Fuentes cercanas a la Cnea le achacan la responsabilidad a la gestión de Mestre. Dicen que está en riesgo la provisión de combustible a las plantas atómicas.
por Horacio Serafini
Buenos Aires. La clausura de la planta de Dioxitek en el barrio Alta Córdoba es una decisión estrictamente política del gobierno de Ramón Mestre, según la evaluación de fuentes cercanas a la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea).
Lo hicieron tras el cierre
de la planta, luego de cumplirse el plazo de la última prórroga que se había firmado con el municipio.
“Dioxitek es la única planta del Estado en Alta Córdoba”, dijeron esas fuentes consultadas por La Voz del Interior . “Si fuera por el riesgo que supone, también hay otras plantas en ese barrio que deberían haber sido clausuradas y después verificarse, una por una, si realmente son peligrosas. Fue una decisión política”.
La evaluación se produjo ayer, en el segundo día en el que fueron vanos los intentos por obtener alguna información del Ministerio de Planificación Federal, del que depende la Cnea y, en consecuencia, Dioxitek. Tampoco pudo establecerse si desde la clausura hubo comunicación entre el titular de esa cartera, Julio De Vido, y el intendente capitalino, Ramón Mestre.
Las mismas fuentes aseguraron que la prolongación de la clausura de la planta procesadora de dióxido de uranio puede poner en riesgo el funcionamiento de las centrales nucleares Atucha I y II y Embalse. Dioxitek es la única productora del combustible para esas tres centrales que generan electricidad para 7 millones de personas, dijeron. “Si la clausura se extiende -estimaron-, a los tres meses las centrales dejarán de funcionar”.
Tampoco es una tarea sencilla la importación del dióxido de uranio. Podría hacerse desde Canadá, pero tendría que producirse un combustible igual al de Dioxitek, para el que están adecuadas las centrales nucleares. Además, una clausura prolongada de la planta de Alta Córdoba afectaría las exportaciones del material a India, Perú, Egipto y Australia.
“Pero por sobre todo -subrayaron las fuentes- está la decisión no sólo económica sino también de soberanía política de parte del Gobierno nacional de realizar en el país el ciclo completo de combustible nuclear por el altísimo valor agregado que conlleva”.
Formosa, lejos
El reemplazo de Dioxitek por una planta en el Polo Científico Tecnológico de Formosa, por otra parte, es una tarea que, según las fuentes, demandaría “entre dos y tres años, desde su construcción hasta su puesta en funcionamiento”. La semana pasada se aprobó el primer estudio de impacto ambiental, y en los últimos meses se retomaron a nivel diplomático las conversaciones con el gobierno de Paraguay, pese a no requerirse de su aprobación porque no se trata de una planta nuclear.
“No tiene sentido técnico, sino estrictamente político”, remataron las fuentes sobre la clausura de Dioxitek.
Incertidumbre
Futuro laboral. Los empleados de la planta de elaboración de dióxido de uranio clausurada el lunes por la Municipalidad de Córdoba afirmaron que se encuentran en medio de la incertidumbre, y que analizan realizar medidas de fuerza.
Preocupación. La medida puso en vilo a 140 trabajadores de la planta, a los que se suman otros 160 de empresas tercerizadas que brindan servicio en las instalaciones, ubicadas en Rodríguez Peña al 3200. Alberto Castro, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en Dioxitek, sostuvo que desde la firma les dijeron que los puestos de trabajo no se perderán.
Fuente:
Horacio Serafini, Desde la Nación creen que la clausura de Dioxitek es política, 12/11/14, La Voz del Interior. Consultado 13/11/14.
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