La Humanidad se ha convertido en una fuerza de la naturaleza tan grande que incluso puede tener una época geológica propia: el Antropoceno. Los científicos debaten cuándo empezó este nuevo tiempo y apuntan a mediados del siglo XX, con el nacimiento de la era atómica.
por Luis Lidón
Aún vivimos en el Holoceno, que comenzó hace unos 12.000 años, tras las últimas glaciaciones, y cuyo clima templado ha permitido a los humanos progresar y dejar una huella muy profunda en el planeta.
Tan profunda -ha causando extinciones y alterado ciclos naturales- que ahora se estudia la designación del Antropoceno como escala geológica.
Un equipo internacional trabaja desde 2009 sobre ese nuevo concepto y prepara un informe que se debatirá en 2016 en una reunión de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, el órgano competente para decidir sobre las edades de la Tierra.
Jan Zalasiewicz, un paleobiólogo de la Universidad de Leicester que dirige la elaboración de ese estudio, avanza que el documento sugerirá que el inicio de la era atómica a mediados del siglo XX podría ser la fecha de inicio del Antropoceno.
El impacto del hombre
Su equipo busca evidencias del impacto global de la Humanidad que pueda medirse de forma objetiva en los sedimentos, y ciertos isótopos radiactivos liberados por el hombre, ya sean pruebas nucleares o accidentes como el de la central japonesa de Fukushima, son uno de esos “marcadores”.
“El inicio de la era nuclear es un marcador, eso no significa que las señales nucleares sean más importantes que otras, sino que es por una razón pragmática, porque se pueden reconocer y seguir”, explica a Efe en Viena durante la reunión anual de la Unión Europea de Geociencias, que se clausura mañana.
“Si tomas un contador Geiger puedes detectar esa ‘basura’ atómica sobre nosotros, en el suelo, y en cualquier estrato formado después de mitad del siglo XX. Pero no se puede encontrar antes”, destaca, lo que supone un prueba de la actividad humana a escala planetaria.
Otros expertos han propuesto que el Antropoceno comience con la Revolución Industrial, iniciada en Inglaterra a finales del siglo XVIII, o mucho más atrás, con la aparición de la agricultura hace unos 10.000 años, pero el problema es que ambos hitos no constituyen fenómenos con un impacto global en los sedimentos terrestres.
La “Gran aceleración”
Zalasiewicz subraya que desde mediados del siglo XX se produce, además, lo que define como “Gran Aceleración”, en la que el impacto del hombre y su tecnología sobre la Tierra se multiplican y aparecen nuevos materiales como el plástico o el aluminio.
La proliferación sin precedentes de especies invasoras, la aparición de grandes megalópolis por la explosión demográfica, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y la acidificación de los océanos son otros aspectos de esa “Gran Aceleración” sin precedentes.
Zalasiewicz señala que si en un “lejano futuro” un geólogo estudiase la huella de la Humanidad en el último siglo sobre el planeta le parecería “tan repentina y profunda como el impacto de un asteroide”.
Especialmente preocupante es la acidificación de los océanos por el CO2, que perjudica a muchas formas de vida marina, pero sobre todo afecta al desarrollo de corales, moluscos y ciertas formas de fitoplancton, fundamentales en la cadena trófica.
Zalasiewicz señala que las cinco extinciones masivas, la última hace 65 millones de años, que borró a los dinosaurios del planeta, estuvieron vinculadas a la incapacidad de los corales para crear arrecifes, algo que, de seguir la tendencia actual, puede suceder en “un futuro geológico cercano”.
El hombre, el mayor transformador del Planeta
Para Tony Brown, un paleoambientólogo y geógrafo físico de la Universidad de Southampton, que también trabaja en otra comisión científica para definir y delimitar el concepto de Antropoceno, vivimos en una época distinta al Holoceno porque la Humanidad se ha convertido en la mayor fuerza de transformación del planeta.
“Los humanos mueven más sedimentos en el planeta que los procesos naturales como los ríos”, por lo que “no podemos dejar de estudiar a los humanos como el principal agente de transformación”, declaró a la prensa durante la reunión científica en Viena.
El impacto humano
John Burrows, un químico atmosférico de la Universidad de Bremen (Alemania), destaca que, además del debate académico, la designación de nuestro tiempo como Antropoceno puede ayudar a concienciarnos del enorme impacto de nuestras acciones.
Como ejemplo, indicó que la agroindustria de fertilizantes químicos ha trastocado en el último siglo el ciclo del nitrógeno y es una fuente de gran contaminación para los acuíferos y los ríos.
“Seguimos comportándonos como cazadores recolectores con recursos ilimitados”, lo que tiene un importante costo para el planeta, para su biodiversidad, y el concepto de Antropoceno puede lanzar un mensaje para buscar fórmulas más sostenibles, confió.
Al fin y al cabo, más importante que el nombre de nuestra época geológica, sea o no el Antropoceno, es que no sea la última.
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Nagasaki recuerda el bombardeo atómico que segó miles de vidas hace 68 añosFuente:
El Antropoceno, el tiempo geológico del hombre, pudo nacer con la era atómica, 02/05/14, EFEverde. Consultado 02/05/14.
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