por Carlos del Frade
Las aguas del Paraná bajan furiosas. Ya hay evacuados en
Formosa, Chaco y se esperan situaciones similares en Santa Fe. ¿Por qué los
gobiernos permiten que esto se repita?. ¿Por qué es necesario subordinar las
necesidades del pueblo al interés del modelo sojero? ¿Por qué la historia
política del Paraná no es tenida en cuenta, aunque sea una sola vez?.
Porque las crecidas y las inundaciones del Paraná son
conocidas desde los primeros asentamientos españoles en estos arrabales del
mundo e incluso fueron mencionadas por Belgrano.
El presente repite viejas postales…
- La inundación de 1905 y el pico histórico registrado en la
ciudad marca el inicio de una relación compleja con el río. Las regulares
riadas del Paraná provocaron que los vecinos de la ciudad estuviesen siempre
muy atentos a los que pasaba sobre la margen este de la provincia. Luego de
varias décadas y con riadas y estiajes más o menos importantes llegó el año
1966 con uno de los registros más importantes pero, sobre todo, porque marcó la
necesidad que tenía la ciudad de protegerse en cuanto a la provisión de algunos
servicios -como el caso del agua potable- y, también, a las conexiones con el
resto del país a través del Paraná -sostiene la crónica de “El Litoral”, el
principal diario de Santa Fe, capital del segundo estado de la Argentina.
En marzo de 1966 se informaba: “Siguen las lluvias en todo
el litoral fluvial. La crecida del Paraná está generando críticas situaciones
en Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe”, sin embargo el alerta no alcanza a la
ciudad que mantiene el nivel estacionario en el puerto local con 5,90 metros . Al día
siguiente ocurrió lo mismo cuando se vio la lectura del hidrómetro local aunque
en la Nación
había aflicción por lo que ocurría en el país: “Preocupación del presidente
Illia sobre las zonas más devastadas por la inundación”.
Finalmente, el 14 de marzo de 1966 quedará registrado en la
historia por la apertura del Canal 13 pero también por la forma en que golpeaba
el agua el borde este de la ciudad. “No decae la intensidad de la onda en
nuestra zona donde el nivel del río alcanza ya los 6,88 metros ”. El
intendente de la ciudad, Ramón Lofeudo, decidió recorrer varios de los barrios
afectados como Barranquitas, Centenario, Cementerio Municipal, Costanera y
Guadalupe.
El miércoles 16 se registró el pico máximo con 6,94 metros . El Litoral
pintaba una esperanza con el título que remarcaba que apenas había crecido un
centímetro en las últimas veinticuatro horas y, efectivamente, había pasado el
lomo de la crecida. Pero luego vendrían las consecuencias: la seria afectación
de toda la Costanera
Vieja , incluido el parque Oroño, con roturas y socavones.
- Otro derrumbe en la Costanera , tituló El Litoral el 21 de setiembre
de 1983. Allí se describía que había cedido un tramo del paseo costero de unos 35 metros de extensión,
avanzando sobre toda la vereda este, sobre avenida 7 Jefes entre Río de Janeiro
(hoy Luciano Molinas) y Domingo Guzmán Silva, y se pedía a las autoridades
urgentes estudios para determinar la estabilidad de los suelos en la zona.
“Se necesitaron apenas siete días más para que el diario de
Santa Fe titulara en tapa: “Se desplomó el Puente Colgante” y podía leerse:
“Una novedad verdaderamente lamentable se registró en nuestra ciudad
exactamente a las 16:30 cuando la presente edición iba a entrar a máquina. El
Puente Colgante se desplomó. Era uno de los riesgos que trajo consigo la
inundación que asoló la ciudad de Santa Fe y a la zona de influencia durante un
tiempo tan prolongado. En pocos minutos y tras difundirse la noticia fue llegando
al lugar una gran cantidad de personas”.
La tristeza que provocó la caída del querido puente tendría
una segunda parte en la tapa del día siguiente: “Ante una despedida que quiere
ser hasta luego”. En ese artículo se recordaba que “el 8 de junio de 1928, sin
público, sin autoridades, sin cintas simbólicas, quedaba librado al servicio
público el puente acueducto tendido por Obras Sanitarias de la Nación sobre la laguna
Setúbal. Ayer, a las 16:25, a poco más de 55 años de aquel momento, gran parte
de las queridas estructuras claudicó al ceder la base del pórtico del lado
este, sometido a los efectos de las intensas socavaciones. Y si el día de su
inauguración el puente Ingeniero Marcial Candioti pasó prácticamente
inadvertido, ayer, en el momento supremo de su final, fue acompañado con la
congoja de los santafesinos, el asombro de quienes algunas vez lo admiraron
como turistas y la curiosidad de todos aquellos que, aún sin conocerlo,
identificaban a la ciudad con sus aéreas formas”.
Era el final de un ciclo de inundaciones repetidas a lo
largo de 1982 y 1983 con arremetidas que, ubicadas entre las más importantes,
provocaron esta pérdida. A mediados de agosto de 1982, hubo varios picos con
una altura del río cercana a los seis metros.
Referencia: “Lo que Salado sigue gritando”, libro escrito por Julieta Haidar, Miguel Cello y Carlos del Frade, presentado en abril de 2013 en la ciudad de Santa Fe.
Si te interesó esta entrada tal vez te interese:
Fuente:
Carlos del Frade, La culpa no es del Paraná, 01/07/13, Agencia de Noticias pelota de Trapo. Consultado 01/07/13.
La obra de arte que acompaña esta entrada es "Santa Fe_Puente Colgante", de Diego Miguel Jappert, estilógrafo con tinta china aguada sobre hoja A5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario