por Eduardo Soler
La oficialización del acuerdo de YPF y Chevron es una
noticia relevante, en tanto se ponga en perspectiva como la punta de lanza para
la nueva política extractivista del gobierno en el sector energético. Si
seguimos exprimiendo la vaca moribunda de la cuenca petrolera, simplemente
estiramos el desenlace de la crisis energética, sumando impactos sociales y
ambientales. Las cuentas que hace el gobierno nacional. La similitud entre
mega-minería e hidrocarburo no convencional. El avance de la frontera petrolera
y la acumulación por desposesión.
Exprimiendo la vaca muerta del petróleo
- Tenemos una inquietud... Que "Vaca Muerta" pase a
llamarse "Manantiales Andinos", una denominación que tenga que ver
con lo positivo...
- O "Vaca Viva".... Así todos se dan cuenta que
estaba muerta porque no la explotaban y ahora está viva porque le sacamos
leche, le sacamos petróleo.
El diálogo entre el gobernador de Neuquén, Jorge Sapag y la Presidente de la Nación , Cristina Fernández,
puede ser una muestra de realismo mágico, o más bien del pensamiento
mágico-moderno que no percibe los límites de la dominación sobre la naturaleza.
El gesto de la resignificación presidencial visualiza el deseo de seguir
ordeñando (extrayendo) hasta la última gota de una vaca muerta como las
reservas petroleras, a nivel mundial y nacional. Pero esta ambición por el
petróleo que queda en el orejón del tarro, esta vez nos coloca en mayor riesgo
para otro bien más necesario para la vida: el agua.
Es cierto que las sociedades modernas son energívoras, en un
sentido preciso. Y aunque no podemos incorporar aquí las críticas hacia este
modelo civilizatorio, que desde los cincuenta conocemos como el Desarrollo,
observemos que una sociedad asentada en el crecimiento de los factores de
producción, incluida la energía, más pronto o más tarde chocará con las
limitaciones propias del Planeta. Como de otra forma lo demuestra el cambio
climático por el abuso del combustible fósil. Allí es donde el dilema toca
puntos críticos, porque se trata de un modelo económico en términos amplios, de
una insustentabilidad preocupante.
La explotación del "petróleo no convencional" no
es más que exprimir la última gota de la vaca muerta de la industria petrolera.
Por ello, aunque la técnica de la fractura hidráulica (el fracking) se conocía
desde hace décadas, se perfeccionó en los últimos tiempos porque se volvió
rentable, solamente frente al "peak oil", es decir, hemos alcanzado
el pico del petróleo disponible en forma barata. Desde este punto de vista, aún
desde el pensamiento económico ortodoxo estamos frente a un rendimiento
decreciente en términos sociales; aunque las rentas corporativas no lo
perciban.
Por ello, no se comprende la militancia del investigador
Víctor Bronstein sobre el acuerdo entre YPF y Chevron, a menos que no sea un
pensamiento instrumental de la coyuntura, más o menos extendida en las décadas.
Ya que si sabemos que "el petróleo es un subsidio de la naturaleza"
entonces el fracking es la aceleración de su uso (un extractivismo), que no
hace más que subsidiar el pensamiento economicista de que este modo patrón de
producción y consumo es sustentable. Por el contrario, el costo social y
ambiental de esta técnica evidencia la irracionalidad de la razón económica.
Argentina Potencia...
El dato de que nuestro país posee reservas que la colocan en
el "podio" mundial nos acerca a lo que investigadores críticos de la
ecología política han llamado la "maldición de la abundancia" en
materia de "recursos naturales". Contamos con la experiencia de la
cuenca petrolera de Oriente Medio para preocuparnos más que alegrarnos con las
noticias. Mucho más, cuando el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) nos informa
que la promoción de los hidrocarburos es también una estrategia de la Casa Blanca en su
política de Seguridad Energética, como modo de diversificar sus posibles
fuentes de abastecimiento.
