Rex Weyler fue el primer Director de la Fundación Greenpeace, el editor del primer newsletter de la organización, y el cofundador de Greenpeace Internacional en 1979. Fue también fotógrafo y reportero en las primeras campañas de focas y ballenas de Greenpeace y ha escrito una de las mejores y más exhaustivas historias de la organización, “Greenpeace” (Raincoast, 2004). En la siguiente columna de opinión, Weyler indaga sobre la posibilidad de que existan límites para el crecimiento y los riesgos que implica el excesivo uso de recursos.
¿Son reales los límites al crecimiento?
por Rex Weyler
En 2002, Bjørn Lomborg, experto en negar el calentamiento global y ferviente anti-ambientalista, sentenció que el libro “Los límites al crecimiento”, escrito en el año 1972, debía ser enviado al "tacho de basura de la historia". Sin embargo, 42 años de datos ahora aparecen para reivindicar la premisa del libro: la actividad humana debe aceptar algunos límites en el crecimiento económico.
Una investigación publicada en 2014 por el Dr. Graham Turner de la Universidad de Melbourne compara los datos recabados durante cuatro décadas con el escenario de los “Negocios como siempre” (Business as usual, BAU, según sus siglas en inglés) planteado en “Los límites del crecimiento”. El libro advertía que dicha situación podría derivar en economías de recursos limitados y colapsos económicos a gran escala en este siglo. Los autores de “Los límites…” no hicieron predicciones, sino que esbozaron futuros posibles, explicando cómo podrían surgir esos escenarios y cuáles podrían ser sus consecuencias.
Al esbozar el escenario BAU, los investigadores concluyeron: "Si no cambian las actuales tendencias de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y agotamiento de recursos, en algún momento dentro de la próximos cien años se alcanzarán los límites del crecimiento de este planeta. El resultado más probable será un declive bastante repentino e incontrolable en la población y la capacidad industrial".
El estudio realizado en la Universidad de Melbourne muestra que sus advertencias son razonables. La investigación hace especial referencia a los picos del petróleo y la disminución de la "energía neta" disponible para la sociedad, luego de la suba de los costos energéticos derivados de la extracción de reservas de hidrocarburos marginales, de bajo grado y altamente contaminantes. Hoy somos testigos de esta situación en las arenas bituminosas canadienses y en la industria del fracking.
El Coro de la Negación
Economistas y expertos en crecimiento económico ridiculizaron “Los límites…” a menos de una semana de su publicación. Henry C. Wallich, economista graduado de Yale, desestimó el libro en un artículo de la revista Newsweek caracterizándolo como "una tontería irresponsable".
Peter Passel , economista del New York Times, atacó al libro y realizó falsas acusaciones argumentando que todas las simulaciones "invariablemente terminan en el colapso" y que el texto predijo un agotamiento de recursos críticos para 1990. El libro, sin embargo, no realizó tales predicciones y, por el contrario, ofreció sugerencias para evitar el colapso. Estos hechos no disuadieron a los acérrimos negadores.
"No hay grandes límites para el crecimiento", declaró el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en 1985 "cuando los hombres y las mujeres son libres para seguir sus sueños... porque no hay límites para la inteligencia humana, la imaginación y el asombro."
Este reaganismo inspirador sirve como rechazo oficial corporativo ante cualquier conversación sobre límites ambientales. Lomborg afirmó: "La inteligencia tendrá más peso que el excesivo uso de recursos". Sueños. Imaginación. Inteligencia. Los seres humanos, según la teoría, son demasiado inteligentes para verse restringidos por los límites biofísicos.
En 2008, en Canadá, el columnista de Ottawa Citizen Dan Gardner atacó a la escritora canadiense Margaret Atwood por apenas mencionar "Los límites…” durante una entrevista. "¿Te referís al estudio que dijo que los suministros mundiales de zinc, oro, estaño, cobre, petróleo y gas natural podrían desaparecer por completo para 1992?", vociferó el columnista. "¿Te referís a ese reporte?", insistió. La falla en la arenga de Gardner, por supuesto, es que el libro no dice tal cosa.
En “Los límites del crecimiento”, los autores proporcionan una tabla en la que establecen tres columnas de números para explicar las posibles tasas de agotamiento de las reservas de productos básicos:
1. Un índice estático, que muestra por cuánto tiempo durarían las reservas a tasas de consumo similares a las de 1972.
2. Un índice exponencial, mostrando un agotamiento de recursos con un aumento de las tasas de consumo.
3. Un índice optimista, dando espacio a futuros descubrimientos de recursos y nuevas tecnologías.
Los negacionistas toman el punto 2, y desdibujan los datos hablando de “predicciones”. En el documental de la BBC de 2011, "Todo vigilado por Máquinas de Gracia Divina", el realizador Adam Curtis repite la afirmación errónea sobre aquellos autores, sosteniendo que predijeron un colapso global inminente", presumiblemente porque, según Curtis, creían que la naturaleza era una máquina que operaba como una computadora. Sin embargo, no lo hicieron.
Los autores de “Los límites…” reconocieron la complejidad de los sistemas biológicos, entendieron que el mapa no es el territorio, y explicaron cuidadosamente que "la disponibilidad de recursos ... será determinada por factores mucho más complicados de lo que puede ser expresado tanto por el índice de reserva estática o el índice de reserva exponencial. "
Jean-Marc Jancovici, consultor ambiental para el estudio francés sobre el calentamiento global “Misión Interministérielle de l'Effet de Serre”, se refiere a “Los límites…” y al informe del IPCC sobre el cambio climático como "documentos que el 99 por ciento de las personas que los citan nunca leyó. "
Los ecologistas y planificadores sociales se beneficiarán de la comprensión de que el agotamiento no implica que vamos a quedarnos sin ninguno de esos recursos, sino que a medida que agotamos las reservas finitas, nos encontramos gastando más dinero y energía para obtener reservas de menor calidad, con un mayor impacto ecológico, exactamente como lo estamos haciendo en las arenas bituminosas y los terrenos de fracking.
