viernes, 7 de junio de 2013

Traslado de Dioxitek y las repercusiones del “polo químico”

Marcha contra la radicación de Dioxitek en Río Tercero, el 31 de mayo de 2013

por Ximena Cabral

En combustión
Mientras continúan las pulseadas para definir el traslado de Dioxitek a Río Tercero o Embalse, aumentan las movilizaciones de vecinos, las denuncias de ambientalistas y los titubeos en medio de regiones fuertemente comprometidas por las industrias químicas, nucleares y de las armas. Sin embargo, hay que sumar a esta discusión la corriente de agua subterránea encontrada en la localidad y las posibilidades de contaminación en las napas.

Por acumulación
Dioxitek produce dióxido de uranio en polvo, materia prima usada para fabricar luego en Ezeiza el combustible que requieren las centrales nucleares. Esta empresa de la Comisión Nacional de Energía Atómica, instalada en Córdoba desde 1982, debe relocalizarse debido a las reiteradas denuncias de contaminación de su planta en Alta Córdoba.

Después de reiterados rechazos, la empresa puede ubicarse en dos predios del propio Estado: en Embalse, al lado de la Central Nuclear, y en Río Tercero, en la Fábrica Militar.

Raúl Montenegro, desde la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) ya anticipó que presentará un recurso de amparo para evitar que se relocalice en esas dos ciudades y remarcó que “el punto más importante es el de la acumulación”. El biólogo explicó ante Hoy Día Córdoba que “es raro que los intendentes de dos ciudades comprometidas con riegos por el caso de la petroquímica de Rio Tercero con el antecedente del atentado de fabricaciones militares y en el otro el reactor nuclear es incomprensible”.

Además remarcó que no hay necesidad de traer las plantas, con respecto a las fuentes de trabajo es mano de obra especializada. Y como esta contaminaría también el agua subterránea en la región.

También Greenpeace Córdoba, anticipó que la radicación violaría la Carta Orgánica local que prohíbe la radicación de estas industrias, por lo que el camino judicial sería inevitable. En Río Tercero existe un artículo de la Carta Orgánica Municipal que prohíbe toda actividad o transporte de sustancias ligadas a la actividad nuclear debido a la composición industrial de la ciudad. Dentro de las otras organizaciones presentes y ante la relevancia de la movilización vecinal en la región, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) también reforzó su pedido al municipio para abrir el debate.

Gustavo Bravo del grupo Iniciativa vecinal de Río tercero, recordó ante este diario la importancia de la movilización y la necesidad de concientizar sobre el peligro “no tanto de la fábrica en sí sino los residuos que contiene”. “Hemos hecho una red con abogados ambientalistas, con gente que ya ayudado a Bower con el tema de los vertederos municipales y poder decir no a los vertederos regionales y la contaminación para la población. Nosotros salimos primero con Dioxitek porque era el de más urgencia, además que nuestra carta orgánica prohíbe expresamente el material atómico, radioactivo o derivados” apuntó.

Desde la intendencia, remarcó que lo único que se realizó fue la charla con Darío Sbarato, docente en la UTN y exfuncionario de la Secretaría de Ambiente provincial, que les dejo “sabor a poco” aunque aclaro que Dioxitek primero debería solucionar el conflicto de Córdoba.

Rechazos múltiples
Las acciones y argumentos que rechazan la localización ya muestran algunos antecedentes. Dioxitek trató de instalarse en Despeñaderos donde la propia comunidad le dijo no con el primer tractorazo de Argentina contra una instalación nuclear en el 2000. Luego en el 2004, intento radicarse en San Rafael, Mendoza, pero el gobierno provincial también se opuso. El último intento frustrado fue en el 2012 en La Rioja, donde el Concejo Deliberante prohibió por ordenanza la localización de ese tipo de planta.

“A 18 años del convenio firmado entre la Municipalidad y CNEA, y a 15 años del Acta 21/1998 de CNEA, Dioxitek S.A. continúa operando, y el depósito de residuos radiactivos de baja actividad continúa ubicado en el mismo sitio, sin membrana y sin sistemas de contención, y por lo tanto contaminando indiscriminadamente el aire, el suelo y el agua, y afectando potencialmente la salud de miles de vecinos” afirma el reciente informe presentado por Funam. También aclara que “Cualquier municipalidad que esté analizando la posible instalación de Dioxitek dentro de su jurisdicción debe tener en cuenta el historial de incumplimientos y falta de seriedad institucional que mostró la empresa, y por lo tanto la propia Comisión Nacional de Energía Atómica. Lo ocurrido en Córdoba mostró que una vez instalada es muy difícil erradicarla”.

De esta manera, desde Funam certifican que La Municipalidad de Córdoba tiene el poder de policía y los argumentos técnicos para concretar su clausura permanente.

Mucho más que química
Darío Sbarato fue invitado para disertar a favor de Dioxitek e insistió en que ésta es una planta química no nuclear. Ante esto, Montenegro agregó ante Hoy Dia Cordoba que “Es curioso que un físico considere a Dioxitek como industria química convencional. Mientras estas últimas trabajan y producen materiales estables, como ácido sulfúrico o plaguicidas clorados, Dioxitek y otras instalaciones nucleares trabajan y producen materiales radiactivos, inestables. Dioxitek no solo produce dióxido de uranio natural y uranio levemente enriquecido, sino que para producir este último usa como insumo de procedencia externa uranio enriquecido al 3,4 %. Las formas de uranio producidas por Dioxitek se usan para fabricar el combustible nuclear de los reactores argentinos. Es por lo tanto una instalación nuclear. En Río Tercero no hay ninguna industria que produzca comercialmente materiales radiactivos. En síntesis, Dioxitek es doblemente de riesgo, por ser una instalación nuclear y una instalación química”.

Fuente:
Ximena Cabral, Traslado de Dioxitek y las repercusiones del “polo químico”, 06/06/13, ECOS Córdoba. Consultado 07/06/13.

No hay comentarios:

Publicar un comentario