Productores advierten que el agotamiento de la capa fértil de los suelos es una problemática instalada. Y sostienen que las pérdidas son irreparables. Reclaman un debate serio entre vecinos y el Estado.
por Ignacio Castro
La erosión eólica y la consecuente "voladura" de campos en la región ya es una problemática instalada en el departamento General Roca, y este problema se hizo evidente en los últimos días con los fuertes vientos que cubrieron de una capa espesa de tierra reduciendo a cero la visibilidad en rutas y caminos de la zona.
La problemática, que viene evidenciándose en distintas zonas y que parece ir de la mano del corrimiento de la frontera agrícola, preocupa a productores y especialistas, quienes ya advierten que las pérdidas de fertilidad en los suelos son irreparables.
Así lo señalaron en diálogo con este medio el productor rural Horacio Irizarri y el ingeniero agrónomo Guillermo Ribetti, nucleados en la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
La nota se realizó en consonancia con los informes emitidos por este medio donde se muestra lo que sucede en zona rural y en las mismas localidades cuando hay vientos sobre superficie. En más de una ocasión se generan tormentas de tierra que vuela de los campos. "No es igual en todos los campos, pero sí vemos una situación preocupante donde no se implementan técnicas de conservación y producción sustentable", señaló Ribetti.
Gran parte de la superficie cultivable del departamento Roca muestra este paisaje desalentador.
Por su parte Irizarri, productor rural de la localidad, manifestó su preocupación por esta intervención en el medio ambiente que podría dejar un saldo de tierras improductivas en un plazo no tan lejano. "Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a que eso es algo habitual, y un poco es lo que intentamos llevar el mensaje. Es que esto no debería ser algo normal, hay que tomar conciencia de que se está generando un impacto ambiental importante que va a tardar años en recuperarse", señaló.
Al tiempo, indicó que desde Aapresid y con respecto al sistema de siembra directa, se pregona que la voladura de campos no es algo habitual, que no debería ocurrir. “De pensar que es algo normal y que no ocurre nada, debemos cambiar esa mentalidad, tomar conciencia de que se está generando un impacto ambiental que va a tardar años en recuperarse", manifestó el productor huinquense.
Ya en el año 2006, se advertía en el límite entre San Luis y Córdoba el avance de los médanos, producto de la expansión de la frontera manisera que agotó en pocos años los suelos.
En la charla se puso como ejemplo lo sucedido en Carmen de Patagones, donde la erosión y la falta de técnicas de cuidado del recurso suelo generaron una zona desértica con pérdidas irreparables. Lo mismo está sucediendo también en zonas de Córdoba donde la siembra del maní sin rotaciones y el monocultivo de soja hacen estragos.
"Asistimos con tristeza a situaciones donde vemos que el recurso suelo que a la naturaleza le costó millones de años generarlo, se está perdiendo en cuestión de horas, y lo que se está volando no es tierra, es suelo que es la capa pequeña que tiene toda la fertilidad con la cual producimos alimentos y energía", señaló el profesional.
"Es un recurso que se puede mejorar o deteriorar, pero que no lo podemos expandir, sino tendríamos que entrar en zona donde no hay cultivos. Por eso tenemos que ser capaces de cuidar el recurso. Lo que más duele es que en la Argentina pionera en la siembra directa basado fundamentalmente en la producción de alimentos y energía con la no remoción de suelos y con cobertura vegetal permanente y, en donde tienen que intervenir la rotación de cultivos, eso está disponible desde hace más de 30 años", remarcó Ribetti.
El profesional indicó que solo con recorrer los caminos se observa cómo en sus márgenes hay tierra acumulada que es arrastrada por el viento, y forma pequeños montículos desérticos.
"Creo que estamos mirando para otro lado y sentimos el deber, en lo particular como ciudadano y como profesional, de mostrar los riesgos que generan ciertas producciones cuando no se hacen debidamente en suelos frágiles como los que tenemos en la zona".
Beneficios a corto plazo, daños a largo plazo
También se mencionó los beneficios económicos a corto plazo que dan algunas producciones, pero no se miden allí los perjuicios que acarrea para los suelos.
"Alambre de por medio uno puede ver situaciones contrapuestas. Uno ve dos agriculturas, una que genera un deterioro del recurso suelo y otra que se preocupa por mantener y mejorar el suelo", indicaron.