En su ataque en Ottawa Citizen, Gardner ridiculiza a Margaret Atwood por sugerir que a la larga "Las cosas no relacionadas con el dinero se valorarán más: los amigos, la familia, un paseo por el bosque…". Atwood marca un punto válido e importante: podríamos lograr una vida más feliz con menos cosas. En 1979, el ecologista noruego Arne Naess explicó esto como: "Fines más ricos, medios más simples”.
Cassandra revisitada
En 2007, cuando la economía mundial se disparó, el Wall Street Journal informó sobre la escasez de productos básicos en un artículo titulado "Los nuevos límites al crecimiento reviven temores malthusianos”, en referencia al economista del siglo XIX Thomas Malthus, que había advertido sobre los límites en un planeta finito. Aunque la revista de negocios reporta casos de escaseo de energía, agua y tierra, se aferraron al sueño negacionista: "Muchas voces poderosas adviritieron que la actividad humana podría colapsar los recursos del planeta. Los ‘Cassandras’ siempre estuvieron equivocadas, cada vez hubo nuevos recursos por descubrir y nuevas tecnologías para impulsar el crecimiento”.
Podríamos señalar que estos autores malinterpretaron el mito de Casandra. En la historia griega, Apolo desea a Cassandra, la bella hija del rey Príamo de Troya, y le otorga el don de la profecía. Sin embargo, ella rechaza los avances de la deidad, por lo que Apolo se venga maldiciéndola para que nadie vuelva a creerle. Esto no es un cuento sobre predicciones erróneas; es un cuento sobre una humanidad torpe que ignora la verdad y se burla de lo evidente.
Además de ningunear a los clásicos, algunos economistas también se saltearon clases de cálculos y ciencias naturales. Los estudiantes de biología de secundaria saben que una bacteria o una mosca en un frasco va a crecer hasta agotar los nutrientes disponibles y luego va a perecer. Los seres humanos en la Isla de Pascua y los renos en la isla St. Matthews corrieron la misma suerte. No existe ningún caso en la naturaleza en el que el crecimiento sea infinito. Ninguno.
En los ecosistemas reales el crecimiento sólo tiene dos futuros viables: 1. La estabilidad dinámica (oscilación dentro de ciertos límites) o 2. Colapso. "Todo crecimiento después de la madurez", explica el Dr. Albert Bartlett, profesor emérito de física en la Universidad de Colorado, "es obesidad o cáncer."
En el año 1900 los grandes bancos de todo Terranova daban hábitat y proveían de nutrientes a 10-15 toneladas de peces por metro cuadrado. Ahora, esos números se redujeron a menos de 1,5 toneladas, una reducción del 90 % en la productividad del océano, lo que provocó un desastre económico en las comunidades pesqueras del Atlántico.
En 2008, después de décadas de negación, la Agencia Internacional de Energía admite que el consumo de energía con hidrocarburos es “claramente insostenible”. Los datos ahora son irrefutables, pero los geólogos habían advertido que iba a existir un pico en la generación de petróleo en la década de 1950 y “Los límites del crecimiento” habían alertado de lo mismo a la humanidad hace décadas. Mientras tanto, la mayor parte de las reservas de hidrocarburos deben permanecer en el suelo para evitar el calentamiento global, de acuerdo con un estudio publicado en la revista “Nature”, realizado por Christophe McGlade y colegas de la Universidad College de Londres.
En 2009, “Nature” publicó "Límites planetarios" realizado por los científicos de sistemas terrestres Johan Rockström y sus colegas, que muestra que la actividad humana ha empujado hasta el límite a siete sistemas esenciales: la biodiversidad, la temperatura, acidificación de los océanos, los ciclos de nitrógeno y fósforo, el uso de la tierra, del agua dulce, y el agotamiento del ozono .
En 2012, Nature publicó "Aproximación a un cambio de estado en la biosfera de la Tierra", realizado por 22 científicos internacionales, advirtiendo que “la actividad humana está arriesgando una transición a escala planetaria ", con el potencial de transformar la Tierra “rápidamente y de forma irreversible a un estado desconocido en la experiencia humana. "
El Dr. William Rees de la Universidad de Columbia Británica, creador del análisis de la "huella ecológica", escribió en "El camino a seguir" en el Journal Solutions : "Un tsunami virtual de evidencias sugieren la idea de que la comunidad mundial está viviendo más allá de sus medios de subsistencia ".
Vivimos en un planeta muy vasto, cuya riqueza parece ser, a veces, casi infinita, pero la actividad humana llegó a alcanzar el límite de la escala de la tierra misma y ahora asistimos a una gran diferencia entre la inteligencia y los requerimientos físicos de la economía como la energía, árboles y animales. Porque la sociedad global sigue siendo injusta, porque hay naciones con riqueza que consumen la mayoría de estos recursos que son cada vez más escasos. Es necesario reducir, simultáneamente, el consumo desmedido de las naciones ricas y aumentar la generosidad para una participación más equitativa en la Tierra.
No podemos hacer que los límites de la naturaleza desaparezcan como una ilusión. Cassandra podía ver el futuro. Pero los tontos a su alrededor tiraron abajo Troya.
Fuente:
Rex Weyler: "¿Son reales los límites al crecimiento?", 22/01/15, Greenpeace Argentina.
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