lunes, 15 de abril de 2013

Violento desalojo de familias de jornaleros en Piquillín


Edificaron en terrenos sobre los que existía un litigio, resuelto a favor de una mujer que ordenó su desocupación. Durante el procedimiento demolieron sus precarias construcciones y los despojaron de sus animales.

Dos familias de trabajadores rurales que habían edificado sus viviendas en el paraje Tres Esquinas, ubicado en cercanías de Piquillín, fue violentamente desalojado por funcionarios de la Justicia de Córdoba.

Munidos de la orden de desalojo, los oficiales realizaron un operativo que culminó con la demolición de sus construcciones y el traslado de sus animales a un destino aún desconocido.

Tales viviendas estaban ubicadas en terrenos que habían sido objeto de una disputa legal, finalmente resuelta en favor de una mujer que acreditó su posesión.

Según la denuncia presentada a la Justicia por Sara Jabase, desde hace ya varios años las tierras fueron usurpadas por un empresario de apellido Cattáneo, quien las emplea para cultivar soja.

Tal presentación derivó en el desalojo de las tierras, equivalentes a 183 hectáreas.

No obstante, los jornaleros aseguraron a Canal 10 que se trata de terrenos que les fueron legados por familiares, y sobre los que jamás recibieron un reclamo.

"Estas tierras están ocupadas desde hace 100 años. Vivieron mis abuelos, mis padres, yo tengo 60 años...", aseguró uno de ellos.

"Vinieron de rompe y raja. Rompieron todo. Jamás me avisaron", aseveró otro de los perjudicados.

Julio González, hermano de uno de los campesinos desalojados, lamentó en Radio Universidad que no sabe dónde va a dormir esta noche. "No tiene donde vivir, no tiene donde dejar las cosas, donde llevar lo poco que rescató", indicó.

"Le tiraron todo a la calle como si fuera un animal y llovía, se mojo todo, no sirve más", agregó.

Además, manifestó que se comunicaron con un abogado para recibir asesoramiento jurídico. "Nunca en la vida tuvimos ningún problema y nunca lo pensamos", finalizó.

Un campo limpio. La versión de quien asegura ser propietaria de las tierras es diametralmente opuesta.

Aunque no descarta que antepasados de los desalojados hayan ocupado las tierras, sostiene que los campos pertenecen a su familia.

"Desde que vino mi abuelo, estos campos nos pertenecen. Siempre fue un campo blanco, limpio, anotado en el Registro. Tengo cuatro matrículas. No gané un juicio de posesión porque sí", dijo.

Investigación. Desde la Policía de Córdoba sostuvieron que investigarán la comisión de posibles abusos en las acciones de desalojo.

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