Tanto el productor huinquense como el ingeniero agrónomo indicaron que no es su idea limitar nada sino poner sobre la mesa un debate serio entre las partes involucradas y el Estado para cuidar un recurso tan sustancial como lo es el suelo.
“Debe hacerse un debate serio entre productores, cuidadanía y Estado y preguntarnos qué estamos haciendo con este recurso y, por otro lado, no tiene que ver con una actividad puntual, hablamos de sistemas. La siembra directa reduce en un 90 % la erosión".
Los entrevistados acompañaron su declaraciones con imágenes tomadas en la zona rural de la región del pasado lunes de un día de viento, donde se nota claramente al erosión de un campo a otro, incluso en algunas de las fotos se puede ver cómo en dos campos separados por un alambrado, donde hubo distintas formas de producción, son afectados de diferente forma.
El deterioro ambiental en los campos se hace presente también en las localidades donde abundan nubes de tierra que se hacen por momentos insoportables para los vecinos con el riesgo de traer aparejados afecciones respiratorias. A esto se suma la constante deforestación de especies nativas que ha dejado una zona literalmente "pelada" de árboles y despojada de barreras ambientales.
Con cartelería, charlas y controles, cuidan las sierras del sur cordobés
Un grupo de vecinos riocuartenses se unieron para generar campañas de concientización sobre la preservación de los ríos regionales. Cuentan con apoyo provincial y articulan con municipios de la zona.
por Luis Schlossberg
Un grupo de vecinos riocuartenses, en su mayoría jóvenes, viene trabajando desde hace 3 años con controles en las sierras del sur cordobés para evitar un deterioro de los ríos de la zona. La asociación, que está tramitando su personería jurídica, se ha denominado Grupo de Pescadores con Mosca de las Sierras del Sur, y ya cuenta con varios voluntarios que hacen su aporte.
“La asociación nace a partir de un grupo de amigos que compartíamos la idea de poder conservar los ríos de las sierras de Córdoba, porque cada vez que íbamos con nuestras familias veíamos una importante degradación a nivel de plantas, el agua, pocas truchas, entre otras cosas”, aseguró Gonzalo Ponce, uno de los referentes de la agrupación.
- ¿Cómo empezaron a reunirse con los otros pescadores?
- Nos fuimos juntando con la esperanza de poder hacer algo, para cuidar la zona. Con el tiempo, cada uno hizo su aporte desde su trabajo, como en mi caso desde el turismo, pensando en cómo se podía armar un plan estratégico, desde la sustentabilidad, un plan de manejo, para en un futuro frenar con los impactos ambientales.
Los primeros pasos
Ponce señala cómo se desarrollaron los primeros pasos como agrupación. “Se sumó el esfuerzo de todos, hicimos rifas y largamos con los trabajos”, aseguró e indicó que “hace 3 años que venimos con actividades y decidimos largar varias líneas de acción”.
Una de estas líneas es la intervención con el turismo. Dijo: “Como el turismo es generador de impactos, se pensó en trabajar con la gente que va a visitar las localidades serranas, pensando en cómo actuar con ellos. Así, se formó un grupo de guardapescas, con carnés entregados por el Gobierno provincial, y realizamos controles”.
Pero las tareas no se limitan a los controles, para los que se van turnando todos los fines de semana de acuerdo a la disponibilidad de cada uno. Se encargan de tareas de limpieza y resiembra de truchas, entre otras cosas. Ponce agrega: “Mientras tanto, recolectamos residuos en el río, hablamos con la gente para indicarles qué cosas es incorrecto realizar en el lugar, como meterse al agua con las motos”.
Desde la agrupación indican que con los controles “se pudo mostrar a la gente que se puede cambiar la actitud en el lugar”.
- ¿En qué sectores han estado trabajando?
- Empezamos en Alpa Corral, cuidando el río Talita y Moras. Nos hicimos un poco más conocidos y el territorio creció hasta Río de los Sauces. Allí pusimos cartelería, hicimos controles y luego llegamos a Achiras, a través de la Municipalidad de Río Cuarto.
En Achiras trabajamos en el proyecto de Las Lajas, donde se aportó con cartelería, trabajo ambiental, y así creció más la asociación. A medida que se avanzó con rifas y se recibieron aportes de personas de todo el país, que se destinó para comprar equipos, conos, ropa para los guardapesca.
- ¿Por qué comenzaron los trabajos en este sector del sur de la provincia?
