por Ximena Cabral
En combustión
Mientras continúan las pulseadas para definir el traslado de
Dioxitek a Río Tercero o Embalse, aumentan las movilizaciones de vecinos, las
denuncias de ambientalistas y los titubeos en medio de regiones fuertemente
comprometidas por las industrias químicas, nucleares y de las armas. Sin
embargo, hay que sumar a esta discusión la corriente de agua subterránea
encontrada en la localidad y las posibilidades de contaminación en las napas.
Por acumulación
Dioxitek produce dióxido de uranio en polvo, materia prima
usada para fabricar luego en Ezeiza el combustible que requieren las centrales
nucleares. Esta empresa de la Comisión Nacional de Energía Atómica, instalada
en Córdoba desde 1982, debe relocalizarse debido a las reiteradas denuncias de
contaminación de su planta en Alta Córdoba.
Después de reiterados rechazos, la empresa puede ubicarse en
dos predios del propio Estado: en Embalse, al lado de la Central Nuclear , y
en Río Tercero, en la
Fábrica Militar.
Raúl Montenegro, desde la Fundación para la Defensa del Ambiente
(Funam) ya anticipó que presentará un recurso de amparo para evitar que se
relocalice en esas dos ciudades y remarcó que “el punto más importante es el de
la acumulación”. El biólogo explicó ante Hoy Día Córdoba que “es raro que los
intendentes de dos ciudades comprometidas con riegos por el caso de la
petroquímica de Rio Tercero con el antecedente del atentado de fabricaciones
militares y en el otro el reactor nuclear es incomprensible”.
Además remarcó que no hay necesidad de traer las plantas,
con respecto a las fuentes de trabajo es mano de obra especializada. Y como esta contaminaría también el agua
subterránea en la región.
También Greenpeace Córdoba, anticipó que la radicación violaría la Carta Orgánica
local que prohíbe la radicación de estas industrias, por lo que el camino
judicial sería inevitable. En Río Tercero existe un artículo de la Carta Orgánica
Municipal que prohíbe toda actividad o transporte de sustancias ligadas a la
actividad nuclear debido a la composición industrial de la ciudad. Dentro de
las otras organizaciones presentes y ante la relevancia de la movilización
vecinal en la región, la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) también
reforzó su pedido al municipio para abrir el debate.
Gustavo Bravo del grupo Iniciativa vecinal de Río tercero,
recordó ante este diario la importancia de la movilización y la necesidad de
concientizar sobre el peligro “no tanto de la fábrica en sí sino los residuos
que contiene”. “Hemos hecho una red con abogados ambientalistas, con gente que
ya ayudado a Bower con el tema de los vertederos municipales y poder decir no a
los vertederos regionales y la contaminación para la población. Nosotros
salimos primero con Dioxitek porque era el de más urgencia, además que nuestra
carta orgánica prohíbe expresamente el material atómico, radioactivo o
derivados” apuntó.
Desde la intendencia, remarcó que lo único que se realizó
fue la charla con Darío Sbarato, docente en la UTN y exfuncionario de la Secretaría de Ambiente
provincial, que les dejo “sabor a poco” aunque aclaro que Dioxitek primero
debería solucionar el conflicto de Córdoba.
Rechazos múltiples
Las acciones y argumentos que rechazan la localización ya
muestran algunos antecedentes. Dioxitek trató de instalarse en Despeñaderos
donde la propia comunidad le dijo no con el primer tractorazo de Argentina
contra una instalación nuclear en el 2000. Luego en el 2004, intento radicarse
en San Rafael, Mendoza, pero el gobierno provincial también se opuso. El último
intento frustrado fue en el 2012 en La
Rioja , donde el Concejo Deliberante prohibió por ordenanza la
localización de ese tipo de planta.
“A 18 años del convenio firmado entre la Municipalidad y
CNEA, y a 15 años del Acta 21/1998 de CNEA, Dioxitek S.A. continúa operando, y
el depósito de residuos radiactivos de baja actividad continúa ubicado en el
mismo sitio, sin membrana y sin sistemas de contención, y por lo tanto
contaminando indiscriminadamente el aire, el suelo y el agua, y afectando
potencialmente la salud de miles de vecinos” afirma el reciente informe
presentado por Funam. También aclara que “Cualquier municipalidad que esté
analizando la posible instalación de Dioxitek dentro de su jurisdicción debe
tener en cuenta el historial de incumplimientos y falta de seriedad
institucional que mostró la empresa, y por lo tanto la propia Comisión Nacional
de Energía Atómica. Lo ocurrido en Córdoba mostró que una vez instalada es muy
difícil erradicarla”.
De esta manera, desde Funam certifican que La Municipalidad de
Córdoba tiene el poder de policía y los argumentos técnicos para concretar su
clausura permanente.
Mucho más que química
Darío Sbarato fue invitado para disertar a favor de Dioxitek
e insistió en que ésta es una planta química no nuclear. Ante esto, Montenegro
agregó ante Hoy Dia Cordoba que “Es curioso que un físico considere a Dioxitek
como industria química convencional. Mientras estas últimas trabajan y producen
materiales estables, como ácido sulfúrico o plaguicidas clorados, Dioxitek y
otras instalaciones nucleares trabajan y producen materiales radiactivos,
inestables. Dioxitek no solo produce dióxido de uranio natural y uranio
levemente enriquecido, sino que para producir este último usa como insumo de
procedencia externa uranio enriquecido al 3,4 %. Las formas de uranio producidas
por Dioxitek se usan para fabricar el combustible nuclear de los reactores
argentinos. Es por lo tanto una instalación nuclear. En Río Tercero no hay
ninguna industria que produzca comercialmente materiales radiactivos. En
síntesis, Dioxitek es doblemente de riesgo, por ser una instalación nuclear y
una instalación química”.
Fuente:
Ximena Cabral, Traslado de Dioxitek y las repercusiones del “polo químico”, 06/06/13, ECOS Córdoba. Consultado 07/06/13.
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