No por nada el anuncio que Argentina sería una potencia
petrolera no convencional se sustenta en un informe preparado por Estados
Unidos. Un artículo de Juan Carlos Villalonga de Los Verdes precisa que en junio el Departamento de Energía del país
del Norte publicó un nuevo informe: "La anterior versión, publicada hace
dos años, había generado ya un enorme revuelo local porque colocaba a la Argentina entre las
principales reservas a nivel mundial. La información más actualizada ubica
ahora a la Argentina
en el cuarto lugar en materia de petróleo no convencional (shale oil) y segunda
en gas no convencional (shale gas)".
En tal sentido, que la empresa emblema para dar el punto de
partida en Vaca Muerta sea Chevron va en el mismo sentido del interrogante
extractivista. Asimismo, se trata de una señal de confirmación para el Mercado
global, en la que vuelven a interesarse empresas con prontuarios como Exxon y
Shell. Como hemos explicado en detalle, nada de esto fue un error, la
estrategia fue planeada el año pasado. La estatización parcial de YPF tenía
como objetivo que pueda cotizar en la
Bolsa de Nueva York. Asimismo, la Ley prevé la alianza con
corporaciones para explotar el hidrocarburo no convencional, con el objetivo
explícito de "obtener saldos exportables" que conviertan al recurso
estratégico en una commodity. Esto es extractivismo.
Por eso los grandes números apuntan primero al
auto-abastecimiento, pero los intereses avanzan hacia la obtención de divisas.
Lo dice el propio Plan Estratégico de YPF 2013-2017, el objetivo es convertir a
Argentina en un "exportador neto de energía". Villalonga hace
cálculos: "en materia de gas existirían recursos no convencionales que
representan más de 60 veces las actuales reservas de gas, unas 500 veces el
consumo anual, y en petróleo, superan en 10 veces las actuales reservas, unas
130 veces el consumo anual de crudo". Las cifras parecen acompañar las
ambiciones, aunque se trata de números a mediano plazo, que no pueden resolver
la demanda inmediata.
Este sueño de Argentina Potencia en materia económica podría
desinflarse con dos factores relevantes. Primero, la propia incertidumbre sobre
la dimensión de las reservas, ya que según la propia YPF sólo el 20 %
de la cartera está en reservas comprobadas. Segundo, lo que OPSur plantea como
el "bajo retorno energético" de los no convencionales. Esto significa
que para la "producción" de energía se necesita como insumo...
Energía. "Se estima que ese gas [no convencional] tiene una tasa de
retorno energética de entre 2 y 5, mientras que en el petróleo convencional es
de alrededor de 15. En el caso de la energía eólica, es 18. Estamos yendo en la
dirección equivocada", sostiene Villalonga.
Las dos fronteras petroleras
La lectura de la crisis energética en Argentina nunca fue
explicitada por el gobierno, pero ello no significa que no haya políticas sobre
este tema. Como ya hemos caracterizado, el interés renovado por las Islas
Malvinas se dio en el contexto mundial del peak oil, por lo cual en todo el
planeta la frontera petrolera está avanzando hacia el océano. Se trata de la
"explotación off-shore", es decir, en la plataforma submarína. Es por
ello más costosa y riesgosa, como demostró el derrame que ocasionó la British Petroleum
en el Golfo de México. Brasil está avanzando en este sentido, también quiere
hacerlo Argentina.
Sin embargo, hay otra frontera -más invisible- que avanza en
el subsuelo a partir de la revalorización de las cuencas de petróleo no
convencional. Más bien, en el caso de Neuquén se trata de la roca madre misma
del yacimiento. Pero también hay proyectos en otras regiones del país, que no
tienen tradición petrolera como en la provincia de Entre Ríos, donde por ello
avanzan ordenanzas que prohíben el fracking. Es en el caso del fracking donde
reafirmamos la gran similitud entre esta explotación del "shale"(hidrocarburo no convencional) con la mega-minería. La diferencia puede darse
en la necesidad de cada recurso: los minerales y la energía. No obstante, en
este caso reconocemos los siguientes puntos de coincidencia:
Recurso de menor calidad. Debido a la extracción acelerada de las últimas décadas, en los dos casos queda el recurso muy diseminado en gran cantidad de material rocoso.