- Todos teníamos casa en las sierras y hemos visto cómo se repetían malas acciones de quienes visitaban el río. Así muchos nos fuimos reuniendo y coincidíamos en que se debía trabajar para que no se repitiera. De boca en boca se difundió lo que hacíamos y de a poco fue creciendo. Cedimos nuestro tiempo para la conformación de la asociación y lo difícil es poner la cara a la hora de hacer los controles.
- ¿Cómo es la respuesta de la gente cuando se les llama la atención ante una mala acción?
- Al hacer los controles tratamos de explicarle a la gente, porque hay dos tipos de personas: la que no sabe que lo que hace está mal, como sucede con las truchas, y le enseña al niño a pescar con la mojarrera, siendo que se trata de una especie que disminuye su población y tiende a desaparecer; y los que van a hacer desastres, llegan al río con cañas, carburos, elementos que dañan al río, prenden fuego en la orilla para comer el asado y provocan un incendio en toda la zona. A los primeros tratamos de enseñarles, pero a los segundos directamente les decomisamos los equipos, con el acompañamiento de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia, que nos provee de las actas correspondientes.
- ¿Cómo ha sido el trabajo con el Estado para apoyar los controles?
- Hubo acompañamiento principalmente de la Agencia Córdoba Turismo, que en cada lugar que trabajamos nos dio espacio para la difusión y así ampliar el número de colaboradores. En la provincia hay muchas agrupaciones que realizan tareas como nosotros, centrados en la pesca, y apostamos a que se conserve la actividad.
- ¿Qué es necesario para que la ciudadanía genere conciencia sobre estas cuestiones?
- Nos hemos dado cuenta que todo tiene que ver con cuestiones culturales y educativas. La gente actúa aún sabiendo que está mal lo que hace, pero como no se toman medidas no deja de hacerlo. Al ser espacios públicos creen que todos pueden hacer lo que quieren sin respetar la ley. Hemos hecho mucho trabajo de concientización, en Río Cuarto, en Alpa Corral, en Achiras, en escuelas como el Ipem 119 de Alpa Corral, junto a los chicos. Es importante explicarle cómo se encuentra el medio ambiente a los más chicos, porque en un futuro desaparecerá todo si seguimos así. Tenemos que buscar la sustentabilidad para que nuestros hijos puedan tener un mismo o mejor nivel ambiental. Los chicos pueden generar el cambio, porque es difícil cambiarle las costumbres al grande.
Un crecimiento constante
“Por el momento, tenemos recursos limitados, pero apuntamos a que cuando tengamos los elementos podamos contar con un guardafauna estable que se dedique al cuidado de las truchas y a todos los aspectos medioambientales de las sierras”, señala Ponce respecto de las expectativas que tienen desde la agrupación.
- ¿Afectó al estado de los ríos el crecimiento de la actividad turística de todas las sierras cordobesas?
- Cuando comenzamos a trabajar con Turismo de Córdoba hicimos un relevamiento de la pesca deportiva en la zona. Vimos que había un pescador deportivo cada 4 fines de semana, pero luego de nuestro trabajo encontramos 10 pescadores nuevos por fin de semana. Hicimos un producto turístico y nos unimos a la Cámara de Turismo de Alpa Corral, que nos aportó en el diseño de imagen de nuestros carteles. En todas las zonas donde encontrábamos a gente haciendo daño y se consideraba sector crítico, colocamos cartelería. Vendíamos los permisos de pesca y algunos alojamientos les daban facilidades.
- ¿Qué características tiene ese pescador deportivo?
- El pescador deportivo es el que devuelve la pieza. Hemos pedido a la Secretaría de Medio Ambiente que se declare a la zona de pesca con devolución obligatoria, para darle el sustento legal de la actividad. Es la única manera que los ríos de Córdoba puedan frenar la baja de truchas de río.
- ¿Qué sucede si se encuentra a un pescador con piezas en su poder?
- Se decomisa todo, es la única forma de que la gente aprenda. Cuando uno saca la trucha y observa que a su alrededor a tres o cuatro pescadores deportivos, entiende que está en falta.
Fuente:
Ignacio Castro, Por la erosión, se vuelan los campos en el departamento Roca, 10/11/13, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 11/11/13.
Luis Schlossberg, Con cartelería, charlas y controles, cuidan las sierras del sur cordobés, 10/11/13, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 11/11/13.
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