: el dolor por las vidas que la correntada llevó o la angustia sufrida y que rebrota como vertiente ante cada lluvia intensa.
Lo urgente era atender la emergencia: asistir a los más perjudicados, recuperar los servicios, reparar los destrozos. A más de dos meses, esa emergencia subsiste por las obras de reconstrucción que restan. Pero pocos hablan de las acciones y políticas de Estado necesarias para evitar nuevas inundaciones.
Más importante que el gasto para reconstruir es la inversión necesaria para que no vuelva a ocurrir. O para que, si se dan lluvias extraordinarias, el efecto sea al menos mitigado. ¿Cuál es el costo de las medidas para prevenir y mitigar? En algunos casos, requieren obras y presupuestos; en otros dependen, sobre todo, de decisiones y voluntad política, en la Provincia y en los municipios.
Decisiones, por ejemplo, que eviten urbanizar las costaneras que alguna vez pueden inundarse, o para definir desarrollos urbanos con base en planificaciones sustentables. Decisiones que, de una vez, impidan los desmontes sin control y generen planes masivos y serios de reforestación en sierras y en llanos. También, que aseguren canales rurales no tapados ni desviados, o que se tiendan donde faltan, para que los campos no deriven sus excesos hídricos hacia donde quieran o puedan. O que se avance con los minidiques o lagunas de retención de los que se habla hace décadas para retener el agua y no sólo verla pasar en campos y entrar a ciudades. O que se cuente con sistemas de alertas tempranas de crecidas en todos los ríos de riesgo.
Mientras, la reconstrucción coincidirá ya con las campañas electorales, nacional, provincial y municipales. ¿Será iluso reclamar que no se cuele como la humedad? ¿Será mucho pedir que no se note tanto el marketing estatal o la capitalización electoral de la desgracia?
En la región, a los negocios que debieron cerrar por daños se sumaron muchos más que redujeron su actividad en estos dos meses. Ni hablar del rubro turístico, borrado en Sierras Chicas desde mediados de febrero.
Mientras, los reclamos se sostienen hasta ahora. Por caso, en Unquillo, vecinos de diferentes barrios marcharon el lunes hacia el municipio, donde entregaron un petitorio pidiendo acelerar las tareas de reconstrucción de las viviendas dañadas, a más de dos meses del aluvión, y mejoras en las calles, alumbrado y la recolección de residuos, resentidos desde entonces. Desde el municipio aclararon que se entregó un informe detallado a la Provincia con un censo actualizado de damnificados, que asciende a 450 familias en esta ciudad.
De prevenir hacia adelante aún no se habla
No hay modo preciso de determinar cuánto le costará a los cordobeses reconstruir lo que el agua se llevó con las crecientes e inundaciones de febrero y marzo pasados. En ámbitos oficiales y privados, admiten que cualquier cálculo será apenas una estimación.
por Fernando Colautti
No hay modo preciso de determinar cuánto le costará a los cordobeses reconstruir lo que el agua se llevó con las crecientes e inundaciones de febrero y marzo pasados. En ámbitos oficiales y privados, admiten que cualquier cálculo será apenas una estimación.
Hasta ahora, se ponen números a lo que costará recuperar lo destruido: casas, rutas, calles, puentes, cauces de ríos, espacios urbanos públicos, redes de servicios, asistencia social a los damnificados. Mucho más difícil de medir es la pérdida económica por caída de actividad en tantos pueblos y ciudades o en campos anegados, o el costo por el deterioro de suelos y ambientes. Los demás daños -los más relevantes- no tienen precio: el dolor por las vidas que la correntada llevó o la angustia sufrida y que rebrota como vertiente ante cada lluvia intensa.
Lo urgente era atender la emergencia: asistir a los más perjudicados, recuperar los servicios, reparar los destrozos. A más de dos meses, esa emergencia subsiste por las obras de reconstrucción que restan. Pero pocos hablan de las acciones y políticas de Estado necesarias para evitar nuevas inundaciones.
Más importante que el gasto para reconstruir es la inversión necesaria para que no vuelva a ocurrir. O para que, si se dan lluvias extraordinarias, el efecto sea al menos mitigado. ¿Cuál es el costo de las medidas para prevenir y mitigar? En algunos casos, requieren obras y presupuestos; en otros dependen, sobre todo, de decisiones y voluntad política, en la Provincia y en los municipios.
Decisiones, por ejemplo, que eviten urbanizar las costaneras que alguna vez pueden inundarse, o para definir desarrollos urbanos con base en planificaciones sustentables. Decisiones que, de una vez, impidan los desmontes sin control y generen planes masivos y serios de reforestación en sierras y en llanos. También, que aseguren canales rurales no tapados ni desviados, o que se tiendan donde faltan, para que los campos no deriven sus excesos hídricos hacia donde quieran o puedan. O que se avance con los minidiques o lagunas de retención de los que se habla hace décadas para retener el agua y no sólo verla pasar en campos y entrar a ciudades. O que se cuente con sistemas de alertas tempranas de crecidas en todos los ríos de riesgo.
Mientras, la reconstrucción coincidirá ya con las campañas electorales, nacional, provincial y municipales. ¿Será iluso reclamar que no se cuele como la humedad? ¿Será mucho pedir que no se note tanto el marketing estatal o la capitalización electoral de la desgracia?
Fuentes:
Guillermo Lehmann, Fernando Colautti, Duplican el cálculo del costo de reconstrucción, 22/04/15, La Voz del Interior. Consultado 22/04/15.
“Hace más de dos meses que no podemos trabajar”, 22/04/15, La Voz del Interior. Consultado 22/04/15.
Fernando Colautti, De prevenir hacia adelante aún no se habla, 22/04/15, La Voz del Interior. Consultado 22/04/15.
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