Tecnología invasiva, más contaminante. Por lo anterior, es necesario aplicar técnicas agresivas, que utilizan químicos agregados peligrosos, con mayor riesgo de contaminación.
Abuso del agua (y de energía). Esta técnica necesita también una gran cantidad de agua del territorio, donde se diluyen los químicos para poder extraer el recurso escaso.
Participación del capital trasnacional. Este nuevo tipo de explotaciones son más costosas, por lo cual se suele "necesitar" la participación de grandes corporaciones extranjeras
Vocación de divisas. Esto último está asociado con la transferencia de recursos, sea "físicos" como monetarios, que hacen del recurso una "commodity" o el "cash".
Según consigna el OPSur, el "fracking" o la fractura hidráulica consiste en perforar un pozo hasta llegar a la formación
geológica donde se inyecta un cóctel de agua con químicos de amplio rango. En
el caso del agua, el propio gobierno de Neuquén señala que en las perforaciones
desde 2012 hasta 2017 se utilizarán 50 mil millones de litros de agua. Si bien
en esta provincia existe buena disponibilidad de agua en la zona sur, en el
territorio norte existe más bien un ecosistema semi-árido. Respecto a los
químicos, escudados en el "secreto empresarial" no se sabe con
certidumbre que se coloca en los suelos.
En la columna "Es el extractivismo, estúpido", el
abogado ambientalista Enrique Viale (actual candidato de Nueva Izquierda)
puntualiza: "La técnica experimental de fractura hidráulica para la
explotación de hidrocarburos no convencionales (fracking) es una de las caras
extremas de este extractivismo que corre todo el tiempo sus fronteras,
consolidando además una matriz energética basada en los hidrocarburos, postergando
indefinidamente el desarrollo de energías alternativas y compatibles con los
ciclos de la naturaleza". De eso se trata, centralmente, por ello la
política petrolera es hoy un punto estratégico.
Acumulación por desposesión
Al costo económico mencionado debe agregarse el costo social
y ambiental. En realidad, debemos entender la creación de zonas sacrificables
al altar del Desarrollo, que ya se da con el petróleo convencional. El caso de
la explotación de Texaco-Chevron en el Amazonas ecuatoriano es evidente. El
discurso empresaríal decía "llevar civilización donde no existe", una
burda excusa para extraer de allí la energía que se utiliza en otro lado,
dejando en el territorio contaminación. Una forma simplificada de decir que se
destruyen los medios de vida tradicionales (ancestrales) de los pueblos
originarios. Por eso el término preciso (difundido por David Harvey) es la
"acumulación por desposesión".
El periodista Darío Aranda narró un caso testigo en su nota
"La maldición petrolera", publicada en Revista Mu. Se trata de Loma La Lata , el mayor yacimiento de
gas de Argentina (30 mil hectáreas), cuya producción comenzó en 1977 por YPF.
De allí "nacen gasoductos que alimentan de gas a Neuquén, La Pampa , Córdoba, Mendoza, San
Juan, Santa Fe y Buenos Aires". Para hacer ello, avanzaron sobre
territorios de la comunidad mapuche Kaxipayiñ. Como consecuencia, un informe
del laboratorio alemán Umweltschutz Nord confirmó “la contaminación del
principal acuífero utilizado como bebida humana, para irrigar sus huertas y
frutales y para dar de beber a los animales de cría”.
La nota incluye un testimonio clave del diálogo entre la
comunidad mapuche y las autoridades de YPF. El inan logko, José Cruz Cherqui,
recuerda que el CEO de la empresa Miguel Galuccio "nos dijo que teníamos
que entender que era necesario el gas, ‘que hay gente que lo necesita para
calentarse’. Le dijimos que nosotros necesitamos vivir”. La situación parece
desesperante, una paradoja. Sin embargo, en la sentencia petrolera se deja
incuestionable al actual modelo económico. En este ejemplo, entonces, se observa
con claridad como el sacrificio de un territorio se hace en el altar del
"desarrollo" de otro. Eso le dio a entender la Presidente a los
pueblos originarios, en mayo de 2010.
Para leer el resto de la nota dirigirse a Com Ambiental
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